Capítulo 45

305 39 44
                                    

Narra Onodera:

                              

Posibilidades. Porcentajes y teorías. ¿Beta a Omega? Si la muerde... ¿Si la muerde? Estudios. Hay personas que a lo han intentado. Sus padres quieren que lo intente. Números giran en torno a mi cabeza. ¿Takano piensa quedarse con ella?

Mi pecho late y mi respiración duele cuando no escucho réplicas por parte del joven a mi lado. Asustado mantengo mi vista en los diseños barrocos de la alfombra persa bajo nuestros pies, suplicándole a mi corazón que mantenga la calma; implorando silenciosamente que mi relación no termine aquí.

—No me mires así —La voz ronca del padre de mi novio tiembla por cada uno de mis órganos. O tal vez soy yo el que tiembla ante la forma en que resuena el gruñido—. Un ochenta por ciento es bastante esperanzador y, hasta el momento, no ha habido riesgo mortal; en el par de casos en que ha fallado, la beta mantiene su raza, sin mayor consecuencia.

—Yo no me estaba preocupando por eso —Gélido. Hacía mucho tiempo que no escuchaba a Masamune-san utilizar ese tono—. No podría importarme menos lo que suceda con el experimento. Me preocupa que mi felicidad sea algo tan vano para ti, padre.

Las palabras se extienden a lo lago de todo mi cuerpo, y, con la misma dulzura con la que mi corazón se llena, aprieto el agarre de nuestras manos, tratando de reconfortar, aun en lo más mínimo, a mi azabache.

—¡Masamune! —irrumpe la madre— No pienses eso. Si tu padre te está hablando de todo esto, es porque está preocupado por ti, por futuro. Lo único que queremos es que...

—¿Qué? ¿que termine en un matrimonio arreglado que me hará infeliz y miserable toda mi vida? —Aún sin soltarme, Masamune se pone en pie; mostrándose impávido, capaz de sostener la mirada a sus padres sin que le tiemblen las piernas— ¿que me desquite con las personas que me rodean a causa de la cobardía? Yo no quiero eso, madre.

Alarma, orgullo y sorpresa. ¿Cómo debería sentirme ante esta situación? Si él defiende nuestra elación con tanta fiereza, como si no temiera a la reacción que sus padres puedan tener, como si estuviera preparado para enfrentar cualquier decisión. Miro mis rodillas temblorosas y siento vergüenza. ¿De qué manera debo actuar yo? Mi sangre está llena de adrenalina y mis palmas están sudorosas, pero mi novio se mantiene firme; no me suelta, incluso cuando mis dedos tiemblan entre los suyos.

—Y, puedes decir que existen grandes probabilidades de que Akane se vuelva omega, pero yo amo a Ritsu —Mi corazón palpita al ritmo de las palabras.

Su padre se pone en pie.

—Te prohíbo que salgas con ese muchacho.

—Lo siento padre, pero yo sí tengo el valor de luchar por mi felicidad.

—Entonces vete de mi casa —Las palabras, filosas como un cuchillo, cortan el aire y la relación entre padre e hijo—. Olvídate de tu vida aquí y lo que pudiste tener; que tu felicidad sea responsable de ti ahora.

Y el mundo comienza a girar. El pánico y la culpa me abruman y dejo de ser consciente de lo que ocurre. Por un momento, apenas si puedo ver los rostros de las personas que me acompañan, mas, sus voces suenan demasiado lejanas para que pueda entenderlas.

¿Qué fue lo que dijo? No he podido escucharlo bien. Por mi culpa... ¿Un padre es capaz de hacerle eso a su único hijo? Takano ha... ¿Acaba de perder a su familia? Yo soy responsable, ¿lo soy? Si tan sólo...

Mis pensamientos se agolpan en mi cabeza, como la sangre en mi rostro y en mi corazón. Las palabras flotan todavía a mi alrededor; han sido tantas, que no he podido entender más de la mitad, por tanto, no estoy muy seguro de lo que acaba de pasar.

