-¿Desapareció? -el chico miró alrededor.- ¿Dónde está? ¿A donde fue?
-Mantente alerta, no está muy lejos -advirtió la ojizafiro con debilidad, desmayándose segundos después. Sasuke la miró con inquietud.
-Parece que esa chica superó sus límites -habló Haku, provocando que el Uchiha, fúrico, lanzara una senbon en su dirección, con un efecto nulo- Espléndido. Sus movimientos son espléndidos. Ambos se mueven muy bien. Pero te detendré con el siguiente ataque. Tu movilidad, tus reflejos y tu capacidad de análisis. Llegaste al límite de todo. -se preparó para atacar.
-*Ya viene -pensó Sasuke.- Cálmate. Concéntrate. ¡Y obsérvalo!*
El ojiónix calculó el momento exacto del ataque enemigo con éxito. Tomó a su inconsciente compañera y saltó lejos impulsándose con chakra, sin dejar que las senbon los tocaran.
-*Me vio -pensó el ojicafé- No puede ser.*
Sasuke depositó con cuidado a la Uzumaki en el suelo, con la respiración agitada. Levantó la cabeza, mostrando un sharingan incompleto, con dos tomoes en un ojo y un tomoe en el otro.
-*Esos ojos -se asombró Haku- Es el Sharingan.* ¿Quién eres? -preguntó.
-*Aunque solo fue ligeramente, pude verlo.* -pensó el Uchiha.
-Ya veo. Tu también posees un Kekkei Genkai. -le dijo- *Es un chico impresionante. Aún no es perfecto, pero despertó su talento en plena batalla. Pero de ser así, la pelea no puede alargarse. Esta técnica requiere de mucho chakra. Mi velocidad también tiene un límite. Es posible que si se alarga el combate, pueda ver mis movimientos con mayor facilidad. Sus ojos ya me capturaron. Atacarlo directamente sería absurdo. En ese caso -pensó, mirando a Nozomi- Usaré a la chica como carnada.*
Salió con rapidez del espejo y se dirigió a la Uzumaki.
-*¿Qué? -Sasuke se confundió, pero bastó menos de un segundo para que comprendiera aquel movimiento- ¡Tengo que llegar a tiempo!* -pensó, impulsándose con una capa de chakra.
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Unas gotas de sangre cayeron al suelo. Kakashi se había puesto delante de su alumno, protegiéndolo de Zabuza y ganando un corte en el pecho.
-Kakashi-sensei -Kiba apenas podía hablar de la impresión.
-Te protegiste demasiado tarde Kakashi -se burló el pelinegro- Querer ayudar a los mocosos te hizo perder la calma, lo cual llevó a tu sharingan a ver incluso más niebla de la que hay. Por muy bueno que sea tu ojo, decayó tu capacidad de prever los movimientos del enemigo. Entretenme un rato más, Kakashi. Quiero devolverte el favor divirtiéndome. No te preocupes, Haku debe estar a punto de matar a esos mocosos -dijo levantando su espada- Arrepiéntete de tu debilidad en el otro mundo y pídeles perdón ahí. -se rió, mientras desaparecía nuevamente entre la niebla.
El Hatake frunció el ceño, preocupado, mientras Kiba se ponía alerta a algún ataque del espadachín, sin descartar del todo las palabras anteriormente dichas por este.
