Capítulo 26 - Sonrisas y réplicas

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—Cabo primero Jerome Niasse— Me regala una amplia sonrisa, haciéndome cómplice de la situación.

—Doctora Sheyla Bonheur, encantada de conocerte Jerome— Le respondo extendiendo mi mano como broche final a nuestra presentación, y él la estrecha con firmeza sin desprenderse de esa sonrisa que invita a la cordialidad. Definitivamente, me agrada Jerome, su personalidad es completamente opuesta a la de Blaime, es alegre y risueño, nada que ver con su compañero. Agradezco su gesto devolviéndole una sonrisa, pero cuando la conversación está a punto de reanudarse en el punto de la fiesta, Agathe entra en la sala con un cuenco lleno de agua caliente. ¡Vaya! Me había olvidado por completo de Agathe y la excusa del agua caliente, ¿Cómo le digo ahora que no es necesaria sin que resulte violento?

—Doctora Bonheur, el agua— Extiende el cuenco hacia mí, y por un momento no soy capaz de decir nada, hasta que finalmente reacciono saliendo al paso como puedo. Tomo el cuenco de entre las manos de la enfermera y me giro hacia Chel que continúa extrayendo los puntos de sutura de la ceja del soldado.

—Toma, el agua que necesitabas— Y hago todo lo posible por ocultar un guiño de complicidad con mi amiga sin que Jerome lo vea, pero por alguna razón, su mirada sigue fija en la de la enfermera que tampoco aparta sus ojos de él. Como era de esperar, Chel me sigue el juego por no dejarme en mal lugar.

—Gracias chicas— Agradece fingiendo una sonrisa. Pero al igual que yo, se da cuenta de que no es necesario porque ni la enfermera ni el soldado nos están prestando la más mínima atención. Tan solo se miran el uno al otro de forma furtiva, como si de alguna manera no quisieran evidenciar nada ante nuestros ojos. Pero la sonrisa que se dibuja en la cara de Jerome en cuanto Agathe abandona la estancia para volver a sus labores lo evidencia. Se hace un extraño silencio que Chel se atreve a romper con su picardía habitual.

—Vaya vaya Jerome... ¿Y esa sonrisa?— Jerome estalla en una carcajada que trata de reprimir para evitar que las tijeras con las que mi amiga le está retirando la sutura acaben clavadas en su piel, pero el soldado ya se ha descubierto y Chel no detiene ahí su broma —¿Te gusta mi enfermera?— Me dedica una mirada cómplice a la espera de Jerome responda.

—Es muy guapa— Se ríe con timidez, como lo haría un niño pequeño sin malicia. Y entonces tanto Chel como yo estallamos en una ovación ante la sincera respuesta del soldado. Tal es nuestro alboroto, que atraído por los gritos aparece Mark, asomando la cabeza por la puerta para averiguar a qué se debe tanto júbilo.

—¿Todo bien?— Pregunta con una sonrisa en la cara, tratando de entrar en el comité, pero su presencia todavía se me hace incómoda a pesar del tiempo que ha pasado desde nuestra ruptura, por lo que mi humor al verlo cambia radicalmente.

—Sí, todo bien— Mi escueta respuesta crea un incómodo silencio que se rompe cuando Chel menciona el tema de su cumpleaños.

—No es nada, hablábamos de mi cumpleaños— Ella siempre tan diplomática. Haciendo un intento por confraternizar, Mark atraviesa el umbral de la puerta para acercarse unos pasos preguntando.

—¿Entonces habrá fiesta?— Y esta vez es Jerome el que se anticipa.

—Estamos intentando convencer a la doctora Laurent para celebrarlo— Ignorando mi tensa presencia, Mark centra su atención en Chel, respondiendo al comentario del soldado.

—Estoy de acuerdo, opino que deberíamos celebrar un día tan especial para alguien tan importante en esta comunidad— Contesta dedicándole una de sus "irresistibles y convincentes" sonrisas a mi amiga. Pero conociéndolo, sé que si todavía permanece en la habitación no es tanto por la fiesta de cumpleaños de Chel, sino por hacerse notar ante mí, lo cual aborrezco.

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