Lo miré con los ojos entrecerrados y él me guiñó un ojo.

—¿Cómo qué? — pregunté, desafiándolo.

Se inclinó un poco y una de sus manos recorrió una de mis piernas. Un escalofrío me recorrió el cuerpo con su toque. Pero acertó, en algún momento le comenté que no me gustaban mis piernas.

—Como eso — susurró en mi oído al levantarse.

Su mano siguió subiendo por mi abdomen y lo acarició con las yemas de los dedos. Apartó su camisa y terminó por quitármela pues al parecer le estorbaba. Sus manos pararon en mis pechos y un estremecimiento me invadió, esta vez con más fuerza.

—Y esto — volvió a susurrarme.

—Oye, eso sí me gusta de mí — dije sonriente.

Nos miré en el espejo y la imagen que formábamos me pareció tierna pero al mismo tiempo muy sensual

—Lo sé — murmuró y besó mi mentón — pero me gustan.

Solté una risa.

—No somos perfectos, no considero que alguien debe ser perfecto, y tampoco espero que lo seas. Somos humanos — se quedó pensando unos momentos — En mi punto de vista lo que debemos hacer es conocernos, tener en cuenta todos los detalles sobre nosotros y combinarlos de una buena manera para ser mejores personas. A eso yo le llamaría perfección.

—Que filosofo — dije mirándolo por el espejo y él se río — pero… creo que estoy de acuerdo contigo.

—Ese pensamiento lo tengo desde hace ya bastante tiempo, nunca lo había compartido con nadie.

—Gracias por la confianza — dije con una de mis mejores sonrisas. Que Alex me contara cosas que a nadie le había dicho hacía que me sintiera mucho más especial para él.

Me giré, obligándolo a soltar mis pechos y quedando frente a él. Pasé mis brazos por su cuello y él puso su mano en mi espalda baja.

—Por cierto señor Dempsie, esta noche usted estuvo fabuloso.

—¿En la obra, en el baile o en el sillón? — me miró arqueando una ceja.

Negué con la cabeza sin quitar mi sonrisa.

—De las tres formas, pero hablaba de la obra. Me gustaría recompensarlo haciendo su baño mucho más relajante — murmuré muy cerca de sus labios.

—Mmm…

—¿Le parece?

—Me parece perfecto, Doctora Miller — murmuró.

Entonces se inclinó un poco y juntó sus labios con los míos. Fundiéndonos en un beso lleno de pasión.

**

El día libre de la semana entrante Alex y yo nos reunimos con mi familia. Mama había preparado una deliciosa comida y tenía muchas ganas de ver a Rich de nuevo. Esta vez mis padres conocerían a Alex como algo más que un amigo, aun me daba miedo admitir que era mi novio ya que nos quedaban cosas por resolver.

De no haber sido por mi madre que habló conmigo una noche antes, en esos momentos hubiera tenido que estar encerrada en una habitación pegándole duro a mis estudios. Me alegré de tener una excusa, tanto libro me cansaba.

Papá y Alex se llevaron excelente, hablaron mucho de deportes, conversación en la que Rich también participó. Mi madre y yo fingíamos que entendíamos, aunque en este caso debo admitir que sé un poco del tema, pobre de mamá.

Después de la comida Rich rogó ir por un helado, íbamos a ir todos pero papá prefirió quedarse. Por más que le insistió mamá  él no quiso. Caminamos a paso lento hasta la heladería. Alex pasaba uno de sus brazos alrededor de mi cuello y yo lo mantenía abrazado a mí, pasándole mi brazo por su espalda baja. De vez en cuando levantaba la mirada y lo veía. Se veía guapísimo ese día. Una camiseta gris con su chaqueta de mezclilla, jeans y sus lentes tipo aviador.

Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]Where stories live. Discover now