Maratón 3/3
—No puedo creer en ti Samuel. No volveré a caer en tus mal.ditos juegos de mentiras. Esta vez no soy solo yo.
—Sé que ahora no solo eres tú. Por eso debemos pensar mejor las cosas. No puedes prohibirme ver a mi hijo. Y tampoco puedes ocultarle a su padre.
—Estoy segura que con un buen abogado podemos solucionar todo esto—la cara de Samuel se congelo.
—_____...cuando hablamos ayer, y dijiste lo del divorcio…—no sabía cómo decirlo— ¿lo decías en serio? —Dijo al fin—
—Por supuesto que era en serio. No pondré a mi hijo en peligro. No otra vez—declaro ____.
—No estoy dispuesto a cederte el divorcio—dijo Samuel poniéndose de pie rápidamente, haciendo que ____ soltara un débil chillido de miedo y cerrara los ojos con fuerza. Samuel resopló—no te hare daño—su cara reflejaba dolor, mientras pasaba las manos por su cabello jalándolo en los extremos—pero quiero que sepas que mi hijo debe estar donde le corresponde, con su madre y su padre. No te dejare sola en esto. No más. Ya aprendí mi error. Solo dale una oportunidad. Por favor.
— ¡Por Dios, Samuel! Deja de engañarte a ti mismo. ¿Crees que eso lo arreglaría todo?—dijo ____ dando un bufido de irritación.
—No lo sabremos si nunca lo intentamos. —declaró Samuel con voz baja pero clara.
—____ resistió el impulso de virar los ojos, pero en cambio los cerro. Estaba comenzando a marearse. Tanta presión no era para nada bueno. Conto hasta diez mentalmente y volvió a clavar su mirada en Samuel. La cual denotaba preocupación. No le dio importancia y volvió a hablar. —Creo que sería una pérdida de tiempo. ¡Tú mismo has visto como hemos discutido esta mañana! Y tanto tú, como yo, sabemos que fue una tontería. Admitamos que no nos soportamos. Ya nada es lo mismo. Todo ha cambiado. No somos los mismos adolescente enamorados con las hormonas enloquecidas de hace años. —finalizo ___ con un suspiro. Mientras secaba el sudor de su frente con una de sus manos. Estaba empezando a sentir mucho calor. Sentía que poco a poco el aire se volvía más pesado a su alrededor.
—Solo te pido que me dejes hacer las cosas bien, por una mal.dita vez en mi vida. Sé que todo ha cambiado, y que hemos cambiado. Pero solo te pido que me dejes volver a entrar en tu vida, quiero estar contigo, y nuestro pequeño, quiero que volvamos a ser una familia y…—Samuel iba a seguir hablando pero vio que las mejillas de ____ se tornaron mas de color rojizo, en su cara habían cristalinas gotas de sudor, los labios entreabiertos y resecos—¿te encuentras bien? —le pregunto el mientras se arrodillaba otra vez al frente de ella, y con sus palmas trataba de secar su cara.
—____ dio un ligero asentimiento de cabeza. Tenía la boca seca, y comenzaba a sentir en el pecho una gran presión. Tenía miedo de hablar, sentía que no podría pronunciar palabra alguna—mi… busca… mi…—era lo único que salía de sus labios. Además de jadeos, en busca de un poco de aire que pasara a sus pulmones.
—No te entiendo cariño, ¿Qué dices? —decía Samuel desesperado. Parecía que ____ no podría respirar. Eso lo estaba asustando. Su cara se había vuelto rígida, mientras trataba de guardar la calma.
—____ tomo otra gran bocanada de aire, pero a su parecer no era ni la cuarta parte de lo que necesitaba realmente—Busca… mi… mi… bolso—susurro muy bajo.
