Capítulo X

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Hunter:

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Hunter:

Ella salió corriendo, luego de haber soltado todo lo que llevaba aguantando desde que empezaron a hablar. Supongo que en parte sí tenía razón, si alguno de nosotros hubiera detenido tiempo para analizar lo que hacía, no estaría sentado allí.

En cambio, esa psicología no les va a todos. No hay adictos por accidente, pero si hay accidentes que te vuelven adictos. En este lugar la mayoría intentan "curarte", pero la cura no siempre es la solución, por lo menos no en la compleja mente de ser humano, que se autodestruye con cada tropiezo con el que se enfrenta.

Me levanté de la silla, con las mismas ganas con las que había sentado, ninguna. Apresuré mi paso en busca de la pelirroja de suéter enorme, que caminaba hacia la salida con afán. Ella y su poca capacidad para comprar ropa de su talla.

Jane vestía descuidadamente, con atuendos simples y de hecho, dudaba que se acomodase siquiera la ropa luego de ubicarla en el cuerpo. Pero tengo que admitir que aún así, lucía preciosa.

—Hey —la llamé y corrí en su dirección, hasta posicionarme a su lado.

— ¿Qué quieres, Wiles? —no detuvo su paso.

—Nada —me encogí de hombros.

— ¿Para qué me sigues entonces? —preguntó con su tono borde.

—Después de todo lo que dijiste ahí dentro, supuse que necesitabas pasar tiempo de calidad con alguien así que... —usé mi tono coqueto, pero su rostro no reaccionó a mis palabras.

—No, gracias —simplificó—, no me gusta drogarme, soy de las que prefiere estar consciente de mis acciones —habló y su comentario me hirvió la sangre.

—A veces tengo que acordarme que eres mujer mientras hablo contigo —expuse con la mandíbula tensa.

— ¿Qué tiene que ver que yo sea mujer con tu mal genio?

—Que seré todo lo drogadicto que tú quieras, pero soy incapaz de levantarle la mano a una —las palabras salieron más fuertes de lo que pensaba, pero ya me había llenado la copa y ese no era el día para discutir con ella.

—Espera —gritó, cuando me vio alejarme—, perdón, se me fue un poco la olla.

—No me sorprende —encarné una ceja ante sus escuetas disculpas.

—Por favor, no te vayas —me pidió con un hilo entrecortado de voz.

— ¿Por qué me quedaría? —pregunté—, segundos atrás dijiste que no te drogabas y dudo que quieras tenerme cerca cuando yo lo hago todo el rato.

—No me importa —negó con la cabeza—, yo, solo no quiero estar sola, Wiles, no hoy, no ahora —la Jane Anderson indescifrable, dura consigo misma y con todos, desapareció mientras ella hablaba—. Prometo incluso no decir nada durante todo el camino.

Cuervo // Vínculo // ✓Where stories live. Discover now