Parte 24: El club.

40 2 0
                                    

_Yo: Bien. Me voy a desayunar.

_Casian: ¿Vas a bajar sin pijama?

_Yo: Si, no habrá nadie.

_Casian: Si tú lo dices. Yo me voy a cambiar.

_Yo: Bien.

Bajé a la cocina y estaban todos esperando en la mesa.

_Dante: ¿Qué haces sin pijama Hona?

_Yo: Pensé que no había nadie -dije cogiendo rápidamente una manta del sillón-

_Wael: A bonita hora. No dejaste nada a la imaginación.

_Castiel: Por cierto. Bonito conjunto -me guiño un ojo-

_Casian: Deja de guiñar si no quieres quedarte sin ojo -dijo bajando-

_María: Te levantaste de buen humor -dijo con ironía-

_Casian: Si me levanté bien, lo que no tolero es que intenten ligar con mi novia -levanté la ceja-

_Yo: ¿Podemos hablar? En privado.

_Casian: Sí. Vamos a mi oficina, tengo que coger una cosa para darle a Dante y a María.

Caminamos hasta su oficina y hablamos allí.

_Yo: ¿En qué momento volvimos a ser novios?

_Casian: ¿No lo somos? Pensé que ayer lo arreglamos todo.

_Yo: Si, pero no hablamos de eso. Ahora mismo no quiero nada, ya lo intentamos y no funcionó. Quiero estar un tiempo sola para encontrarme conmigo misma. La verdad ahora no estoy muy bien y estar en una contínua pelea contigo o con otra persona no ayuda.

_Casian: Bueno, lo entiendo, no es fácil. Y menos ahora que vamos a iniciar un guerra. Yo haré todo lo posible para mantenerte a salvo.

_Yo: Quiero luchar con ustedes. Puedo aprender y ayudarles.

_Casian: No, estos no son tus asuntos.

_Yo: Quiero por una vez, tomarme la justicia por mi mano. Me secuestraron y por una vez en mi vida, solo una, quiero justicia.

_Casian: Yo te voy a dar esa justicia. No pienso morir hasta que ese esté muerto.

_Yo: No, quiero hacerlo yo. Quiero verlo sufrir, suplicando por su vida -me interrumpió Dante-

_Dante: Dijo la Ravenclaw -hizo una pausa mientras se apoyaba en el marco de la puerta- bajen si quieren comer algo. Castiel y Wael se están terminando lo que queda.

_Casian: Ya vamos.

Asintió y salió.

_Casian: No quiero que salgas perjudicada por esto. Lo haré yo y tú te vas a ir con Dante y con María.

_Yo: Pero -me interrumpió-

_Casian: Pero nada Hona. Te vas y punto -dijo serio-

Rodé los ojos y salí de la habitación para ir a buscar mi ropa a la de María.

_Casian: La cocina está bajando las escaleras que están al lado contrario.

_Yo: Lo se. No voy a ir a comer.

Cuando llegue a la puerta de María me metí y cogí mi ropa para irme a bañar. Minutos más tarde salí y di una vuelta al patio.

_Dante: Te vendría bien correr.

_Yo: Son las siete menos cuarto de la mañana, no gracias. Me sentaré en la hamaca a ver el amanecer -dije sentándome-

_Dante: ¿Piensas ver el amanecer hasta las ocho?

_Yo: Sí, es mi idea. Hasta que pueda desahogarme con algo.

_Dante: ¿Quieres desahogarte?

_Yo: Sí, es lo que te acabo de decir.

_Dante: Vamos -dijo jalando de mi mano para que me levantara-

_Yo: ¿A dónde vamos? -dije mientras caminabamos-

_Dante: A desahogarnos.

_Yo: ¿Dónde?

_Dante: Eso es un secreto. Llama a Casian y dile que vas a salir conmigo.

_Yo: No. Llámalo tú. No quiero hablar ahora con él -giró los ojos-

_Dante: Bien yo le llamo. Sube al coche mientras -dijo abriéndolo-

Me subí al coche y minutos más tarde se subió él.

_Dante: Listo. Vámonos.

Cinco minutos más tarde Dante estaba abriendo una puerta algo escondida entre plantas.

_Yo: ¿Qué es esto? -dije cuando entré-

_Dante: Un club de boxeo antiguo -dijo mientras caminaba por el lugar- ahora vas a coger esto y subir al ring.

_Yo: No se hacer boxeo.

_Dante: Da igual. Te vas a poner las vendas y los guantes y vas a darle golpes a las almohadillas que me pondré. En las manos -dijo extendiendo las vendas y los guantes-

_Yo: Mientras sirva para desahogarme.

Me puse las vendas tal y como me lo explicó Dante y los guantes. Subimos al ring y empecé a darle golpes a las almohadillas. Cuarenta y cinco minutos más tarde estábamos bajando del ring.

_Dante: ¿Te desahogaste?

_Yo: Sí. Realmente sí. A lo mejor vengo más seguido.

_Dante: No solemos venir muy seguido. Estamos ocupados entrenando en el gimnasio.

_Yo: ¿No les han visto venir aquí? El dueño y eso.

_Dante: Al dueño lo conoces.

_Yo: ¿Quién es?

_Dante: Es mío. Era de mi familia y cuando murieron se convirtió mío. Y los de la mansión pueden venir, pero no suelen venir porque normalmente no entrenan juntos. Pocos entrenamos juntos. Nosotros venimos de vez en cuando. Y a veces hacemos alguna pelea amistosa. Aunque alguna nariz partida por ahí no falla. Sobretodo cuando estamos realmente enfadados.

_Yo: ¿Viene alguien normalmente?

_Dante: Quien más suelen venir son Castiel y María. Ellos siempre han hecho boxeo y siempre hacen alguna pelea.

_Yo: ¿Han hecho alguna profesionalmente?

_Dante: Todas las de ellos son profesionales. Normalmente peleas de boxeo solo las hacemos los profesionales, al menos de los que venimos de la mansión. María y Casian venían a entrenar aquí cuando eran pequeños, es de eso de lo que nos conocemos los tres, pero Casian lleva tiempo sin venir. La última vez que vino fue la primera semana cuando desapareciste. El resto del tiempo lo pasó pensando planes para matar al círculo de Nate.

_Yo: Debería venir más seguido. Le hace mucha falta.

_Dante: Lo se. Tenemos que irnos, si no me mata -dijo mientras caminábamos a buscar la llave-

_Yo: Bien. Creo que ya estoy despierta -reímos-

_Dante: Entrenaras en el patio y después iremos al gimnasio. ¿Sobrevivirás hasta después de comer? -dijo abriendo y subiendo al coche-

_Yo: Eso espero.

_Dante: ¿Estás cansada?

_Yo: Solo un poco, pero puedo, al menos, llegar al gimnasio, después a lo mejor tienes que subirme a caballito -reímos- y llegamos a la mansión en un silencio acogedor-

_Dante: Ve directamente al patio, yo te llevo ahora una botella de agua.

_Yo: Gracias.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora