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CAPÍTULO TREINTA
Era jueves, en mayo. A tres meses de nuestra graduación. Y t/n había desaparecido completamente, luego de dejarla con su madre unos días, volvimos a su casa y estaba totalmente vacía, ellas habían desaparecido. Me vi en la obligación de deshaogarme con mi madre, ya que después de t/n, es la única mujer que aprecio.
-Mamá, ni siquiera pude presentartela formalmente-
-Oh cariño tranquilo, Bellatrix tiene métodos muy particulares para arreglar las cosas,pero te aseguro que ella volverá-
-¿Pero qué tal si no lo hace? Bellatrix me dijo que yo debía protejerla mamá! Y no lo hice!- puedo sentir como las lágrimas quieren salir, pero no puedo llorar frente a mi mamá.
-Tranquilo Draco, ella no se da cuenta que solo eres un niño, y t/n no era tu obligación-
Al carajo, no puedo más.
Igual que un niño pequeño, me tiré a llorar en el regazo de mi madre, con ella acariciando mi cabello. Quiero oír que todo estará bien, aunque sepa que no será así.
-¿Porqué duele tanto amarla mamá?-
-Porque eres débil Draco, yo te advertí que jamás serías digno de ser amado por alguien y mira como ha resultado, con un corazón roto, llorando en los brazos de tu madre- odio su voz profunda y sin expresividad, no saben como quema llevar su apellido.
Me limpio las lágrimas y me reincorporo en mi lugar.
-Esta es mi habitación padre, no tienes derecho de estar aquí-
-No cambies el tema Draco, admítelo. Eres débil, y en parte es mi culpa, por permitirte estar.... enamorado. Yo no me casé con tu madre por que estuviera enamorado de ella- su mirada viaja por la habitación hasta encontrarse con la mirada de mi mamá, quien siemplemente baja su rostro.
-Dije largo, padre-
-Draco, basta- un hilo de voz por parte de mi madre llega hasta a mi, pero decido ignorarlo.
-Dije que te fueras Lucius-
-Esto no termina aquí Draco- de mala gana, logré que mi irritante padre se fuera de mi habitación.
-¿Estás bien hijo?- siento la cálida mano de mi madre en mi hombro y sin pensarlo dos veces, le doy un abrazo, no saben lo mucho que me hace falta uno de estos.
Pasó el tiempo y su ausencia empezó a hacerse menos pesada, pero eso no quiere decir que dejé de amarla, dejé de tener pesadillas y Tom y yo estabamos tan solo un poco mejor, nos recuperamos de esa horrible depresión y casi todo volvió a ser como era antes, solo que ahora los dos nos habíamos vuelto unos chicos solitarios, que parecían haber creado un campo de fuerza para que nadie se nos acercara.
La gente nunca preguntó por Pansy, todos creyeron que había decidido dejar la escuela debido a que su padre descubrió que su princesa era una zorra en potencia y la envió a un internado en el mundo muggle, o eso es lo que los rumores dicen.
