CAPÍTULO 19 - La cita, las fotografías y alguien más...

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Mirabelle y Glory en cambio, casi no podían salir. Era obvio, no debían ser emparentadas a la señora Barton. Así que ese día se quedaron en casa. Sólo las almas de Dunne, Barton, Mirabelle, Glory y Susan quedaron.

Pero, "no se quedaron en los huevos". Y también hicieron lo suyo. Por fortuna, hasta sus habitaciones, los gemidos de la señora Barton y el señor Dunne no se escuchaban. Tal vez porque no eran tan jóvenes como ellas dos. Y los pulmones se les cansaban con facilidad. Así que ellas hicieron lo que tenían que hacer y nadie tampoco lo notó. Ya se había convertido en una costumbre, besarse el cuerpo con pasión y tocar zonas con sus bocas que normalmente con un amigo no se haría. Pero era el amor simplemente dando sus frutos. Nada de otro mundo.

Luego de ese día, esperaron pacientemente al jueves. Como ya se sabe, todo estaba preparado para que resultase como un éxito. Pero la mala fortuna a veces es curiosa y llega cuando no se le espera. Los aretes que la señora Barton tenía a ambas chicas les había provocado una horrible picazón en las orejas. Así que no pudieron usarlos.

¡Se ven tan sencillas! ¿Y ahora qué haré? —Se cuestionaba frustrada. Anne con seriedad la miraba y negaba con la cabeza.

Mirabelle y Glory estaban como dos perritos tímidos sin saber qué decir, la culpa no era de ellas.

Anne se acercó con disimulo a la señora Barton y le dio un ligero codazo, entonces le susurró.

¡¿Por qué les ha dado joyas de fantasía?! —Preguntó furiosa. La señora Barton se giró indignada.
¡Guarda silencio! —La calló en voz baja, entonces prosiguió—¿no sabes que las joyas reales cuestan una fortuna, y no estoy para perder oro ni plata? —alejó—no importa si no llevan pendientes, de igual manera la belleza que poseen cautiva.

Anne negó resignada y dio un gran suspiro.

¿Entonces qué haremos? —Cuestionó Mirabelle.
Irán así, niñas, ¡son bellas después de todo!, unos pendientes no les robará elegancia—. Dijo segura de sí misma.

Ambas chicas asintieron, se miraron y encogieron de hombros. ¿Qué más podían hacer? Se las arreglarían así. Entonces, con sus bellos vestidos se dirigieron a la puerta. Estaban por irse. Y las chicas de la casa las miraban con expectación, otras con envidia y otras con desinterés, como era común. En todo este tiempo no se habían relacionado con ellas y la señora Barton así lo prefería. El señor Dunne había venido a buscarlas y las esperaba fuera. El chofer había venido a avisar a la puerta que faltaba poco para la hora de partida.

Mirabelle & Glory se despidieron de con un ademan de la señora Barton y de Anne, quien las miraba sonrientes como si fuesen dos hermanas menores de sangre yendo a buscar el éxito en la vida. Y cuando estaban partiendo, la señora Barton le lanzó un ligero mensaje a la rubia.

¡Se amable! —Se le dirigió—no olvides lo que hablamos hace un tiempo. Conviértete en fortaleza—. Dijo con cariño.

Y una sonrisa se dibujó en el rostro de Glory, porque sintió que la señora Barton genuinamente se preocupaba por ella.

El día había llegado y era hora de dar un paso más adelante hacia el objetivo final de ese plan. Cruzaron todo el camino hasta llegar a la gran reja. La casa color verde limón pastel era dejada atrás con su extravagancia, allí esperaba el señor Dunne en el carruaje con su sombrero y su traje bien cuidado.

Al verlas se bajó y les abrió la puerta, las ayudó a subir y las saludó con cortesía.

¿Están listas para esta cita...? —Preguntó interesado.
Estamos bien preparadas—Sonrió Glory. Mirabelle también.

ORFANDAD♟️[EN HIATUS] Where stories live. Discover now