Eva Smith. -Levi Ackerman.-

Haré que quieras quedarte.

La noche había caído, Eva ya llevaba aquel lujoso vestido, a su lado se encontraba Galliard y al otro Pieck

- Quien lo diría... Helena vuelve al mundo real. -Bromeo Pieck.-

- ¡Pieck, metete en tus cosas y déjala en paz! -Exclamo Galliard.-

- Pocco, pocco... -Canturreo Pieck.-

- Helena... -Tybur extendio su mano para que esta la tomara.-

Eva la tomo y comenzó a subir a aquel escenario.

Varias luces cegadoras le hicieron cerrar los ojos, los murmullos se hicieron escuchar.

Esta dirigió su mirada hacia Tybur, los bullicios comenzaban a aturdirla.

Su cabeza comenzó a doler y comenzó a sentirse mareada, de repente toda la multitud desapareció, se encontraba en la cima del Muro de Shiganshina, al limite del muro que hace tiempo fue destruido.

Frente a ella, se encontraba Zeke convertido, junto a Bertolt y Rainer.

Aquellos se encontraban en posición para pelear.

De repente, sintió una imponente presencia a su lado.

Erwin Smith estaba a su lado, pero... aquel se veía distinto.

Aquel no se veía listo para pelear, lucia resignado.

- ¡Eva! -Pronuncio su hermano mayor sin mirarla.-

Aquellos grito llamándola se intensificaron y volvió a la realidad...

- ¡Helena! -Exclamaba Tybur con desesperación.-

Aquella parpadeo un par de veces, Tybur corría con ella en brazos.

- Pronto llegaremos con un doctor para que te revise.

Eva se encontraba aún un poco norteada, su pecho dolia.

Tenía que regresar.

De repente, una intensa luz en su ojo izquierdo, le hizo retroceder con violencia.

¿En que momento había llegado a aquella camilla?

- Tranquila pequeña, voy a ayudarte. -Exclamo este con nerviosismo.-

Aquel señor... tenía parecido a Eren

- Helena... aún recuerdo cuando eras pequeña, todos los días venía a consulta, porque siempre tropezaba al jugar y se lastimaba.

Los recuerdos de Helena bombardearon de nuevo, quizó recordar algo de su niñez, pero... solo estaban los recuerdos de ella.

Porco al ver la cara de esta, se acerco sin dudarlo.

- No es nada, solo esta demasiado estresada. -Hablo nuevamente el anciano.- Debes descansar.-

- ¿Es todo? -Cuestiono Porco.-

Aquel asintió, Porco la tomo entre sus brazos y Tybur quedo solo como expectante.

Sabía que tenía que darle un motivo para quedarse... quizá Porco lo lograría.

- Te ves agobiada... -Murmuro este.-

- Tengo que regresar. -Exclamo Eva.- Porco, mi hermano, mis amigos.

- Desde ahora este es tu hogar. -Aseguro Porco.-

- Porfavor.

- No, si sales de estos muros, te convertirás nuevamente en el enemigo, ya no tendré razones para creer en ti.

Eva bajo de los brazos de este con rapidez.

- ¿Sigue considerandome una enemiga? -Cuestiono Eva con cautela.-

Aquel le sostuvo la mirada y estuvo a punto de mentirle, pero no pudo, no pensaba en ella de esa manera.

- ¿No haría lo mismo por su gente, Galliard?

- Si vuelves al campo de batalla... tendrás que escoger un bando, no me elegirás... -Se apresuro a hablar.- Eva, eres la primera persona con la que comparto un sentimiento asi, estaría jodido si llegas a irte y me abandonaras.

- Porco...

- No Eva, no puedo permitirme el perderte. -Exclamó con enojo, la volvió a tomar entre sus brazos y la abrazo con fuerza.-

- Oh... Porco. -Apareció un niño de cabellos rubios detrás de ellos.-

- Falco... -Murmuro este mientras bajaba a la menor.-

- Señorita Helena. -Saludo este con nerviosismo y muchas reverencias.-

Aquel pequeño, solo los miraba incrédulo.

- ¿El señor Tybur sabe que....

- ¡Falco! -Lo freno Porco.-

Pues cuando Falco abordaba un tema, no lo dejaba hasta enterarse de todo.

- Nos vemos luego, señorita. -Se despidió Falco con una sonrisita traviesa.-

Eva se removio entre los brazos de Porco.

- Oh... -Murmuro este dándose cuenta que jamas la soltó.-

Este comenzó a caminar en dirección a la residencia de esta.

- Haré que quieras quedarte a mi lado. -Mustio Porco.-