Capítulo 6

5.4K 521 54
                                    

- No me voy a mudar - dijo por centésima vez Eleanor cargando las bolsas de las compras.
- Es lo mejor para ti. Y no debes cargar ningún peso, ¿por qué no llamaste para cargar las bolsas?
Respondió Severus quitándole las bolsas y llevándolas hacía la cocina.
- Estoy embarazada, no enferma. Por favor no exageres, es halagador ser tratada cómo princesa pero a veces me pones nerviosa.
- Lo siento - decía el mago guardando las compras en sus respectivos lugares en la despensa y heladera - Si no quieres mudarte conmigo, entonces yo me voy a mudar contigo.
- ¿Estás seguro? Por mi parte no tengo inconvenientes, es preferible eso a qué insistas en que deje mi hogar - contestó atendiendo al gato que exigía su atención.
- Nos vamos a casar, ya conseguí fecha, disculpas pero será algo simple. Pero si quieres podemos hacer una reunión con nuestros amigos y tú familia...
Eleanor lo miró asombrada dejando abajo el gato que sostenía.
- ¿Eh? ¿No te parece arbitrario?
- Petunia, es conveniente que nuestro hijo nazca dentro del matrimonio - expresó extendiendo la mano para llevarla hacía la sala de estar.
- Puedo comprender que estás pensando en las reacciones de la comunidad mágica, pero no somos una pareja, un matrimonio bajo esas condiciones puede fallar. ¿Qué pasaría si conoces a alguien especial? o propones divorciarnos después del nacimiento - quiso saber ella.
- Estoy dispuesto a intentar una relación de pareja contigo si quieres. No todos los matrimonios son por amor, este se puede ir construyendo, y creo que nosotros podemos lograr un equilibrio, somos compatibles. Si cada uno pone de su parte nuestro hijo disfrutará de un ambiente familiar óptimo - explicaba él mirándola convencido.

Eleanor se quedó en silencio, recargando su espalda en el sofá, considerando la propuesta que se repetía. En el momento que ella confesó sobre su embarazo, el mago se enojó al pensar que fue a propósito, luego cuándo vio que ella no pretendía nada de su parte, se enojó por querer negarle su paternidad, exigiendo ser participe del embarazo y crianza posterior de su hijo. Por supuesto Severus no quería repetir los errores de sus padres, por eso medito mucho antes de proponer matrimonio, Petunia tenía muchas cualidades, entre ellas su paciencia a sus defectos, los cuáles él no negaba.
Ella por su parte, había considerado sus opciones, imaginado los escenarios y pensado su respuestas, aún así Severus la tomaba desprevenida porque una cosa era imaginar una conversación y otra tenerla en realidad.

- Severus, lo que me pides es serio. Siendo sincera me gustas, es muy probable que te ame sin saberlo o pueda llegar amarte. La verdad no sé. ¿Qué sientes por Lily? ¿Qué pasaría si se separa de James? Si un día te dice: "Severus me equivoqué y quiero me perdones. Seamos una pareja."
- Eso no pasará, van a tener un hijo. Lily siempre va ser especial para mí, pero es parte de mi pasado cómo Vernon lo es para ti.
- No es lo mismo - refutó Eleanor.
- Según sé estabas por casarte con él... también están esos hombres con los que tuviste citas...
- No eran citas, sino 3 salidas sociales con comida y entretenimiento gratis - corrigió Eleanor.
- Bueno, eso ya no importa. Lo importante es nuestro hijo y la familia que te ofrezco formar juntos. Petunia no puedo decir que te amo, al menos no aún y sabes que no soy de mentir en estos temas. Sin embargo, puedo decir que te quiero mucho y me gusta estar contigo, pienso que de eso a estar enamorado es una corta distancia - expresó con sinceridad el maestro en Pociones.
- El amor es demasiado complejo, nunca se puede planificar o controlar - suspiro ella recostada de costado frente al mago, apoyando medio rostro en el respaldo del sofá y subiendo sus piernas doblando las mismas para quedar arriba del asiento - Me gustaría que no decidas por mi en el futuro, está vez lo voy a pasar por alto pero no vuelvas hacerlo... Aceptó casarme contigo, cuida bien de nosotros por favor - dijo extendiendo su mano y agitando sus dedos.
Severus sonrió por salirse con la suya y la miró interrogante.
- Mi anillo - respondió ella en tono bromista.
- Conseguiré uno pronto, no estaba preparado - expresó notando en segundos un envoltorio dorado que quedó de un chocolate. Lo tomó y retorció hasta formar un círculo que colocó cómo anillo a Eleanor.
- Bastará por ahora - decía contemplando su mano - Ayudaré con el pago de las alianzas, no hace falta un anillo de compromiso, me gusta este todavía huele a chocolate. Hablando de chocolate, se me antoja uno blanco, ¿serías tan amable en ir por el paquete? Trae los azules y un vaso con jugo de naranja, dejé exprimido en una botella que puse en la puerta de la heladera. La verás en cuanto abras.

Vida en caleidoscopio.Where stories live. Discover now