—Ustedes deben ser los invitados de honor. Tunney dijo que llegarían antes —habló el hombre viéndolos con curiosidad—. Tú debes ser Harry, Dusley ha hablado mucho de ti.

—¿Enserio lo hizo? —eso en definitiva era una buena señal para Harry, su primo lo creía una persona lo suficientemente relevante en su vida para hablar de él.

—Harry él es Lincoln, es el auror encargado de la magia accidental de tu primo —Informó. Trató de no mostrar sorpresa con el apodo empleado a Petunia, nunca creyó que permitiría a otra persona llamarla así. "Curioso, curioso"

—Oh por favor pueden llamarme Link, son familia a Tunney después de todo.

Después de las presentaciones necesarias con el auror pasaron a la casa donde Petunia esperaba con Dusley en la cocina. El tiempo se congeló para los tres parientes, era como un sueño, Harry pasó su mirada rápidamente a ambos sin saber que hacer, sus nervios aumentando con los contrarios casi mareándolo.

Viendo los dos hombres que ninguno aria o diría nada decidieron dar un empujoncito, literalmente. Los niños dieron un paso al frente dándose una tímida sonrisa que rápidamente se hizo más amplia contagiando a la mujer.

—Es todo un placer Harry. Teníamos muchas ganas de conocerte —dijo poniéndose a su altura. El azabache no contestó, no podía, la garganta se le había cerrado. Eran ellos, eran esa parte que siempre sintió vacia, no podía estar más feliz en ese momento, sin pensarlo mucho se lanzó a abrazarlos soltando unas lágrimas y empapando de felicidad a todos los presentes.

Harry estaba completando su vida de apoco.


—¿Entonces de dónde vienes no piden deseo en su cumpleaños? —pregunto John un amigo de las clases de danza de Dusley.

—No realmente, solo agradecemos un año más de vida y pedimos salud —hace unos minutos el pastel habías sido cortado y ahora todos disfrutaban de su delicioso sabor a chocolate. "Debo decirle a sev que le pida la receta a mi tía, ¡esto esta delicioso!"

Las fiestas a las que estaba acostumbrado, por lo general, era una celebración centrada en la reunión familiar y de amigos en una comida, un rito de agradecimiento a la magia y los ancestros por la salud y bienestar del cumpleañero. La típica escena de cortar el pastel junto a un partido de Quidditch o Snap explosivo.

En cambio, los cumpleaños muggel si bien tenían sus similitudes, se centraba más en el juego y la convivencia del cumpleañero con sus amigos; la comida quedaba en segundo plano. Lo más curioso para Harry fue el pedir un deseo al soplar las velas, Severus le explico que el deseo era una sustitución al ritual que realizaban los magos. Los muggels a diferencia de ellos que encendían velas en un pequeño altar dejándolas consumir en su totalidad, dando por terminado la llegada de la petición a la magia y ancestros; ellos las colocaban en el pastel y pedían el "deseo" directamente ya que el humo de las velas llevaría el mensaje a los dioses, además que este no se limitaba en pedir salud y prosperidad.

—¿Por qué el ritual limita la petición? —pregunto Harry frunciendo el ceño, no le parecía muy justo que los magos no pudieran pedir algo más.

—En realidad no está limitada solo se han vuelto peticiones más comunes. Que puedas pedir lo que sea no te garantiza que se te dará, no si no sabes pedir —le aclaro Severus.

El resto del día se la paso jugando con los pocos amigos de Dudley, al caer la noche un maratón de películas de terror les impidió consolar el sueño. Así paso la madrugada hasta las seis, hora de regresar al castillo, cansado y con la notable falta de sueño; apenas bien llegaron al despacho del director y se encamino a la habitación designado como suya.

Del día que nos conocimos hasta hoy... y nuestro futuro.Where stories live. Discover now