Capítulo 40 (Final)

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Shikatani por poco y no atendía la llamada del pelirrosa, hasta que el otro lo primero que mencionó cuando contestó, fue el nombre de la chica. Había llegado tan pronto como sus pies se lo permitieron a la habitación de ella, y eso que no le gustaba correr.

La ayudó a deshacerse de la ropa, la bañó, platicó con ella mientras se cercioraba de que nada más le hubiesen hecho y después la vistió.

Salió del cuarto.

Yuri estaba sentado afuera, al lado de la puerta, esperando.

-¿Puedo...

-Preferiría que no

-Será un momento

Soltó un pesado suspiro.

-Iré por un par de pastillas para que duerma. Has lo que debas mientras tanto

Asintió y no prestó atención a las demás indicaciones. Sólo pasó al cuarto y cerró detrás de él.

-¿Baboo?

Sin querer la había llamado como antes, para su fortuna o desgracia, Kai apenas y había notado que Yuri entró a la habitación. Estaba demasiado concentrada en un punto en el piso mientras se cepillaba el cabello.

-¿Kai?

-Oh... eh... sí- prestó atención- uh... gracias

Yuri no resistió la imagen frente a él, Kai sonrojada siempre había sido su debilidad. Subió detrás de la cama y tomó el cepillo de entre las manos de ella. Sin decir una palabra comenzó a cepillarla.

Seguro que Kai estaba recordando lo que vivió, no encontraba otra razón para que notara que la respiración de ella se había vuelto irregular.

No podía estar más equivocado. Kai jamás había estado tan asustada como hace unas horas, incluso cuando casi se ahoga en el río, no se comparaba con el miedo de hoy. Sin embargo, de alguna manera sabía que, pase lo que pase, Tamura o Yuri acudirían a su llamado, tal como lo habían hecho y eso aliviaba su corazón.

La razón de su tristeza no era consecuencia de lo ocurrido con Kohaku.

Kai había sufrido mucho su ausencia estos días, tenerlo cepillando su cabello era una nueva manera de dolor. Pues muchas otras veces lo había hecho, pero en ese tiempo juraba quererla.

Yuri no era malo, y eso se repetía constantemente en su mente. Sabía desde el día que se separaron que él nunca tuvo la intención de intimar con ella de esa forma, y hoy lo había confirmado.

-Kai- llamó cuando escuchó el sonido de reprimir un sollozo- oh, Kai

Rodeo sus hombros por detrás y la atrajo hacia él, quedaron recostados en la cama, como la primera vez que durmieron juntos.

Dolía. ¿Cómo podía hacerla sentir a salvo y protegida mientras seguía rompiendo su corazón?

-Kai, tengo algo que decirt...

-No lo digas

-¿Qué?

-No quiero obligarte nuevamente a hacer algo que no quieres- se giró para quedar frente a él- Yuri, nunca tuviste la intención de violarme, ¿cierto?

Yuri sintió como una mezcla de emociones bailaban en su estómago, alivio, gracia, culpa... todas ellas producidas por una sola pregunta

-No- sonrió contra su frente- no podría hacerte tal cosa

-Yuri

-¿Ajá?

Las palabras que le había dicho Kohaku resonaron en su mente, y de cierta manera, las había ligado de manera que tuvieran sentido. Parece que Yuri siempre la protegió, pero no porque la quisiera de manera especial

Baboo!Where stories live. Discover now