Capítulo 1

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-"Septiembre despierta que vas a llegar tarde a clase" avisa mi madre desde abajo mientras me prepara el desayuno

-"¡ya voy mamá!

Cojo lo primero que encuentro y salgo corriendo al baño. Me visto y bajo a toda prisa a desayunar. Zumo de naranja, tostadas con miel y té, como siempre. Me pongo los zapatos y corro lo más rápido que puedo por el pasillo, cojo la mochila y voy directa al colegio, que está a punto de comenzar.

Tras una pequeña carrera de 5 minutos eternos, llego al centro. La entrada está colapsada por alumnos que llegan igual de tarde que yo. Me abro paso entre ellos y entro en el edificio. Corro por el pasillo y subo las escaleras a toda prisa. Llego a la clase, y como siempre, está a rebosar de alumnos de otras clases haciendo tapón en la entrada. Echo un vistazo por encima de las cabezas de las personas hasta avistar mi sitio. Bien, está libre. El timbre suena. Consigo pasar entre un grupo de chicas y me apresuro a llegar a mi sitio pero antes de llegar si quiera tropiezo con algo que me hace precipitarme al suelo chocando con la esquina de la mesa de Luis, mi compañero, y se apodera de mi cabeza un dolor insoportable que me impide seguir consciente

*****

Con pesadumbre abro mis ojos. La fuerte luz que emanan unos fluorescentes en el techo me obliga a cerrarlos de nuevo y volver a la oscuridad. Oigo un rumor en la lejanía. Siento que la cabeza me va a estallar. El sonido poco a poco se va haciendo más notorio y me obligo a abrir los ojos. No soy capaz de distinguir nada más que manchas. Parpadeo rápido para acostumbrar la vista y todo se vuelve más nítido. Estoy tendida en una cama que desconozco. Un pitido intermitente que emana un aparato a mi derecha me ayuda a volver más rápido a la realidad Pronto me doy cuenta que estoy en el hospital enchufada a varias máquinas, rodeada de varias personas: mis amigas, mi madre, mi abuela y David, todos rostros familiares. Les miré confusa.

-"¿Qué ha pasado?" logré decir con un hilo de voz mientras intentaba incorporarme. Al no conseguirlo me rindo y vuelvo a recostarme en la cama

-"Buenos días cariño" dice mi madre con tono dulce "te tropezaste con los cordones y te has desmallado"

La miré confusa.

-"¿Cuánto he dormido?" Seguía aturdida. Observo con detenimiento la habitación. Me encuentro en una sala con las paredes blancas y el suelo de baldosas. No hay ninguna cama a mi lado y eso me alivia ya que no tendré que soportar de nuevo la tortura que supone aguantar un compañero de cuarto. Consigo incorporarme agarrándome en la barandilla de la cama.

Vi que María iba a decir algo pero Laura se le adelantó

-"tres días"

Me llevo la mano a la frente, pero al sentir un dolor punzante la retiro en seguida soltando un gemido de dolor.

-"¡No toques eso!" exclama Angie alzando la voz "Te han dado quince puntos"

Me quedé helada. 15 puntos son demasiados.

"¿Qué más ha pasado?" pregunto con la voz temblorosa.

Se hace un pequeño silencio y Angie y Laura murmuran. Laura interviene esta vez

-"¿Ves esa silla?" apunta con su dedo índice a un sillón azul que está a la derecha de la cama

Mire y vi a David sonriéndome y saludándome.

-"La señalabas en las noches y decías no sé qué de un protector y que unas cosas te dejaran tranquila"

-"¿Habéis estado espiándome?" pregunté alterada. No podían saber nada más, no debían saber más.

-"No que va" ahora es María la que habla "son las cámaras que te pusieron la segunda vez que dijiste lo de la silla"

Asentí y las busqué. Vi dos cámaras blancas que me observaban atentamente y se graduaban cada vez que hacia un movimiento. Me puse a jugar con ellas haciendo gestos admirando como se movía el objetivo.

Entró el médico y dijo que saliera todo el mundo.

Cuando todos salieron me pregunto que si sabía quién era la persona que supuestamente estaba sentada todo el rato a mi lado y que a quien les pedía que me dejara en paz.

No contesté.

Siguió haciéndome preguntas a las que no presté atención, en total unas doce relacionadas con mi contusión a las que siempre respondía no. Cuando vio que sería incapaz de contestar las preguntas con seriedad salió de la habitación para dejar paso a mi abuela y David.

-"¿Septiembre estás bien?" me pregunto mi abuela preocupada, quien antes solo se había limitado a observar, y no la culpo.

No dije nada, no quería más preguntas de nadie, ni siquiera quería preguntar yo, los hospitales no me dejaban ser yo misma, solo me obligaban a guardar silencio. Demasiados oyentes.

-"OYE, NIÑA, A TU ABUELA NO SE LA IGNORA" gritó al percatarse que pasaba de ella.

-"A MI NO ME GRITAS" Respondí de la misma forma. Debería aprender a controlar mi tono cuando me grita un adulto. Las luces empezaron a parpadear.

-"A MI TAMPOCO ME GRITRAS QUE SOY TU ABUELA Y LO ÚNICO QUE HE HECHO HA SIDO PREOCUPARME POR TU SALUD"

-"AY VALE" tomé aire y conté hasta diez "Perdón abuela, son... los hospitales... tu sabes por qué es." Ya estaba más calmada

-"no pasa nada cielo" se acercó y me acarició mi cabeza "tú sabes que siempre te protegeré"

-"Como ahora ¿no?"

-"Mira niña..." empezábamos a perder ambas la paciencia. Las cámaras se reventaron.

-"gracias por no reprocharle al resto que en realidad no soy torpe" continué diciendo advirtiendo que aporreaban la puerta.

-"muchas gracias por..."

En ese momento un médico abrió la puerta con una fuerte patada.

"¡no es posible!, ¡lo he vuelto a hacer!" pensé.

Sentí una punción en mi antebrazo derecho y empecé a ver borroso y luego negro, de nuevo oscuridad.


(si comentáis que os parece la nueva actualización lo agradecería mucho)

PERDIDAWhere stories live. Discover now