"Las dos fantásticas"

878 71 1
                                    

Pov Jess

X: Tranquila, perdón por la hora, pero no aguantaba más. –Me acerqué más a ella. – No quiero pasar una noche más sin enrollarme entre tus brazos y apoyar mi cabeza en tu pecho para dormir...

Cuando se acercó más hacía mí pude ver que era Sara, solo respire y escuche lo que estaba diciendo, prestando mucha atención.

Sara: No puedo despertarme otra mañana y no estar atenta a tus ojos, para esperar y decirte ¡Buen día!, se siente muy vacía la cama sin mi almohada rubia a mi lado. No puedo más Jess, estoy totalmente arrepentida, no quiero un futuro con nadie más, no voy a encontrar otra sonrisa que ilumine mis ojos, no pensé cuando respondí a eso, perdón. –Deje caer mi cabeza mirando hacia el suelo, quería llorar y mis lágrimas empezaron a salir de la nada. –

Jess: Eyy hermosa, no llores, no quiero que sigamos mal, también te necesito y demasiado, sigo sin entender porque reacciono de esta manera, no me gusta para nada, pero no lo puedo parar y me frustra demasiado.  –Me levanté de la cama y la abracé, no se dan una idea lo que extrañaba su piel, su olor, sus brazos. – Te extrañé demasiado, perdón por todo, me sentí traicionada cuando vi a India aquí y tú no me habías dicho nada. –La llevé hasta la cama y nos acostamos, yo en su pecho. –

Sara: Sí lo sé, fui una estúpida, pensé que así iba a evitar la pelea, pero obvio fue peor, sabía que te enojarias demasiado con la presencia de India, pero juro que la necesitaba. –Ella ya estaba acomodada en mi pecho y yo olía su cabello con ese perfecto aroma. –

Jess: Está bien linda, en serio, me quiero disculpar con India igual, ella no merecía esto, fui muy indiferente. –Respiré y seguí. – ¿Sabes? Me fue muy bien en la quimio hoy, ya no me duele cuando conectan todo y tengo algunos amigos, son de la tercera edad y amo su fuerza de voluntad. –Jugaba con sus manos. –

Sara: -La despegué de mi pecho, sentándome y quedando las dos cara a cara. – Perdón, no entiendo como no reaccione y fui corriendo a la clínica, lo tendría que haber hecho, no fui tu mano, ni tu sostén, dios soy una estúpida. –Golpee mi cabeza con una de mis manos, pero ella me detuvo. –

Jess: Tranquila bonita. –Agarré sus manos entre las mías. – Sé que hubieras querido estar ahí, pero no importa, todavía faltan y vas a estar conmigo, hoy mi mano la agarró la doctora y eso me hizo sentir mejor, pero solo porque imaginaba que era la tuya. –Ella estaba muy tensa y me dio miedo. –

Sara: N-o, no, pe-ro yo, yo ten-ía que estar ahí, no p-uedo Jess. –Empecé a agarrar mi pecho, se acababa el poco aire que había logrado respirar. –

Jess: Sara mírame, conecta conmigo. –Ella estaba teniendo un ataque de nuevo, me puse muy nerviosa al verla así. – Respiremos, dale, inhalo, exhalo, vamos linda, inhalo y exhalo, tú puedes. –Vi que seguía intranquila y recordé que había visto no sé dónde, que podrías calmar a alguien si conectaba directamente con tu piel en tu pecho, sin pensarlo me saqué la remera de pijama y corrí un poco las tiras del corpiño. – Ven, pon tu cabeza en mi pecho, tranquila, solo escucha mi corazón.

Puse una de mis manos sobre su cabeza y la acaricié tiernamente, ella se iba acomodando en la cama y la tapé con cuidado, su respiración ya se empezaba a normalizar y eso hizo que yo respirara tranquila también. Sentí ligeras gotas de agua en mi piel y supe que estaba llorando, no dije nada, solo seguí acariciándola, para calmarla del todo.

Ella no dormía, pero seguíamos en la misma posición, ninguna decía nada, la verdad las palabras no hacían falta, estábamos ya tranquilas, sintiendo como el ritmo de nuestros latidos se unifica. Una de mis manos seguía en su cabeza y la otra reposaba en su espalda baja, acariciando muy levemente, casi sin tocar.

¿Volvemos a empezar?Where stories live. Discover now