Porco comenzó a bajar su boca en dirección a los senos de esta y cuando los tuvo a su alcance, comenzó a devorarlos.
Eva se estremeció al sentir como su cinturón era desabrochado y arrancado de su cuerpo.
Esta fue cargada y sacada del baño, para ser rápidamente recostada en la cama.
- Si voy a hacerte mía, quiero que sea cómodo para ambos. -Explico este.-
Aquel no dejaba de sorprenderla, su forma tan linda y respetuosa de hacerlo.
Los labios del mayor chocaron con los suyos, este desabrocho el pantalón de esta y lo bajo, al sacarlo completamente, puso las piernas de esta sobre sus hombros.
- ¿Te gusta lo que ves? -Se burlo Eva ante la atenta mirada de este sobre ella.-
- Más de lo que crees. -Confesó este.-
Porco comenzó a pasar sus dedos sobre ambas piernas de esta, subiendo y bajando, hasta llegar a su zona intima.
- Me gusta como te quedan esos hermosos cacheteros negros, pero me gustaría más la idea de arrancarlos ahora mismo. -Soltó este con la voz más ronca de lo habitual.-
- Hazlo. -Autorizo Eva sin pensarlo.-
Porco sonrió de oreja a oreja, comenzó a deslizarse hacia abajo, de tal forma que quedo recostado sobre sus hombros.
Comenzó a acercarse con lentitud, ocasionando el choque de su respiración contra la delgada tela que lo separaba de la zona intima de esta.
Este acerco dos de sus dedos y sobre la tela comenzó a frotar.
- Aún no estas lo suficientemente mojada.
Eva sólo lo miraba curiosa mientras disfrutaba de su tacto.
Este comenzó a acelerar sus movimientos, ocasionando que la menor se retorciera bajo su tacto.
Este movió rápidamente aquella prenda hacia un lado y acerco si boca.
- ¡Galliard! -Jadeo Eva.-
El nombrado sonrió satisfecho, comenzó a succionar y mover su lengua, logrando estimular aquella zona.
No espero más e introdujo dos de sus dedos.
Eva dio un pequeño brinco y soltó un débil gemido por la sorpresa.
Aquella forma en que aquel la tocaba, tan delicadamente, le hacia perder la cabeza.
- ¡Más rápido! -Pidió Eva.-
Este saco sus dedos, se alejo y puso de cuclillas para volver a mirarla.
Sonreía satisfecho.
Pero su sonrisa se desvaneció al quedar debajo de esta en cuestión de segundos.
- Es de mala educación dejar a alguien sin su orgasmo. -Exclamo esta cerca de la boca de este.-
Este parpadeo un par de veces...
¿En que momento le había quitado el pantalón?
Cuando estuvo a punto de hablar, esta ya se encontraba frotándose contra la creciente erección de este.
- Vamos, déjame escuchar como gimes mi nombre. -Pidió Eva mientras aceleraba el ritmo.-
Aquella forma en la que le hablaba, lo hacía calentarse aún más.
Eva bajo el bóxer del mayor.
- Quiero sentirte dentro de mi. -Confesó Eva mientras ponía el miembro de este en su entrada.-
- Quiero llenarte toda. -Fue lo que dijo Porco antes de que Eva se dejara caer.-
Porco lanzó su cabeza hacia atrás, el sentir las paredes de esta envolviendo su pene...
Eva comenzó a subir, bajar y hacer movimientos de cadera circulares.
- Eva... -Jadeo Porco.-
Este posicionó sus grandes manos alrededor de la cintura de esta y la ayudo a ir más rápido.
Eva sentía sus paredes contraerse.
Porco sentía sus piernas temblar.
Y ambos podían sentir cerca aquel orgasmo.
De un momento a otro, Porco cambio de posición, ahora Eva se encontraba con rodillas y codos recargados en el colchón, mientras que porco se encontraba de rodillas atrás de ella, embistiendola con fuerza.
- Un poco más... -Pidió Eva con la voz entrecortada.-
El chocar de sus cuerpos era uno de los sonidos que inundaba su cuerpo, junto a los jadeos.
Porco aceleraba sus embestidas, mientras que Eva meneaba sus caderas.
La mano de Porco se estrello contra la nalga izquierda de Eva, aquello fue involuntario, pero al escuchar un sonoro gemido salir de la boca de la menor, sonrió con malicia.
Cambio de posición, coloco una de sus manos en el cabello de esta y la otra la coloco en su cuello.
- Veo que te gusta esta clase de jueguitos... -Murmuró cerca del oido de esta.-
Si anteriormente ya estaba al borde de la locura, ahora se sentía extasiada.
- Eres una niña mala...
- Yes Daddy... -Soltó Eva burlona.-
Porco soltó el cuello de esta y soltó otra nalgada.
Volvió a embestirla un par de veces más, hasta que esta se desplomó sobre la cama y este se corrió.
Antes de salir de esta, Porco tomo la cadera de la menor con ambas manos y la volvió a frotar contra el.
- La puta madre Eva, tienes un cuerpo de a muerte, podría hacerte el amor hasta morir.
