MI DESTINO ERES TÚ

PRÓLOGO

No sé tomo la molestia de limpiarse, se acercó a la bebé que lloraba sobre el frío suelo. Grande fue su sorpresa que al tomarla esta quedo en silencio observando la sangre que aún escurría de los labios de su salvadora. Tomo la bolsa para dirigirse a casa de su amigo lo más pronto posible.
Frente a la puerta de madera oscura tocó repetidas veces de manera desesperada, los segundos le parecían horas al escuchar los pasos lentos de su amigo acercarse a la puerta.

— John ya te dije que no voy a conseguirte novia — sus palabras quedaron en el aire al ver a su vieja amiga frente a él en aquella condición, su vista bajo hasta el pequeño busto que se removió inquieto en sus manos — ¿Que hiciste, Elizabeth?

— No me llames así — lo miro molesta —. Te contare todo pero primero ayudadme.

Lo pensó unos segundos antes de dejar entrar a su amiga a su casa. Casi de inmediato aparto a la bebé sus brazos dejándola con un vacío extraño. Sin pedir permiso se guio por la casa hasta la habitación donde solía dormir antes, quito todo rastro de sangre y cambio su ropa para después bajar a donde se encontraba Ethan.
Su amigo era uno de los mejores doctores en toda Rusia, a pesar de eso el permanecía viviendo en pequeños pueblitos para ayudar a los demás. Camino hasta su pequeño consultorio donde permaneció en el marco de la puerta observándolo.

— Ella esta bien a simple vista — suspiro, lo conocía y sabia cuando algo le preocupa, no era necesario leerlo para darse cuenta —, presenta síntomas de deshidratación, anemia y abuso físico — bajo la cabeza —, no creo que pueda.

— Debe haber alguna forma — se acerco a ellos —, se que sabes de una manera de ayudarla.

— ¿Que fue lo que sucedió, Ro?

— La salve, Ethan — bajo la mirada ocultando sus lagrimas, el recordar lo que aquel hombre estaba apunto de hacer aún la mantenla horrorizada.

— Sabes que necesito más que eso.

La chica estiró su mano para que él la tomara, le mostró aquello que había visto y lo que había hecho, se miraba a sí misma como un monstruo pero era eso a dejar que aquel inocente ser fuera torturado de aquella manera.

— Hay una forma — hablo después de unos minutos de haber quedado en un profundo trance

— ¿Cual es? — pregunto casi desesperada.

— Hace un tiempo hice pruebas con tu sangre — la chica lo miro incrédula —, no me mal entiendas, quería saber porque no pudiste completar la transición.

— Ve al punto, Ethan.

— El punto es que descubrí que tiene cualidades curativas para quien la beba — Rowan se encontraba confundida.

— No quiero saber cómo descubriste eso y cuando fue que robaste mi sangre — suspiro —, toma lo que vayas a tomar y ayúdala.

El hombre asintió ocultando su rostro avergonzado, hizo sentar a la joven rubia en el sofá de cuero negro para después hacer el proceso de sacar la sangre necesaria para ayudar a la niña.
Tres días permaneció en casa de su amigo esperando que aquella bebé pudiera mejorar de lo que sea que le hayan hecho, sentía bastante resentimiento con sus padres por dejarla a manos de aquel sucio hombre. Su amigo le decía constantemente que ella estaba bien y que estaba mejorando pero al no verla no estaría completamente tranquila. Hubo un momento en el que se inquietó al escuchar los latidos de su corazón apagarse poco a poco hasta volverse casi nulos, aún seguían ahí pero muy despacio.

— No se como sucedió esto — llevo sus manos a ambos lados de su cabeza —, supongo que fue demasiada sangre, lo siento.

— Aún siguen ahí, late pero muy bajo — se acercó a la pequeña —, ¿que sucedió? — dejo la pregunta al aire.

— Se convirtió en algo igual a ti — aquellas palabras no fueron dichas por su amigo, de inmediato se dio la vuelta dispuesta a atacar a quien sea para proteger a los suyos.

— Rowan, espera, no te hará daño — calmos su amigo antes de que hiciera alguna tontería —. Es bueno verte de nuevo, Alistair.

— Digo lo mismo — menciono con expresión seria —. Así que fue por ella que huías cada tiempo.

— Es la chica de la que te conté.

— No lo creía en su momento, te creí loco — rió leve.

— ¿Que haces aquí? — cuestionó extrañado — Hace poco viniste de visita.

— Pase por el pueblo y algo llamo mi atención, crei que seria un peligro así que quise asegurarme de que estuvieras bien.

— Te importo — menciono Ethan de manera infantil

— Si, bueno, me voy — se despidió.

— Hasta dentro de unos años, amigo.

— Espera — lo llamó Rowan —, ¿solamente viniste a eso y te irás asi como asi?

— Tenía curiosidad, niña, ahora que la calme ya no tengo más que hacer aquí — sin darle oportunidad de decir más simplemente desapareció.

— Tienes amigos muy extraños, Ethan.

— Y vaya que si — miro a su amiga con una sonrisa.

La chica sonrio mientas lanzaba un cojín que tomó del sofá a su rostro.

Con el paso del tiempo se dieron cuenta de varias cosas, la niña se recuperó más rápido de lo que imaginaron, con ello vinieron los problemas legales, aquella niña no podía volver más al mundo normal, debía permanecer con ellos para enseñarle todo acerca de lo que debía y no debía hacer. Ethan creyó conveniente que Rowan fuera la que tomara la custodia total de la pequeña, con un par de papeleos y dinero de por medio todo resultó mucho más rápido y fácil.
Entre ese lapso de tiempo en el que se dieron cuenta que la niña crecía más rápido de lo que algún otro bebé normal lo hacia, Rowan contó a Ethan sobre sus nuevos dones, ya había presenciado aquel que la deja en una especie de trance donde explico que lo único que podía ver eran formas borrosas de personas que ella no conocía. Ethan decidido investigar dándose cuenta que lo que su amiga había descubierto era el don de prever el futuro, era un poco inusual ya que no sabia como controlarlo pero el se aseguraría de enseñarle como hizo con los otros.
De vuelta a casa con su nueva miembro en su pequeña familia decidió tomar un rol muy importante que cambiaría su vida por completo, jamás se imaginó ser madre alguna vez y con todo aquello de su inmortalidad a medias las esperanzas fueron desplazadas.
Decidio llamar a la pequeña Harriet en honor a su abuela, no pudo evitar no pensar en su familia, se preguntaba que sería de ellos en aquel momento.
Quizá pronto lo descubra.

El último de hoy.

Capitulo nuevo cada domingo.

Gracias por tomarse el tiempo de leer.

Los quiero, adiós.
❣