―No entiendo nada

―Solo quiero recuperarte hijo y recuperar la relación que teníamos antes―asegura―Esa chica me odia y me alejo de ti, pero ahora que no la conoces del todo bien por tu pérdida de memoria te darás cuenta

― ¿Cuenta de que?

―Que ella no es la mujer ideal para ti. Te manipulo para que te casaras con ella y te amenazo diciendo que si no aceptabas casarte o estar junto a ella. ―se corta y me impaciento

―Si no me casaba qué?

―No te permitiría ver a tu hijo―contesta finalmente

Me quedo en silencio sin poder creer lo que me cuenta. Algo de lo que me dice no me cuadra para nada, pero le sigo la corriente

― ¿Tú sabes quién es Angela? ¿Sabes si en verdad estuve con ella?

Ella se muestra muy nerviosa

―Ella es la mujer a la que tu ama hijo. Querías estar con ella y ¿bueno finalmente salió mal todo y esa chica te encontró. Por su culpa esas en este estado. ―escupe furiosa y esta versión de la historia me confunde

No entiende nada

― ¿Tú sabes donde esta ella? ―le pregunto cauteloso.

Ella mira hacia todos lados muy nerviosa pero no responde mi pregunta por lo que insisto

― ¿Madre?

―Si hijo. Se donde está y ella quiere verte―susurra despacio

― ¿Y por qué no viene?

Necesito conocerla. Necesito ver a la supuesta mujer que me drogó o con la que engañe a la madre de mi hijo.

―Tu hermano y esa mujer la tienen amenazada. La culpan de haberte drogado lo cual no fue así y no le permiten entrar

―Hazla entrar y que venga―le pido a mi madre―Necesito hablar con ella y no te preocupes por Ian o por Gema que yo me encargaré de ellos.

Mi madre sonríe victoriosa y sale de la habitación. Supongo que fue a buscar a Angela.

Maldita sea. Me estoy volviendo loco y necesito recordar, necesito saber que mierda paso.

La puerta se abre despacio y centro mi mirada y la veo.

Angela

Mierda. Es una pelirroja preciosa. Aun así, no tiene esa mirada que me deja loco como Gema.

―Hola―saluda tímida y entra dando pasos despaciosos.

―Hola―contesto yo mirándola fijamente

― ¿Cómo estas?

―Mejor

Se acerca a la camilla para estar más cerca de mí y hace algo indispensable que me deja extático.

Se lanza a mis brazos y me besa en los labios con ansias. Me quedó en blanco sin saber que mierda hacer, pero no la aparto y, es más, le correspondo el beso solo para ver si puedo recordar algo o si puedo sentir lo que sentí con Gema cuando la besé.

Me separo de ella y la quedo mirando fijamente a los ojos. Lamentablemente, no siento ni la mitad de lo que sentí con Gema cuando la tuve entre mis brazos y maldigo por la estupidez que acabo de cometer.

―Espera.

― ¡No sabes lo desesperaba que estaba por saber de ti! ―solloza y entierra su rostro en mi cuello―Amor, me han estado juzgando por algo que no hice

Duele Perdonar (+18)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu