Capítulo 5

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Regina llegó al parque a eso de las 7 de la tarde y se fue directamente al banco donde había encontrado el móvil unas horas antes. La rubia debería llegar en menos de quince minutos y estaba sumamente nerviosa, se había pasado toda la tarde pensando que ponerse o que hacer o decirle. La morena se sentó en el banco y se puso a contemplar el paisaje, fue al cabo de unos 15 minutos que noto como alguien la observaba desde detrás, se giró lentamente y pudo ver a esa hermosa mujer con un traje de chaqueta negro y una camisa blanca que se acercaba hacia ella.

La rubia parecía casi tan nerviosa como ella, llevaba sus manos en los bolsillos pero aun así no paraba de menear los dedos dentro de ellos. Ella se había fijado en esos ojos de la morena los días anteriores. Emma no pensó que había sido ella quien había recogido su móvil y no pudo evitar cierta sorpresa al darse cuenta de quién era. Se trataba de la mujer que parecía perseguirla a todos sitios. Fue en ese momento que se puso más nerviosa de lo que ya estaba, puesto que encontrarse con una desconocida en un parque para recuperar su móvil no parecía nada sensato pues aún le parecía más insensato si la desconocida era esa morena que se encontraba cada sábado en el parque.

Hola.- Dijo la rubia sumamente avergonzada.

Hola.- Contestó la morena levantándose del banco.

Vale, después de estos... Miro su reloj sonriendo. ¿30 segundos? De silencio incómodo. Soy Emma Swan, encantada.- Dijo tendiéndole la mano a Regina para saludarla.

Regina Mills, encantada también.- Respondió dándole la mano y provocando que una corriente eléctrica recorriese su espina dorsal, y que podría jurar había sentido también la rubia.

Muchas gracias por rescatar mi móvil, pensé que lo había perdido. Dijo Emma separándose de su agarre para poder seguir hablando ya que esa electricidad que recorría su cuerpo no era normal.

No hay de que... Qué menos que devolver su móvil a una heroína.- Afirmó recordando el suceso de esa mañana pero centrándose más en recordar el estilizado cuerpo de la rubia mojada, provocando que sus mejillas se enrojeciese pero que para su alegría Emma no pudo ver ya que se había sentado en el mismo banco en el que ella había estado sentada minutos antes.

No soy nada de eso.- Respondió mientras en sus ojos se veía cierto atisbo de tristeza. Recordó que no pudo hacer nada para salvar a su madre, pero no pensaba decirle nada. Además por un momento pensó que hablar con una desconocida era una locura, que sólo quería recuperar su móvil.

Salvaste a ese niño de morir ahogado, sí que lo eres.- Respondió sentándose en el banco pero a una distancia prudencial de la rubia.- ¡Toma!- Le dijo tendiéndole su móvil.- Has recibido varias llamadas a lo largo del día. Se nota que eres una mujer muy reclamada.- Dijo intentando sonar calmada y llenar ese silencio que se instauraba entre ellas más a menudo de lo que a ambas le gustaría. Aunque se trataba de un silencio normal, pues no se conocía de nada y sus nervios jugaban en contra.

Gracias, es el móvil del trabajo así que suelo recibir muchas llamadas. Respecto a lo de esta mañana, sólo hice lo que debía.- Respondió tranquilamente la rubia sin dejar de mirar a lo lejos mientras el sol se ponía.

Es una persona modesta, Miss Swan.

No por favor, tutéame. No es necesario tanta formalidad además me salvó la vida.- Afirmó meneando su móvil sutilmente. Emma echó un vistazo rápido a todas las llamadas y ninguna parecía requerir su contestación urgentemente así que lo dejo a un lado y se centró en la conversación con la morena.

CaosWhere stories live. Discover now