Amantes, nada más. | Erick Brian Colón.

Capítulo 44.

Narra Kerene.

Estaba muy feliz y emocionada, realmente la noticia me había sorprendido un poco pero igual me hacía feliz.
El médico por último me habló acerca de los cuidados que tenía que seguir teniendo. Christopher también se mostraba emocionado, salimos del consultorio y nuestras sonrisas se borraron al ver a Erick.

- ¿Que haces aquí?.- pregunto Christopher.

- La pregunta es para ti, que diablos estás haciendo aquí.- mire como Erick rápidamente se ténso.

- Vine acompañar a Kerene en este momento tan emocionante para ella, ya que esta sola y no tiene a nadie que cuide de ella.- respondió Christopher molesto.

- Ella me tiene a mí.- me miró.- Mi lugar es el de estar con ella ahí dentro, no tú.- dijo enojado.- Tu no tienes nada que hacer aquí.-

- Ya basta por favor, estamos en un lugar público.- dije para calmarlos.- No es el lugar ni el momento para discutir.-

- Entonces pídele a Christopher que se vaya.- se acercó a mi.

- Yo voy acompañarla hasta su casa, el que debe irse eres tú.- dijo Christopher.

- No estoy dispuesta a seguir escuchándolos discutir.- dije molesta y alejándome de ahí.

Erick camino rápidamente y se puso frente a mí.

- Kerene espera.- me tomo del brazo suavemente.- ¿Que será?.- miro mi panza y después me miro fijamente.

- ¿Te interesa?.- dije seria.

- Por supuesto que sí.- 

- Pues no te lo diré.- me alejé.

- No me puedes negar esa información, tengo derecho a saberlo.- respondió.

- También tu derecho era estar conmigo cuando el médico diera la noticia pero no.- mis ojos se inundaron un poco de lágrimas.

- Lo sé, amor.- entonces me abrazo.- Pero aquí estoy, no pude venir antes.-

- Aquí están los resultados.- me alejé y le ofrecí el sobre para que lo tomara.

- No.- se negó.- Te invito a comer y ahí me dices, sí?.-

- Yo no voy contigo ni a la esquina.-

- Maldita sea Kerene.- entonces llevo sus manos a su rostro.- Esta bien no me lo digas, lo entiendo.- sus ojos mostraban que pronto saldrían lágrimas.

Nunca lo había visto así, sentí conmoción al verlo así.

- Esta bien, vamos y ahí te doy la noticia.- dije con ganas de abrazarlo. 

- Bravo, un aplauso Colón ahora tienes que fingir tristeza para lograr lo que quieres.- dijo Christopher quien estaba detrás de nosotros.

Erick se iba acercar peligrosamente a el pero lo detuve.

- Por favor no más, el tiene derecho a saberlo Christopher.- lo miré.

- Esta bien es tu decisión.- suspiro y se acercó a mi.- Solo cuidate mucho.- me dio un beso en la mejilla, miro mal a Erick y se fue.

- Bueno, vamonos.- dijo Erick.

Caminamos y para salir había unas escaleras, Erick me sostuvo al bajarlas.

- Esta todo bien, si puedo bajar.- dije.

- Te puedes caer.- respondió y sonreí levemente, se preocupaba por mi.

- Cada quién que vaya en su auto, el mío está por acá.- dije desviando de dirección.

- No, vamos en el mío después venimos por el tuyo.- me abrió la puerta de su auto.

- Esta bien.- suspire.

En el camino habíamos permanecido en silencio un poco incómodo, finalmente llegamos al restaurante.
Entramos, estaba muy bonito y elegante todo.
El mesero nos dirigió a una mesa y saco mi silla para que me sentara.
Pedimos nuestra comida, Erick pidió un vino y yo un jugo de kiwi, ya que no podía ingerir bebidas alcohólicas, finalmente todo estaba sobre nuestra mesa.

-  Bueno antes de empezar a comer, dime que será.- dijo ansioso.

- Serán.- lo miré.

- ¿A qué te refieres con eso?.- dijo confuso.

- Es un niño y una niña.- dije sin más.- Mellizos.- sonreí.

Mire como su rostro cambió a una de sorprendido y sonrió.

- ¿Dos?.- pregunto y asenti.- No lo puedo creer, en verdad jamás lo imaginé.- sus ojos tomaron un brillo particular que no había visto antes.

- Yo tampoco, me sorprendí cuando lo dijo el médico.- dije con una sonrisa.

- De todas maneras hubiera amado lo que fuera pero deseaba que fuera niña.- mencionó.

- Y yo deseaba que fuera niño.- respondí con una risita.

- Entonces el deseo de los dos se cumplió.- tomo mi mano y la acaricio.

- Así es.- me puse nerviosa ante su tacto.

- En verdad gracias por esto, me haces tan feliz.-acaricio mi rostro después su mano bajo a mis labios.- Me muero tanto por besarte.-

- Yo también muero porque lo hagas pero no pasará porque tu no haz cambiado ni lo harás jamás.-

- Como te lo dije ayer, ella no significa nada para mí, ya te explique, lo hice por despecho porque soy un idiota pero jamás volvere a estar con ella.- suspiró.

- No tienes que decirme cosas que ni tu mismo crees.- aleje mi mano.

- Ya que estamos aquí, aclaremos las cosas y veamos por el futuro de nuestros hijos y del nuestro, tu y yo nos amamos, seamos felices y olvidemos todo lo demás.- me miro con súplica.

Miraba fijamente y escuchaba con atención a Erick cuando mi mirada se dirigió a la entrada del restaurante y vi entrar a Wendy acompañada de Jessica.
Abri mis ojos como platos, sentí una corriente nerviosa recorrer todo mi cuerpo, justo iba hacerle una señal a Erick pero en ese momento, ya tenía la mirada de ambas sobre nosotros.

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