-*Tal como pensaba* De acuerdo. Ustedes tres tienen personalidades muy diferentes. Me gusta. Mañana empezaremos una misión.
-¿Qué tipo de misión, sensei?
-Primero, vamos a realizar algo que nosotros cuatro podamos hacer. Entrenamiento de supervivencia.
-¿Entrenamiento de supervivencia? ¿Por qué vamos a entrenar cuando se trata de una misión? -reclamó el castaño.- Ya tuvimos suficiente entrenamiento en la academia.
-Este no es un entrenamiento normal.
-¿Entonces?
Kakashi comenzó a reírse, de una manera que prometía sufrimiento futuro.
-Hey, ¿Qué es tan gracioso, sensei?
-Bueno, si digo esto, estoy seguro de que ustedes tres se van a sorprender. -dijo entre risas. Luego se puso serio- De los 27 graduados, solo 9 van a ser Genins. Los otros 18 serán enviados de vuelta a la academia. En otras palabras, este entrenamiento va a ser un examen muy duro con un porcentaje de fracaso del 66%.
Los menores se quedaron pasmados.
-¿Ven? Los tres están sorprendidos.
-Disculpe sensei, ¿esto tiene un propósito aparte de dejar graduarnos, cierto? -preguntó la fémina del grupo.- Con lo que nos está diciendo, puedo deducir que el examen de graduación era un filtro para los que pueden ser Genins. Una cosa es la academia y otra la vida real.
-Eres astuta niña. Eso es bueno. De todas maneras, voy a elegir si pasan o fallan mañana en el campo de entrenamiento. Traigan su equipo ninja y reúnanse a las 5 am.
-*Esto parece malo, pero no lo es tanto. Si nos tomamos enserio el entrenamiento conseguiremos aprobar.* -La ojiazul enfrió su mente.
-*No voy a ser expulsado por una cosa como esta. Si fallo, no seré un Genin y dejaré a esos dos solos. ¡No reprobaré!*-El castaño estaba convencido
-Entonces, reunión finalizada. Por cierto, no desayunen. O se arrepentirán.
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Sasuke, Kiba y Nozomi estaban llegando al campo de entrenamiento, los dos últimos todavía adormilados.
-Buenos días Kiba, teme -dijo la chica tallándose un ojo.
-Buenos días, Nozomi-chan.
Se quedaron esperando a su sensei. Nozomi se cansó de no hacer nada y se puso en pose meditativa.
-¿Qué haces, dobe? -preguntó su compañero, mas que nada por el aburrimiento.
-Voy a hablar con alguien. No me molesten hasta que llegue el sensei.
La jinchūriki se adentró en su mente hasta la sala oscura que tan bien conocía. Sin embargo, ese día hubo una ligera diferencia. Podía ver una silueta muy borrosa. Parecía mas o menos de su altura, ligeramente mas alta.
