El placer de conocerte ➜ ⚠️ ✚ １８ ⚠️

- Capítulo 3 -

Al otro día Bill asistió a la entrevista programada. Roman rentó un auto y recorrieron un poco la capital del país. Era bello.
Fueron a cenar a un lugar recomendado y se la pasaron bien probando comida regional.

Al regresar al lugar, fueron al bar. Roman tomó un par de copas y decidió que debía descansar. Quería hacer mas planes para distraer a Bill.
Bill por otro lado se quedó bebiendo. Una y otra y otra y otra. Cigarro trás cigarro.

Se volteó a ver el resto del bar desde la barra y en un rincón vio a la castaña ocupando un sillón al lado de una mesa de centro, con un trago en la mesa, mirando su teléfono...
Sintió la necesidad de disculparse por su comportamiento. Había sido grosero.
Su orgullo le pesaba pero cuando menos lo pensó se había puesto de pie y caminaba hacía donde ella estaba.

La castaña levantó la mirada del fondo de pantalla de su teléfono y se quedó congelada al encontrarse a  Bill con un trago en una mano y un cigarro en otra, mirándola.
Quiso ser cordial pero el alcohol se le subía muy rápido en ocasiones y mañana era su día de descanso por lo que se había excedido con la bebida un poco.

- Sr. Skarsgård... - Logró modular

- Creo que tenemos casi la misma edad... - Dijo Bill sentándose en el sillón dispuesto en frente de ella. - No me digas "señor"

- Es una formalidad, tomo en serio mi trabajo y me gusta que mis clientes se sientan respetados - añadió la castaña enderezándose y recobrando la compostura.

- Clientes... - Murmuró Bill en tono burlón.
Se inclinó hacia delante  y volvió a mirarla como la primera vez - Sabes... - Dijo mientras fumaba - Quiero disculparme por haber sido tan grosero. No lo merecías. - Se tiró para atrás reposando en el sillón.

La castaña no pudo evitar admirar su ser. Era hermoso.
Se estremeció, ese hombre la desorbitaba. La sacaba de su zona de confort, lo que había hecho por años era difícil con él. Era intimidante pero ella no concebía la idea de ser intimidada por un hombre.

- Disculpas aceptadas - Dijo ______ tomando el último sorbo de su trago y proponiendo irse. Pero sintió un agarre en su antebrazo.
De repente Bill estaba a su lado observando su rostro, estudiando sus gestos. Ella no quería perder.

- Dime que más puedo hacer por ti - Dijo mirando sus profundos ojos verdes con una mirada desafiante.

Bill sonrió de costado y soltó el agarre. Volvió a fumar sin quitarle la mirada de encima y se sentó mientras veía como la castaña se alejaba.

Sus piernas temblaban pero no estaba dispuesta a que nadie lo notara. Mientras Bill solo sentía satisfacción por haberla incomodado y al mismo tiempo culpa... No debía.

Con el alcohol haciendo efecto, la castaña logró llegar a su habitación. Había estado viviendo el último año en Diamond Place, era absurdo estar lejos del lugar cuando su servicio en las instalaciones era la mayoría de los días 24hs.
Logró entrar sin tambalearse en todo el camino, se quitó sus tacones, su blazer y el pantalón. Preparó la tina y allí se despojó del resto de su ropa. Se sumergió y cerró sus ojos.
Aún podía sentir el agarre de Bill en su antebrazo...
Sentía algo en su pecho. Era rabia por haber bajado la guardia un momento, mezclada con vulnerabilidad. Esos ojos habían logrado pasar las defensas que años le tomo construir. ¿Quién se creía? ¿Disculparse así? ¿Cómo se atrevió a tocarla? Nadie que notara su presencia se había atrevido a mirarla a los ojos de esa forma... Desafiaba sus creencias. ¿Qué pretendía?

Decidió que había bebido mucho. Tal vez en la mañana lo vería de otra forma.