𝗨𝗡𝝝

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Donghyuck parpadeó intentando mantenerse despierto, acomodando su cabeza sobre su mano después de que esta se resbalara por tercera vez.

Volteó hacia el frente de la clase, enfocando su vista en Leonardo Di Caprio quien, tras la enorme pantalla, era arrastrando corriente abajo. Observó las manecillas del reloj con un vistazo rápido sintiéndose un poco más aliviado al ver que quedaban cuatro minutos menos de clase desde la última vez que había visto la hora.

Sus ojos se dirigieron a su profesora robusta de inglés, quien ajena a la película y a todo a su alrededor, estaba enfrascada en su celular como la mayoría de sus compañeros en el aula. Reprimió un bufido de exasperación. A ese ritmo terminaría con su cabeza sobre la mesa completamente dormido por el aburrimiento.

Era jueves por la tarde y esa era su última asignatura antes de poder correr con libertad a su habitación. Donghyuck casi había soltado un suspiro de felicidad cuando su profesora no había cruzado la puerta del salón transcurridos los quince minutos de tolerancia una vez iniciada la clase. Más su felicidad le duró tan poco cuando al tener la mochila sobre el hombro, la regordeta señora había aparecido por la puerta con dos chicos del taller de audiovisuales tras ella, arrastrando un carrito con una televisión sobre el. Entonces casi pega el grito de frustración cuando su profesora comenzó a reproducir "El renacido" a la par que apagaba las luces y prohibía el uso de celulares.

Donghyuck estaba harto de su sistema de enseñanza, pues su profesora sostenía la idea de que viendo películas y escuchando canciones podrían aprender de mejor forma el inglés. Lo peor no era ver películas, que en lo personal no le llamaban la atención, tampoco que las veían con el audio en inglés, lo peor era que los malditos subtítulos también estaban en inglés y vaya a saber que demonios decían las películas porque Donghyuck simplemente no se llevaba con el idioma, así que no entendía ni una palabra de lo que decían los personajes.

Cerró sus ojos y comenzó a frotar sus sienes. A ese paso saldría de la universidad sin saber una mierda del idioma. Estaba frito y nadie en su familia sabía inglés como para ayudarlo un poco.

Donghyuck detuvo su masaje cuando sintió un golpe en su hombro, volteando hacia su costado vió la mano extendida junto a él. Yangyang lo veía de regreso con una sonrisa. Una menta estaba en la palma de su mano y Donghyuck estaba tan harto que la tomó y se la metió en la boca con la esperanza de que el azúcar del dulce le permitiera mantenerse despierto por quince minutos más.

—Esta película es buena —habló Yangyang, señalando la pantalla al frente de la clase —Ahora entiendo porque le dieron el Oscar al oso. —bromeó, sacando de su bolsillo otra menta igual y metiéndosela a la boca.

Donghyuck volteó a ver la pantalla también, viendo como las personas en la película corrían de un lado a otro.

—Si —asintió con la mirada perdida por unos segundos antes de voltear a ver a su amigo —Honestamente me importa un comino.

Yangyang frunció una de sus cejas.

—¿Qué demonios te pasa? —preguntó, recibiendo nada más que los ojos en blanco de Donghyuck —Haz estado con tu humor de perros toda la semana y esa cara de culo desde que inició la clase.

—Siempre tengo cara de culo.

—Por supuesto que no —afirmó Yangyang. —¿Ahora que pedos mentales tienes?

Donghyuck abultó su labio en un puchero.

—Es que no entiendo ni una mierda, Yang. —chilló. Yangyang lo observó con cara de póker face sin entender a qué se refería exactamente Donghyuck. Dándole una mirada plana, Donghyuck volvió a hablar —El inglés —dijo con hastío. —No entiendo inglés.

𝑽𝒐𝒍𝒄𝒂𝒏𝒐 🍑 𝐽𝑜ℎ𝑛ℎ𝑦𝑢𝑐𝑘Where stories live. Discover now