Capítulo 10

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Después de pasarse el día en el despacho de la psicóloga, Emma volvió a su oficina y se reunió con Graham, Killian y su padre, ya que necesitaba compartir algunas cosas con ellos.

Pasad y cerrad la puerta.- Dijo la rubia sentándose en la mesa alargada que había y esperando a que estos hiciesen lo mismo.

¿Qué pasa Emma?- Preguntó su padre.

Killian y yo tenemos la impresión de que el asesinato de Scarlett tiene algo que ver con el fiscal.- Soltó rápidamente y vio como su padre negaba con la cabeza.

No puede ser, Emma. Sabes que esa es una acusación muy grande.- Dijo David sabiendo que si Emma seguía con esas ideas podía poner en peligro su trabajo.

Escúchame primero. Hemos estado investigando al fiscal Whale y realmente no parece trigo limpio aunque no tenga nada de que acusarlo, pero no sólo eso. Pedí una orden para poder requisar los archivos de la psicóloga de Scarlett, esos trámites pasan por la fiscalía aunque sea el juez quien tenga que concederlos y justo después de eso entran a robar y se llevan los expedientes de Scarlett y unos cuantos pacientes más. Esto no es causalidad, tú sabes que en este trabajo las casualidades no existen.- Expuso Emma muy sobriamente, mientras que los tres hombres la observaban concentrados.

Está bien, suena extraño. Pero son acusaciones muy graves así que necesitamos pruebas, por lo que sólo vosotros tres y el forense trabajareis en este caso. No quiero que haya filtraciones. ¿Entendido?- Preguntó David levantándose y esperando que todos asintieran.

Los tres pasaron la semana intentando encontrar una pista que les acercase a resolver el caso, pero se encontraban en un punto muerto, los expedientes de Regina no aclaraban nada, no había huellas, no encontraban nada raro en sus cuentas. Parecía un hombre bastante normal hasta que hacía unos meses que todo cambiaba, se volvió reservado, empezó con la terapia y estaba algo paranoico. Los tres detectives estaban bastante frustrados con el caso.

El sábado Emma decidió que era hora de avanzar con su pequeña apuesta, Regina Mills no iba a resistirse a ella, sabía que era un juego peligroso pero no se imaginaba hasta qué punto. Llegó al parque a la misma hora que de costumbre y tras dar varias vueltas buscando a esa preciosa morena la vio corriendo a unos metros delante de ella, no pudo ir directamente hacia ella ya que prefirió quedarse unos minutos detrás para poder observar ese espectacular cuerpo, pero cuando estaba a punto de desnudarla con la mirada notó como la morena se giraba y se le quedaba mirado.

¿Me está siguiendo?- Fue directa al grano, no le gustaba andarse con rodeos y le había enfadado la mirada que la rubia le había echado, parecía más un trozo de carne que una persona.

Buenos días para ti también. ¿Te importa que corramos?- Respondió la rubia poniéndose a su altura y siguiendo su ritmo.

¿Por qué me sigue? No hay más mujeres en este mundo para acosar.

Realmente ninguna que se iguala a usted.- Soltó con zalamería.

Eres demasiado simple.- Respondió la morena sonriendo al ver como la rubia se paraba en seco y se quedaba atrás.

Me han dicho muchas cosas en la vida, pero simple no.- Dijo Emma volviendo a ponerse a su altura.

No se ha relacionado con la gente adecuada.

Si tiene sentido del humor...- La rubia sonrió y vio como la morena negaba con la cabeza.- Me gustaría que me dejase invitarla a un café... Por lo del móvil.- Dijo intentando convencer a la morena de que le diese una tregua.

CaosWhere stories live. Discover now