Capítulo:-24 ¿Que te pasa? Manuel.

Comenzar desde el principio
                                    

—Manuel ¿Que te pasa? — me pregunta Bia.

— Creo que estas perdiendo la cabeza Manuel—me dice Mónica.

—Si  me pasa de que no soy un niño pequeño, Bia, de que puedo hacer lo que quiero y no voy a permitir que mi padre se meta en mí vida — digo para romper otro jarrón valioso.

— Manuel para ya— me dice Mónica. mi padre sigue sentado, se toma su café. Sonríe  de seccionado , se pone de pie para caminar a mí, hasta estar frente a frente de mí.

—Hoy me di cuenta que has crecido Manuel, que no eres el niño de ayer...

—No me vengas con sermón Thiago, que aborrezco eso — le gritó en la cara, el me empuja y yo le doy con mi puño cerrado en cara, no sabía lo que hice, hasta que lo vi que cayó al piso, tenía los puños cerrados, todo pasó en cámara lenta, vi como los empleados comenzaron a pasar delante de mi.

— Thiago mi amor ¿me escucha?— dice Mónica mientras lo observa, tiene los ojos en blanco—Bia, traer el aparato, le va a dar un infarto—dice Mónica mientras le quita la camisa — ¿Que coño contigo? Es tu padre, ¿Te das cuenta?—me grita Mónica para darme una bofetada.

— Tenemos que llevarlo al hospital, Mónica—dice un empleado y yo me acerco para levantarlo.

— No, alejarte Manuel—me dice Bia — Vete, nosotros podemos sin ti— me dice nerviosa.

— Manuel es mejor que te vayas de la casa—me dice Mónica mientras me empuja — Eres un monstruo, no quiero que mi hijo te conozca, no quiero verte— me dice y veo cómo están poniéndole el aparato a mi padre, Bia tiene su cabeza en sus piernas, mientras llora, estaba asustada— Manuel ve por tus cosas y te vas, no quiero que Thiago te va—me dice.

— Funcionó Mónica, todo está en orden— dice otro empleado, pero mi padre aún está consciente, lo cargan para llevarlo a su habitación, Mónica lo sigue, sólo quedamos Bia y yo, ella esta aun sentada en el piso, no dice nada.

— Bia, tranquila todo estará b— digo acercándome, pero su rechazo me dolió.

— No, no, no Manuel, te quiero lejos de mí— dice para agarrarse del mueble— ¿Quien eres ? Manuel— se limpia la cara y suspira— No te conozco, Mónica tiene razón, es mejor que te bayas— dice para ponerse de pie, pero se cae, sus rodilla tiembla, cuando sus rodillas hacen contacto con el piso, rompen en llanto.

— Bia, sólo fue un accidente— digo preocupado para ayudarla.

— Que no me toques Manuel, que te alejes de mi, que no te quiero ver, que eres un monstruo, no tienes dominio de tu vida, no piensas antes de actuar— dice y se acerca a mi— Tú actúa y después piensa, cuando es tarde, sabrá Dios cuantas estupideces has cometido por tal actitud— sus palabras me destrozan—No necesitas tiempo para nada, no tienes remedio Manuel — dice para sonreír con tristeza— Hace poco te escuche decir de qué alguien necesitaba  internarse en una clínica, pero no te das cuenta que debes de hacerle compañía— se ríe nuevamente—Es tan fácil ver los errores de los demás, pero no los nuestros.

— Bia, no distraigas a Manuel, se tiene que ir—dice Mónica.

— Bia, tenemos que hablar— le digo y Mónica se pone delante de ella.

— Es mejor que te alejes de Manuel, Bia, mira en lo que se ha convertido, da miedo ¿no?— le dice y Bia afirma, no voy a negar que estoy destrozado, Bia me mira y después se va llorando, la iba a seguir pero Mónica me detuvo—Tu te vas, te di tiempo para que recoja tus cosas pero te vas sin nada.

— Tengo que despedirme de carmín— le digo y ella me agarra de brazo para impedirme caminar—No te quiero cerca de mi hija Manuel — se ríe— Por lo visto el protector de Manuel, tiene la soga al cuello, necesitas un empujón—me susurra al oído — Nadie te quiere, te imaginas la mirada de odio de tú padre cuando despierte, no quera ver, no tienes dinero Manuel, estas en la calle como te lo mereces—me dice y mejor me largo, pero me sigue —Te voy a reportar por lo que hiciste, por tu agresividad puede que seas sospechoso de lo que le paso a Hannah, eres un monstruo, largo—me dice mientras me subo a mi carro, pero esta me quita las llaves — Sin nada, para que aprendas— sonrío.

— Me tengo que ir Mónica, si me das espacio personal, ya estaría afuera—le digo para salir, pero me detengo — Aquí tiene Mónica, no lo necesito— le entrego mi móvil y miro hacía arriba para arme cuenta que Bia está observando desde la ventana— Si quieres también te paso la ropa— le digo y está sonríe.

— Me parece buena idea Manuel— yo sonrío para quitarme los zapatos, el pantalón, el abrigo, la camiseta, observa a ver si veo a Bia, pero no estaba, los empleados no miraban, estaban mirando al piso, sonríe nuevamente.— No has terminado Manuel— agarro mi bóxer para quitármelo.

— Manuel detente— dice Bia saliendo de casa.

—Bia, viniste a disfrutar también —le digo sonriendo para quitarme el bóxer, pero ella me agarra la mano para que no lo haga.

— Mónica para con esto— dice para quitarle la ropa— Es suficiente con demasiado— dice para entregarme la rapa, pero yo no la acepto.

— No la necesito de tu ayuda Beatríz, estoy bien— sonrío— Me tengo que ir, está por llover.

— Manuel, esper....

Fue lo último que escuché cuando salí por el portar de la casa, no mire hacia atrás ya que escuchaba los gritos de Bia, no quería verla más sufrir, los vecinos observaban desde arriba lo que pasaba, todos me miraban como si era un loco, pero yo no le daba tanta importancia, sólo corría y corría cada vez con más velocidad, mientras los recuerdos de mi padre y yo pasaban por mi cabeza, cuando conocí a Bia, cuando Carmín llegó a la casa, cuando Hannah, todo esas imágenes llegaron a mi cabeza, para así nublarse mi vista y detenerme, la lluvia cada vez caí con más fuerza, no puede evitar gritar con todas mis fuerzas.

—BIAAAAAAAA.... — para después caer como un perdedor al piso.

Never Stop. [Binuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora