Capítulo 5

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La familia llega de paso una tarde. Son sus tíos, su abuela y muchos, muchos primos pequeños. Su madre hace de hospitalaria hasta que regresan de las plantaciones, su padre quejándose de un dolor de espalda a cuestas, Jimin molesto porque perdió uno de sus anillos favoritos y Jungkook deseando que la visita sea verdaderamente corta.

Un deseo que no se escucha porque una vez todos están lo suficiente satisfechos y somnolientos como para hacer el viaje hasta sus campos, su padre tomará el toro por las astas y los invitará a pasar la noche. No se necesita invitación mejor, los niños dormidos sobre sillas incitan a tomarla y la abuela, que ya se encamina a su habitación habitual, promete mantenerse alejada de las escaleras si la dejan a ella sola.

Jimin y Jungkook se miran desde ambos extremos de la mesa sabiendo que uno deberá ceder su habitación para los más pequeños. Termina siendo la de Jimin, una completa fiesta de pijamas que se extiende por todo el suelo. Ambos ayudan a cargarlos hasta arriba y Jimin aprovecha para esconder objetos de valor o peligrosos. Nunca se sabe con sus primos.

Cuando todos están acomodados para dormir y Jimin queda en el pasillo con solo una muda de ropa y su cepillo de dientes en manos, Jungkook se muerde el labio para no reír y lo llama a su habitación.

- Será una noche -procura subirle el ánimo.

Jimin ocupó una silla que Jungkook tiene junto a su ventana y tiró su cabeza contra la pared, exponiendo un cuello limpio y virgen de acné que Jungkook no está mirando (no, no lo está).

- Estoy tan cansado que dormiría aquí mismo, Hyung -dice, estirando sus piernas y dejando que la ropa cuelgue de entre ellas.

- Lo sé -Jungkook se acerca a la cama y empieza a prepararla, golpeando la almohada y haciéndola más esponjosa tal y como sabe que a su hermano le gusta- La Tía Leña ya saldrá del baño. Haz un último esfuerzo y ve. Cuando regreses solo duerme.

- Genial -Jimin cuelga la cabeza y la balancea con movimientos de medialuna en lo que espera- Solo déjeme el lado de la pared, por favor.

- Dormiré en el suelo.

- ¿Qué? -de reojo lo ve ponerse de pie, su completo estado de relajación olvidado- De ninguna manera. Se burló de papá y su espalda, pero su cuello no está mejor. Lo vi masajeándolo. Y si es por el calor, podemos acostarnos a la inversa. Cabezas con pies.

- No es por nada de eso. Estaremos más cómodos así -Jungkook intenta sonreírse- Será una sola noche -repite, de camino a la ventana para corroborar que el mosquitero esté en su lugar. Esos insectos vienen del infierno en busca de sangre, Jungkook no tiene otra explicación para su insaciable sed y jodida molestia.

- ¿Es mi problema?

Jungkook se voltea y deja que la pregunta muera. La manera en que Jimin se llevó la ropa al pecho y la abraza con fuerza, avergonzado e inseguro... oh diablos no. ¿Jimin aún lo hacía para dormir? Porque si Jimin está insinuando lo que cree, será Jungkook el que de ahora en adelante no podrá dormir. No lo llamaría un "problema", sino un inconveniente que surge y perturba su hora de dormir.

Desde niño, Jimin le tuvo miedo a los ruidos fuertes, en especial las tormentas de clase truenos y relámpagos. Compartieron habitación por muchos años como también cama cuando el menor se asustaba y se cruzaba con su hermano mayor. No recuerda bien cómo empezó su acuerdo compartido, si fue en un campamento o en una casa ajena, pero resultó ser que Jimin recién podría conciliar el sueño cuando estuviera en contacto con alguna superficie fría.

En aquella ocasión tuvieron que improvisar y su pecho plano y sin músculos, y definitivamente frío al tacto, terminó acunando la manito de Jimin. Acción que no terminó allí, sino que se extendió por noches, meses y finalmente años hasta que cada uno tuvo su propia habitación.

Mandarinas al Sol, y Tú. [Kookmin]Where stories live. Discover now