Nuevo Destino

4. Casa de Gencianas

- Entendido, padre - respondió.

Lan Qiren se puso de pie mientras se dirigía hacia la puerta, el alfa empezaba a generar un lado paternal y protector por el zorro, pero de forma sorpresiva eso no le molestaba en lo absoluto.

- Puedes caminar por los alrededores, pero no te alejes mucho - dijo para abrir la puerta e irse de ahí dejando un ligero rastro de olor a menta y lavanda.

Wei Ying se colocó un abrigo que encontro entre lo que seria su ropa era algo pesado pero no se quejaba pues se conformaba con que lo mantenga caliente mientras está fuera, recogió un poco sus colitas, quedando escondidas bajo el abrigo.

Se dirigió de nuevo hacia aquel pabellón en el que conoció a Lan Zhan con la esperanza de encontrarlo ahí.

Tardó un poco en encontrar el lugar llamado Casa de Gencianas pues se encontraba bastante alejado, sabía que posiblemente estaba desobedeciendo de nuevo al alejarse tanto pero no podía evitarlo, era su naturaleza.

Al llegar notó que efectivamente seguía ahí, sin moverse manteniendo su postura firme y su vista al frente.

- Lan Zhan, Lan Zhan ¿Por qué sigues aquí? - preguntó mientras se acercaba un poco.

Lan Zhan no se molestó ni en mirarlo simplemente lo ignoró completamente, cosa que molestó a Wei Ying.

Se acercó lentamente e hizo el intento de tocar uno de los pequeños cuernos provocando un ligero roce entre sus dedos y aquel cuerno, provocando la incomodidad del dueño de estos pues nadie nunca había tocado sus cuernos, ni mucho menos su cola.

- No me toques - dijo de forma fría aún sin dirigirle la mirada al omega.

- Pero....Lan Zhan~ - canturreo alargando la última frase en un intento de obtener la atención del alfa, la cual obviamente le fue negada de forma indirecta, pero negada de igual manera.

A Wei Ying se le ocurrieron muchas maneras para preguntarle el porque estaba en ese lugar, sin que lo ignore como venia haciendo desde que llegó.

- Lan Zhan, ¿Podrías enseñarme el lugar? - fue la pregunta número doce que le hacia sin obtener respuesta en ninguna o simplemente obteniendo un no como respuesta.

- No.

Y ahí está de nuevo otro no.

Si no le había dejado tocar sus cuernos ¿Por qué no intentar con su cola?.

Sacó una de sus tres colitas y la alargó lo máximo que pudo hasta llegar a aquella cola adornada de hermosas escamas, al ser una de sus colas las que usaba no sentiría el tacto del todo debido a su pelaje pero valía la pena al menos intentarlo.

Dirigió muy sigilosamente la esponjosa colita de zorro, está vez no fue un simple roce, acarició de forma sutil la cola del dragón el cual hizo un intento de mover su cola con tal de no ser tocado, pero por alguna razón no pudo.

El tacto era sutil, la cola de Wei Ying acariciaba la de Lan Zhan quien se encontraba haciendo su mayor esfuerzo en ignorar al zorro, pero este de igual manera hacia su esfuerzo para no ser ignorado.

Al final Lan Zhan se rindió, lo tomó de la mano a pesar de que odia el contacto físico con cualquier ser.

Y se dirigió a cualquier lugar para así empezar a mostrarle los alrededores a Wei Ying quien veía todo más que fascinado.

Los dos niños se sentían tan cómodos entre ellos que sin saberlo uno de ellos ayudo al contrario a distraerse, en lugar de esperar por alguien a quien ya no volverá a ver nunca más.

Así sin saberlo ni mucho menos planearlo dieron inicio a su propia historia.