Capítulo 1

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Mi cuerpo se sentía pesado al igual que mis parpados, intento abrir los ojos lentamente pero de repente una luz intensa me obliga a cerrarlos de nuevo, al final mis ojos se acostumbran a la luz que provenía de una lámpara colgada el techo.

Me siento en el frió piso en el que había estado acostada y un dolor golpea mi cabeza.

¿Dónde estoy?

Cada recuerdo llega a mi mente y el miedo me invade de nuevo, mis ojos se llenan de lágrimas y mi cuerpo tiembla. Miro todo mi alrededor el cual está vacío, estaba en donde parecía ser un cuarto y solo se veía una puerta oxidada.

Corro hacia ella e intento abrirla.

— ¡Ayuda!—grito tan fuerte como puedo— ¡Ayuda por favor!

Golpeo y pateo la puerta con todas mis fuerzas pero era imposible abrirla y mis manos comenzaban a doler

— ¡Alguien por favor ayúdeme!

Sollozos escapan de mi boca, mi cara era un desastre tenía tanto miedo. Estaba sola y en un lugar encerrada.

¿Cuánto tiempo llevo dormida?

La puerta comienza a chillar horriblemente indicando que se estaba abriendo, me alejo lo más que puedo de la puerta y trato de buscar algo para defenderme pero no encuentro nada a parte de un rustico piso y unas manchosas paredes.

La puerta se habré por completo dejándome ver el perfil de un hombre alto diferente al del callejón.

—Con que ya has despertado—dice recostándose en la pared—Frederick tenía Razón, eres mejor de lo que pensé.

Se despega y da un paso hacia mí haciendo que me arrinconé más.

El me mira y ríe.

—Eres como un cachorro recién llegado—ríe macabramente.

Cuando esta tan cerca mío que ciento la presión del momento, vuelve hablar.

—Lindo cabello—toma un mechón de mi pelo—, te luce el color.

Su mano pasa de mi cabello a mi cara y la acaricia lentamente mandando escalofríos por todo mi cuerpo, cuando estaba a punto de llegar a mi labio superior mi mano lo detiene.

— Por favor...—mi voz era un murmullo— déjenme ir, n-no le diré a nadie, ¡por favor! No tengo mucho per...

El golpe de su mano contra mi mejilla hace que pare de hablar y un sollozo se escape debido al dolor el cual resuena por la habitación.

Su mirada pasa de deseo y diversión a aburrimiento y molestia.

— ¡Cállate maldita perra!—golpea la pared y yo trato de guardar silencio a pesar del miedo que sentía—.No quiero tu dinero, ni siquiera cubre lo que en realidad vales.

Sus palabras eran confusas, no entendía nada de lo que pasaba, solo quería volver a casa y estar junto Rían.

Eso me hacía recordar su sonrisa cada vez que decía algo chistoso o cuando estaba de buen humor, quería volver con él, estar a su lado, quiero volver a ver su sonrisa, debe estar preocupado, es lo único que tengo, quiero volver...

Empujo a aquel hombre con toda mi fuerza y salgo tan rápido de aquel cuarto. Oigo como el hombre maldice y al parecer viene detrás de mí.

Paso por unos pasillos solitarios y cruzo a la derecha para luego cruzar a la izquierda donde veo lo que parece ser la salida.

¿Será tan fácil escapar?

Miro por encima de mi hombro para ver si aquel hombre venia y en efecto a si era, vuelvo la mirada al frente, corro hacia la puerta y la abro.

Me paralizo al ver un tercer hombre desconocido ahí parado.

— ¡Ayuda por favor!—suplico ayuda desesperada con lágrimas por toda mi cara.

El hombre me mira y en ese momento me doy cuenta que era uno de ellos, trato de correr pero el hombre me sostiene del brazo apretándolo fuertemente.

—Casi la tenía—comenta el tipo del que había escapado.

—No parecía—comienza arrastrarme de vuelta a la casa.

Miro mí alrededor pero estábamos en un lugar remoto donde no había nada alrededor solo árboles y montañas.

¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué he hecho para merecer esto? Trate de llevar una buena vida, ser alguien de bien y... ¿voy a terminar aquí? En un lugar remoto donde nadie me encontrara ¿Por qué yo?

Por más que golpeé y pataleé no me soltaron y me trajeron de vuelta al desolado cuarto.

— ¿Cuándo llegara Frederick?—pregunta el que había entrado por primera vez en el cuarto.

Los dos parecían hermanos, tenían los mismos ojos marrones claros, su cabello eran de un castaño oscuro, parecían tener entre treinta y cuarenta años, los que los diferenciaba los trazos de su rostro, el que había llegado parecía más joven que el otro.

—No se Max—le responde—, creo que ya viene en camino, salió hace un momento.

Así que se llamaba Max el que le gusto mi cabello. Salen del cuarto dejándome sola de nuevo.

Mis manos temblaban, mi corazón estaba acelerado del miedo, no había forma de escapar, solo debía quedarme aquí, sentada y esperar.


***

No sabía cuánto tiempo había pasado pero mi boca estaba reseca debido a la falta de agua, mi estómago rugía de hambre y me sentía más débil con cada minuto que pasaba.

Oigo voces acercándose al igual que pasos, lo que indicaba que ya venían.

Miro la puesta esperando que se habrá hasta que pasa. Esta vez había cuatro hombres, tres de ellos los reconocía.

Era el hombre del callejón que por lo que había oído se llamaba Frederick, Max y el tipo que se parecía a él, el cuarto se veía igual a ellos o yo lo veía igual, tenía cabello negro y unos ojos de color miel.

—Al parecer te has portado mal—acusa Frederick dirigiéndose a mí—tendremos que darte una pequeña lección.

Él se acerca al rincón donde me encontraba sentada en el piso y recostada a la paren con las piernas pegadas a mi pecho.

Bajo la cabeza ante su presencia, mirarlo a los ojos hacia que tuviera un más miedo, pero él me toma con fuerza de la barbilla para subir mi cabeza y obligarme a verlo a los ojos.

—Creo que nos divertiremos contigo hasta que lleguen.

— ¿Q-que quieren...de mí?— apenas si podía y hablar.

Me da una bofetada causando que mi cara voltee por el impacto y las lágrimas salgan aún más.

—No te he dado permiso de que hables—me suelta de mala gana y se aleja— ¿quién quiere ser el primero?

Sabía lo que significaban sus palabras lo cual me aterraba aún más

— ¡Déjenme ir por favor! ¡No le diré a nadie! ¡No me hagan nada por favor!—grito entre lagrima y sollozos mientas ellos decidían quien sería el primero.

El primero en abusar de mí.






segunda oportunidadWhere stories live. Discover now