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Dilailah Gin

Que sensación más extraña. Noto la cabeza pesada y el cuerpo entumecido. El ambiente desprende un olor a limpio y fresco pero cargado de productos de limpieza. ¿Qué es esto? me pregunta el subconsciente. Intento moverme pero no soy capaz por más que quiera, mi cuerpo esta bloqueado. Pruebo a abrir los ojos pero el resultado es el mismo, inútil. Me siento en un río nadando a contracorriente intentando salir de ahí, pero es imposible. Al final decido evadirme de esta sensación.

—¡¿Dónde está?!— Escucho a los lejos una fuerte voz femenina la cual me resulta familiar.

—Señora por favor, tranquilícese.— Una segunda voz masculina le contesta.

—¡No me diga que me tranquilice cuando he perdido a mi hermana y no sé el estado de mi sobrina!— La voz femenina responde. Suena cargada de ira, pero vacía. Sus palabras retumban por mi cabeza. Intento hacer un mínimo de movimiento y aunque siento mi cuerpo más ligero, este no se mueve ni un pelo siquiera.

"He perdido a mi hermana y no sé el estado de mi sobrina". Esas palabras se repiten una y otra vez por mi cabeza haciendo que me vuelva loca. La mezcla de su voz con la frase intenta despertar algo en mí.

Coche, árbol, sangre, gritos golpe.
Coche, árbol, sangre, gritos, golpe.

—¡NOOOO!— Salto de la cama sin saber como. Me duele todo el cuerpo del esfuerzo, noto un mareo así que me vuelvo a tumbar. Estoy en una sala blanca, tumbada en la camilla... ¡de un hospital con una vía intravenosa! Mientras intento procesar todo, alguien viene corriendo.

—Dilailah Gin, ¿qué ha pasado? no debería haberse despertado hasta dentro de una hora.—Por su voz sé que es la misma persona que ha estado con la voz femenina.

—¿Qué ha pasado?, ¿dónde estoy?, ¿por qué?, ¿cuándo?¿desde hace cuanto?— No puedo parar de atiborrarlo a preguntas y es que tengo una corazonada de que algo no va bien.

—Dilailah Gin tranquilícese, la persona debida se lo explicará todo, pero ahora descanse lo que ha hecho es muy peligroso, la anestesia aún está por su cuerpo .—Prefiero no decir nada, quiero que se vaya. Necesito pensar todo bien. ¿Porque me han venido esos flashbacks?, ¿quien era aquella mujer tan rota?, ¿por que su voz me resulta tan familiar?, ¿por que estoy aquí? y ¿quien es la persona debida que me lo contará todo?. Siento que en algún momento mi cabeza va a explotar y quizá es cierto que debería descansar. Hacer que mi cabeza piense cuando ni siquiera yo misma puedo tenerme en pie no se compaginan.

—Dilailah cariño.— Es la mujer que hablaba con el médico. Su dulce voz esta quebrada. Intento abrir los ojos y esta vez lo hago a la primera, el efecto de la anestesia se había ido.

—Hola.—Respondo con nerviosismo. Me quedo mirando a la mujer que tengo delante. Tiene el pelo teñido de un rojo claro, asomándose la raíz negra, sus ojos son de un precioso color esmeralda pero se ven apagados, sin brillo. Unas pecas pequeñitas le cubren todo el rostro. Cuando me ve suspira y se le ponen los ojos vidriosos.

—Pensaba que te había perdido.—Solloza.

Mi mente se queda en blanco y aquellos flashbacks me inundan de nuevo con nuevas imágenes, es como si me cerebro quisiera mandarme señales pero yo no soy capaz de captarlas.

Coche, árbol, sangre, grito, golpe... mujer, asiento delantero.

Las conexiones en mi cerebro se esfuerzan para que pueda recordar lo que sea y funciona, los flashbacks aumentan volando por toda mi mente

Coche, árbol, sangre, grito, golpe, mujer, asiento delantero, música... felicidad.

En ese instante mi piel se eriza, un escalofrío recorre todo mi cuerpo y recuerdo a aquella mujer que iba cantando en el asiento delantero con toda la felicidad del mundo. Mi madre.

Me quedo boquiabierta, en ese milisegundo mis ojos se nublan.

—Dilailah, mamá ha fallecido, le han reportado como muerta hace tres horas.— La mujer que me lo cuenta no puede ni hablar, se le escapan sollozos y sus lágrimas cesan sin parar. Me abraza, pero no siento nada simplemente dejo que mis lágrimas caigan junto a las de esta mujer, estaba hundida.

Lienzo blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora