Hagámoslo en... [YiZhan/ZhanYi/Versátil]

Disneylandia [extra 1]

ZhanGe no quiso que agregara este punto a la lista porque habíamos follado en el hotel del resort y no en el parque, pero yo sí me he quedado con ganas de contaros lo mágica que fue esa experiencia.

Así que aquí va.

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Era el cumpleaños número 22 o 23 de Xiao Zhan (no recuerdo bien).

Yo quería darle un regalo bonito, que no olvidara nunca, así como el hizo con el mío en la excursión a las montañas (y que también nos faltó follar ahí) así que, usé todos mis ahorros para llevarle a Disneylandia.

Había encontrado una promoción de tres días en internet y al final no resultó tan caro como pensé.

El primer día, llegamos al hotel y dimos un recorrido al parque. Nos subimos a algunas atracciones y por la noche, descansamos por muchas horas viendo programación de Disney.

No teníamos mucha energía ni para movernos y pedimos todo el servicio de comida a la habitación. Más entrada la noche, salimos al balcón a ver Disneylandia iluminado con luces y fuegos artificiales. Todo chulo.

Al segundo día, terminamos de recorrer el parque. Salimos desde muy temprano para visitar las atracciones que nos faltaban y llegamos igual de agotados por la noche.

Pero no la iba a dedicar a descansar una vez más. Tenía que darle el mejor regalo a mi novio. Aunque no niego que al principio Zhan se hizo el difícil.

Al viaje, había llevado un kit sexual: condones de sabores y en tonos fosforitos. Un anillo vibrador que compre para mí y uno para Xiao Zhan. Los lubricantes comestibles tampoco faltaron. Y de postre; dulces.

—Yibo... ¿Si te enteras que estamos en un hotel familiar y que hay niños en las habitaciones de junto?

Pero eso no me importó. Sujeté las manos de Zhan con un paño repleto de estampado de la carita de Mickey Mouse y le lance a la cama boca bajo.

—Me importan una mierda —le dije bajando sus pantalones —hoy te voy a hacer el amor.

Sumergí mi cara en medio de las dos mejillas traseras de Xiao Zhan y lamí aquel pequeño agujero, con ferocidad.
Quería que A-Zhan gritara, pero se resistía.

Entonces me separé de él y le dejé recuperar la respiración. Mientras tanto, saqué un anillo pequeño, y me lo puse en la lengua.

La sensación de vibraciones se sentía extraña, pero cuando regresé a mi labor estimulando a Xiao Zhan... Uff. Ni cómo describirlo.

En él había una cavidad del ancho de dos dedos míos. Sería suficiente.

Me retiré el vibrador de la boca y coloqué el condón de sabor a fresa.

—Quiero... —Murmuró Xiao Zhan, mirándome de lado y mordiéndose el labio. Su tono era demaciado excitante.

Sonreí cuando nuestros ojos se encontraron y le ayudé a sentarse en el borde de la cama. Aunque me suplicó soltar sus manos, no lo hice y dejé que saboreara el sabor del plástico en mi pene.

Después de haberse acabado el lubricante del látex, vacié un poco más de las botellitas que llevaba. Él calor de la saliva de Zhan mezclado con aquel aceite me provocaron una sensación de placer inexplicable.

No pude permitirme saciar sólo con su boquita y lo arrojé a la cama. Nos besamos y compartimos el sabor a fresa del lubricante y me metí entre sus piernas.

Al estar dentro de él, me quedé de rodillas y alcé sus tobillos al aire. Comencé mi vaivén de movimientos y los gemidos comenzaron a sentirse más fuertes cada vez.

La carita de Zhan me suplicaba por más y yo le concedí el deseo.
Sin salir de él, alcancé el kit y saqué el anillo que era para Zhan. Lo coloqué en su erección y enseguida gritó.

Ese grito me nubló la cabeza y bajé sus piernas, me pegué a él completamente y nos besamos.

La vibración de pene en fricción con mi cuerpo aceleraron mi velocidad. Pero me falta algo ahí para que fuera la escena perfecta.

Nuevamente, del kit sexual, saqué una paleta de chocolate.

No, no lo iba follar con ella. Al menos no analmente.

—Eres... Eres un caso —murmuró con la voz entrecortada y antes de que metiera la paleta en forma de pene a su boquita.

Xiao Zhan sujetó la paleta con sus manos y la chupaba, imaginando que era mi pene, mientras yo continuaba arremetiendo contra él.

Me encantaba esa escena. Zhan sacaba la legua y contorneaba el chocolate por algunos segundos y después la metía toda dentro de su boca.

—Ah, joder... —rugí —lo haces tan sexy.

La cobertura de la cabeza del pene de chocolate se abrió después de unas cuantas lamidas más y dejó caer un jarabe blanco. Xiao Zhan se llenó el contorno de la boca con ella y después me atrajo hacia él.

Nos besamos de forma descarada. Cómo si no existiera un mañana. El sabor a plátano de la paleta y la lengua de Zhan follando mi boca me llevaron a correrme dentro del condón. Mas no tuve suficiente.

Dejé que nuestros cuerpos se relajaran tantito y volví a usar un nuevo preservativo. Esta vez era de uva.

También se la chupe a Xiao Zhan con el lubricante de fresa y logré hacer que se corriera en mi boca. La mezcla salada y dulce duraron en mi boca algunos minutos antes de practicar mi nueva posición.

Me coloqué a espaldas de Xiao Zhan y besé su cuello, mis piernas las metí en medio de las de él, y llevé su pierna izquierda hacia arriba.

Agradecía muchísimo que Xiao Zhan sea tan flexible.

Busqué su entrada con los dedos y, luego de untar lubricante, entré.

En esta posición no podíamos ir rápidamente pero sí podía entrar profundo en él. Llegué muy pronto al punto que le hace gritar y arremetí con fuerza.

—Yi... Yibo... —gritaba.

Xiao Zhan alcanzó el kit sexual y sacó una segunda paleta de ahí. La llevó a mi boca y ahora era él el que me follaba con ella.

Los dos llegamos al orgasmo al mismo tiempo y la paleta también se derritió en mi boca y compartí el líquido con Xiao Zhan.

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Ojalá que algún día pueda repetir ese momento mágico con él.
Sino, me confirmaré con los sitios que tengamos en la lista.