El Pacto (I): el demonio ha visto un ángel [KookV] (Disponible en físico)

27. ANCLA EL BARCO, CAPITÁN

¿Y sabes lo peor? Lo que yo quería era que dejaran de jugar con las promesas. Quería que dejaran de jugar con las palabras. Quería que dejaran de desvirtuar el arma más poderosa que había.

Había visto palabras empuñadas más hábilmente que espadas. Muchas promesas habían levantado más lápidas en el cementerio que guerras. Quería que dejaran de blasfemar con lo más sagrado que nos quedaba a unos pocos.

Porque entonces...

¿Quién nos creería a nosotros después?

Todavía recuerdo ver cómo las palabras se las había llevado el viento. Pero nadie se imaginó que también las traía de vuelta.

Y ahí es donde gané yo.

Porque el verdadero caballero luchaba a pecho descubierto, con el corazón abierto y con una sonrisa por bandera.

Jungkook podía jurar que había visto estrellas menos iluminadas que los ojos de Taehyung en ese momento. Parecía un barco luchando por llegar a buen puerto, dos hermosos planetas en órbita, pero, además, dos lunas menguantes. El humano también se estaba apagando. Lo estaba apagando.

Ese fugaz pensamiento cruzó su mente con rapidez y se perdió en los confines de su memoria. Era algo que sabía. Era algo que ocurriría por su propia naturaleza desde el momento en el que realizó el pacto con el chico. ¿Por qué su cerebro había sacado a flote ese dato ahora? Era como si quisiera boicotearlo.

Sin embargo, los ojos del rubio siguieron mirándolo sin desviarse ni un segundo. Estaba decidido, de eso no cabía duda. Ni siquiera le había dicho cómo podía hacerlo, pero parecía dispuesto a todo. Taehyung siempre parecía estar dispuesto a todo.

Porque siempre estaba dispuesto a saltar al vacío.

Siempre estaba dispuesto a poner otra equis en tu mapa, de soltar el amarre y navegar, de encontrar una estrella y perderse.

Parecía el tipo de persona capaz de vender un tesoro por un solo instante, por un solo latido, por una sola palabra.

Era de esas personas que no necesitaban una brújula, porque ya tenían el camino marcado.

Era de esas personas que se atreverían...

A llevarte.

A todos.

Y a ninguna parte.

Por un momento, Jungkook se había quedado bloqueado, incapaz de saber qué hacer. ¿Qué le podía decir? Llevarlo estaba, repentinamente, en contra de todos sus deseos, pero el humano se lo pedía como si él fuese aquel genio de la lámpara que solo iba a concederle uno. Bajó la mirada unos segundos y las palmas de sus manos se cerraron en puños. Frunció el ceño cuando las heridas se resintieron e intentó ignorar el escozor. Tampoco podía quitarse de la cabeza lo que había dicho. ¿Qué tenía que ver eso con él? ¿Que si le hacían daño en Nihil?

Levantó la cabeza y apreció la desesperación en los ojos de su pactante. ¿Se le notaba demasiado la reticencia en su rostro? ¿Por qué demonios tenía tanto interés ese chico en ir? Siempre era la primera vez con él. Tenía la sensación de que Taehyung era el único que se salía del molde, de sus esquemas y, sobre todo, de su sendero.