Mi perfecta melodía, (BORRADOR)

Capítulo 25🌷

—Hoy ha sido un día muy intenso—me dijo Roth a través de la llamada.

Me encontraba sentada en el mueble de la sala, esperando que Mara llegara del colegio. Había pensado ir un rato a tocar el piano, pero sinceramente no tenía ánimos de hacerlo

—¿Y eso por qué? ¿Qué tanto hiciste hoy?

—Llevé a Jaden al preescolar, tuve que trabajar, hacer la comida que sabes que me queda pésima y también tuve que resolver algunas cosas que tenía pendiente por hacer.

Me olvidé de todo lo que había dicho y solo me concentré en la segunda frase, la cual por supuesto me sorprendió bastante.

—¿Conseguiste trabajo?

—Sí—afirmó orgullosa—. Quiero independizarme.

Alcé una de mis cejas, aunque mi hermana no me estuviese viendo.

—¿Y en que trabajas?

—Vendo mi tesoro, veinte dólares la hora.

Después de decirlo soltó una ruidosa carcajada que resonó en mis oídos. Roth tenía un sentido del humor demasiado gracioso, pero a veces sus palabras eran un poco malintencionadas y vulgares a la vez.

—Chama de verdad que yo no sé qué hacer contigo—mencioné mientras ella seguía riéndose.

—Sin mi tesoro no soy nada.

Volvió a reírse e intenté quedarme en silencio. Estaba consciente de que a veces yo solía decir cosas parecidas, pero era un poco más reservada que mi hermana. Ella era menor pero tenía experiencia en muchos ámbitos de la vida, yo no contaba con tanta y quizás a eso se debía el hecho de que no me gustara bromear de una manera tan vulgar.

Aunque tampoco era que odiaba las bromas, las amaba. Y si era posible, estaba disponible para cada bochinche.

—¿Podrías contarme algo?—le pedí para que cambiáramos de tema.

—La que debería contarme algo, deberías ser tú—respondió Roth—. ¿Qué ha pasado con Eliam?

—La situación con Eliam a veces va bien, luego se complica y cuando creo que estoy a punto de olvidarlo, aparece de la nada y dice un montón de cosas que logran que mi corazón se sobresalte.

—Y otra cosa también.

—¡Roth!—la regañé avergonzada y ella volvió a reírse.

—Es la verdad—murmuró con desinterés—. Tienes casi veintisiete años y sigues siendo virgen. No sé porque esperas tanto ¿De verdad crees que alguien merece esperar tanto para comenzar su vida sexual? Nadie merece que le entregues algo tan importante, pero si no lo haces cuando puedes y esperas el dichoso momento especial, al final terminarás decepcionándote.

Preferí no decir nada al respecto. No me gustaba hablar sobre ese tema en específico, me incomodaba demasiado.

—Eliam en pocas palabras, me dijo que me ama.

—¿De verdad?—inquirió sorprendida—. No sé, pero con ese hombre tengo un amor-odio. Es que cuando siento que voy a odiarlo, aparece y te salva de que dos tipos te hagan daño, luego quiero odiarlo cuando te grita, pero viene y te besa ¡Qué difícil es odiarlo!

Solté una risita por su comentario.

—También estoy intentando odiarlo, pero es un poco imposible.

—¿Y él ama a la chica con la que se casó?—curioseó mi hermana—. Puede que lo haya hecho por una razón. En las películas las personas adineradas se casan por conveniencia, porque necesitaban salvar una herencia, una empresa, no lo sé. No digo que sea el caso, pero no deberíamos descartarlo de las posibilidades.