Un agarre en mi muñeca que centra mi atención. Sé que las personas aquí siguen hablando, escucho un estruendo, probablemente un grito, pero sólo veo a Masamune arrastrándome fuera de aquel lugar con prisas. Él ignora por completo las palabras de su padre y su madre, pero yo no puedo.

La luz del sol me deslumbra. Escucho cigarras y me imagino en un jardín, aunque lo único que veo son puntos brillantes que me siguen a cualquier lugar al que miro.

—Ritsu, ¿estás bien? —la pregunta es una caricia duce, igual que sus manos acunando mi rostro.

Parpadeo en repetidas ocasiones tratando de adaptar mi vista al cambio de luz, y, en cuanto puedo enfocarlo, respondo con un par de asentimientos.

—Yo estoy bien —contesto sintiendo que mi voz es apenas más que un suspiro. Hago un repaso mental de lo que sucedió y sé que yo estoy bien, pero una duda salta de mis labios—. ¿Tú estás bien?

Una sonrisa cálida borra su anterior expresión de desasosiego y un nudo se forma en mi garganta. Él acaba de dejarlo todo, por mí.

—Estoy bien —asegura antes de besar mi frente.

¿Cómo puede sonreírme así? ¿cómo es capaz de tocarme? Acabo de robarle su vida...

—¿Lo estás? —Mis manos, entre las suyas, tiritan.

—Lo estoy —asegura. Sus ojos fijos en los míos se esfuerzan por convencerme, pero me cuesta creerlo.

Él lo ha perdido todo porque no he logrado convencer a sus padres de que mi cariño era algo real. La culpa se acumula en mi pecho ante tal pensamiento e, inevitablemente, comienzo a llorar.

—¿Ritsu? ¿Qué sucede? —En cuanto la primera lágrima cae, él ya me tiene apresado entre sus brazos. Mi cabeza pegada a su pecho, escucho el palpitar de su corazón teñido de dolor, lo que agrava mi dolor.

—Perdón. Perdóname —le suplico—. Por mi culpa... Te he robado todo. Habría sido mejor que nunca empezaras a salir conmigo, así todo esto jamás habría sucedido y seguirías teniendo tu vida y...

—¡Basta! —Su orden me hace callar enseguida, mas, las lágrimas siguen corriendo por mi rostro— No digas algo así jamás. Nada de esto ha sido tu culpa. Si yo hubiera querido, habría cedido ante mis padres, si no lo hice fue mi decisión. No pienso pasar mi vida entera fingiendo para complacer a otros.

Conteniendo mis suspiros, busco más de su calor. Incluso ahora, él es el que me consuela a mí.

—Lo lamento, yo... soy muy egoísta —alcanzo a decir entre lágrimas.

—Ritsu, ¿por qué dices eso? —Sus dedos dejan detrás un rastro cálido mientras borran el dolor de mi rostro—. Ya te dije que nada de esto es tu culpa.

—Es que —Mis labios tiemblan y mi corazón se estremece—, yo —Una pequeña bocanada de aire— estoy muy feliz de que siguas a mi lado, a pesar de todo esto.

———

¡Hola, hola mis hermosas shikitas beias! ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Hoy, por fin, luego de mucho estrés y tareas, tuve un pequeño rato libre, así que me animé a escribir ;w; Soy muy feliz ahora mismo jajsjsjs

No sé muy bien qué decir :/ He perdido práctica en esto... Pero ando bien orgullosa de lo que he aprendido en la universidad con respecto a la escritura. Si notan algún cambio o algo, no duden en decirme. Me hará muy feliz leer sus opiniones <3

¿Qué les pareció el capítulo? Por ahí una linda personita me dijo que ya quería recurrir a la violencia por si le hacían algo a Ritsu bb jajajsjs, así que, espero haber tranquilizado a varios al menos en ese aspecto (?)

Bueno, de momento eso ha sido todo. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! Cuando a mis profes les dé la gana de dejarme respirar :)

¡No olviden que los amo! <3

¡Baiii!

Sé mi príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora