Decidió levantarse, ya era tarde así que el desayuno se lo saltarían, aunque eso no fuera muy saludable. Quería dejar listo el almuerzo y prepararse, debía juntarse con un compañero para terminar un trabajo, para su tranquilidad su compañero era de los pocos que nunca le habían dicho algo, de los que no pasaban rumores sobre él, además de que era agradable.

Se levantó sin hacer ruido y se dirigió a la cocina. Le gustaba cocinar porque su mamá le había enseñado todos sus secretos, él era bueno cocinando y era una de las pocas cosas que jeon había destacado de él. No era que kim hubiera cocinado mucho para jeon, pero cuando hacía algo que olía bien el pelinegro terminaba comiendo, aunque él no le ofreciera, también cuando se enfermaba solía cocinar cosas especiales para él.

Mientras cocinaba se puso a pensar que en realidad ambos se preocupaban mucho entre ellos, cuando alguno se enfermaba se cuidaban, compraban remedios, eso no significaba que dejarán de insultarse, pero al menos se cuidaban. A veces habían llegado incluso ayudarse en trabajos para la universidad, o quedarse hasta tarde dándose ánimos para continuar con la maldita vida universitaria. Cuando Jungkook llegaba con resaca Taehyung siempre lo ayudaba con algún té, el pelinegro se preocupaba cuando Taehyung debía trabajar hasta más tarde, incluso había días en los que lo iba a buscar a la librería. Eran pequeños detalles que antes le parecían indiferentes, pero ahora cobraban algo importante en su interior, no sabía porque aún no podían dejar sus diferencias de lado y quizás ver otra forma de llevar su relación.

No quería hacerse ilusiones, quizás era por lo niños que ambos habían comenzado acercarse más y lo había confundido. Pero él no estaba confundido respecto lo que sentía por Jungkook, eso lo había aceptado meses atrás confesándose frente a su amiga, lo confundía como Jungkook se había estado comportando, quizás solo era amabilidad o no quería molestarlo frente a los niños. El no creía que el pelinegro sintiera algo como lo que el sentía, eso sería imposible.

— ¿Que estás haciendo? — pegó un salto por la sorpresa. Ni siquiera había notado cuando Jeon había entrado a la cocina.

Se giró y lo miro. Vestía solo un buzo cubriendo sus largas piernas dejando todo su dorso al descubierto. ¿Por qué era tan hermoso? Volvió su vista al almuerzo intentando desviar sus pensamientos de la hermosa vista que tenía.

— Eso huele bien — lo sintió moverse por la cocina, de un momento a otro lo sintió parado justo detrás de él, su respiración chocaba contra su nuca logrando provocarle un escalofrío. ¿Qué carajos eran esas cosas dando vueltas en su estómago? Debían detenerse. La mano de Jungkook tomo su cintura con seguridad, no entendía porque no podía alejarlo como lo hacía siempre, simplemente empujarlo e insultarlo. Pero no podía ¿Le gustaba tenerlo cerca? ¿Y por qué las malditas cosas en su estómago no dejaban de dar vueltas?

— Espacio personal — logró murmurar nervioso. La mano libre de Jungkook lo tomo del otro lado y lo acerco, logro sentir su pecho pegado a su espalda.

— No. Me gusta tenerte cerca — sintió la voz ronca justo en su oído enviándole una corriente que le recorrió cada centímetro de su cuerpo.

— Jungkook...no seas pesado, voy a golpearte — amenazó pensando que así se alejaría, pero no, las manos del pelinegro fueron a parar al estómago de kim, justo donde sentía esas cosas raras bailar.

— ¿Te cuento un secreto? — esto sonaba como si fuera hacer una de las muchas bromas que este le jugaba, pero no había rastros de diversión en su voz, en realidad sonaba muy serio.

— Si me sales con alguna estupidez voy...

— Quiero poner un bebé aquí.

Kim se quedó quieto. Jeon se refería a su estómago. Jungkook quería poner un bebé en su barriga. Jeon quería embarazarlo.

padres ♥︎ Kookv [ Adapt ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora