Pero Mac no se deja intimidar y continúa -¡Esto es una puta cárcel! ¡Nos retienen aquí para que hagamos el trabajo sucio! ¿Por qué no hay adultos? ¿Por qué no los trajeron? ¿Por qué no son ellos los que entrenan para matar a esos malditos alienígenas en vez de nosotros?- ahora está gritando y todos los ojos del comedor están sobre él.

-¡Líder de pelotón, controle a su soldado!- le dice uno de los Sargentos a As.

-¡Idiota, ya cállate!- ella se pone de pie -. Cierra la boca o te la cierro yo.

-¡No! ¡No me callo nada porque es cierto! ¿Verdad? Sé que hay más que creen lo mismo- me observa, sus ojos están inyectados en sangre, yo aparto la mirada -¡Esto...!

De repente un soldado está encima de él y le da un puñetazo en el estómago, el chico se dobla de dolor. Queda inconsciente sobre la esquina de la mesa y su brazo aplasta la comida que hay en la bandeja.

Llegan otros dos más y lo toman por los brazos, luego lo arrastran y lo sacan del comedor.

El soldado que lo golpeó se queda en silencio mientras los demás se retiran. Sé su nombre, y resulta que no es uno más, si no el mismísimo Teniente Coronel Vosch.

Recuerdo la vez que me visitó antes de asignarme al pelotón 57. Me habló de lo que habían encontrado en mi mapa mental del País de las Maravillas y que era muy impresionante. Dijo que necesitaban personas como yo y que en mis manos estaba el salvar a la humanidad.

Dijo que no todos lograban tan buenos resultados, que algunos no servían para esto y que solo los mejores aplicaban para ser soldados de elite.

Con solo oírlo y verlo hablar supe que él haría lo imposible, incluso quebrantar nuestros espíritus, para prepararnos en la lucha contra los Otros. No le importábamos nosotros, en vez de niños veía pistolas listas para ser cargadas.

Y el sería quien tirara del gatillo.

-¿Ven? esto es lo que sucede cuando no estás hecho para la guerra- dice señalando la puerta por dónde se llevaron a Mac. Todo el comedor está pendiente de él y no se escucha un solo sonido además de su voz potente -. Cuando eres un cobarde incapaz de vengar a tus seres queridos y todos aquellos a los que perdiste, y no tienes las agallas para hacer lo que ellos harían si estuvieran aquí. Así que, si alguien más va a cuestionar algo, que venga y me lo diga a la cara. ¿No? ¿No hay nadie?- el silencio es ensordecedor -Así está mejor. ¿Entendido?

-¡Señor, sí, señor!- dicen las voces de más de trescientos niños.

Veo a varios chicos, casi de mi edad, y estoy segura de que se mueren de ganas de levantarse y gritar como lo hizo Mac, pero no se atreven.

¿Cómo podrían?

Vosch se retira y cuando cruza las puertas es como si todo el comedor respirara de nuevo.

Y yo suelto el aire que no sabía que había estado conteniendo.


Sí, mi plan de hablar con Ben tan pronto como sea posible no ha salido nada bien.

Una semana ha pasado desde que lo vi, una semana desde que sé que está vivo. Y aun así todavía no lo creo.

El problema principal de que no hayamos podido encontrarnos es el entrenamiento. Los horarios son completamente diferentes, o al menos eso creo. Nunca coincidimos en ninguna práctica, solo a la hora de la comida pero desde el incidente con Mac, a quién no hemos vuelto a ver, no me atrevo a llamar la atención.

Y sé que hoy tampoco será, nos toca PyE: Procesamiento y eliminación.

Casi ningún miembro del pelotón puede comer, lo que debemos hacer es tan repugnante que podríamos vomitar o incluso desmayarnos. Pero por cada actividad o entrenamiento que hacemos se nos otorgan puntos dependiendo del desempeño del pelotón. Todos nos esforzamos por conseguir puntos en cada cosa, también en PyE, ya que los que alcancen los primeros lugares lograrán salir de aquí y tendrán misiones reales, eso significa que podrán ir a matar a los malditos alienígenas.

La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora