Capitulo XII

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 Ver a Ginevra Weasley en la cafetería de la empresa con el pequeño Teddy en su regazo, fue la gota que termino de derramar el vaso. Los chismes se esparcieron por todo lo ancho y alto del edificio.

—Hola Ginny— Hermione se sentó frente a ella. –tu pequeño, te has olvidado de mi, menos mal que soy tu tía preferida— Teddy le sonrió con cara de niño bueno.

—¿día complicado?— Hermione preparo la cafetera.

—El papeleo nunca deja de serlo, cuando hay un lanzamiento se amontonan cientos de permisos, solicitudes y recibos.

—Pero no falta mucho para el lanzamiento.

—No, pero cuando terminemos con esto, comienza un nuevo proyecto. Es un ciclo, pero normalmente suele haber unas dos semanas bastantes tranquilas entre producción y producción. –Ginny se mordió el labio. –Oh dios, ¿estas pensando en Harry?

—¿Qué? Dos semanas de horarios tranquilos y tiempo con mi chico suenan bien, la ley me daría la razón— Hermione rodó los ojos.

—¿Tu chico?

—Si, mi bonito e inteligente chico de ojos verdes.

—Alguien esta hasta los huesos— exclamó con diversión.

—¿Puedo preguntarte si ha dicho algo de mí?— Teddy tiró de su blusa para que prestara atención a su dibujo— cielito, es hermoso, ya eres todo un artista— lo beso en la mejilla mientras él seguía coloreando.

—Ginevra, él es mi mejor amigo desde pequeños, no pienso decirte nada que me haya dicho... pero si lo hiciera, te diría que Cupido le dio de lleno.

—Hoy lo pasaremos juntos. ¿Algo que le guste a Harry?

—No lo sé, prueba algun cliché como las fresas, creo que eso funciona para todo el mundo.

—Me gustan las fresas— canturreó Teddy.

—¿Ves? Ni sabe lo que significa y le gustan.

—Dentro de quince años serás un galán, no habrá chica que se te resista— le dijo divertida al pequeño.

—pero las niñas tienen gédmenes.

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—Prometí malcriarte y soy un hombre de palabra— la abrazó por la cintura en el estacionamiento.

—¿Tu cocinas?— preguntó curiosa.

—Nada muy elaborado, pero si. ¿Por qué?

—Porque quiero que cocines tú— Harry alzó una ceja.

—Podría llevarte al mejor restaurant de Londres ¿y tú quieres que yo cocine?

—Si señor Potter, el mejor restaurant de Londres tendrá que esperar, porque esta noche serás tú el que se ponga el delantal y cocine.

—No prometo nada sobre el delantal— la besó divertido— ¿algún otro pedido?

—comida, velas y rosas. Quiero una noche cursi, ¿me darías eso?— lo beso en el cuello.

—Te daría cualquier cosa.

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Ginny se puso un bonito conjunto de lencería y su batita negra de seda, sabía que a Harry le gustaba. Las mariposas de su estomago estaban en rebelión, tenía ganas de saltar por todo el departamento y no dejaba de sonreír.

Suspiró y se sentó en el sofá, tomo su agenda y se puso a dibujar. Se sintió de quince años al comenzar a escribir el nombre de Harry, dibujando y garabateando alrededor de las letras.

Mi destino es ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora