TPD|diez

7.3K 665 172
                                    

Die Lügen werden mit Katastrophen bezahlt

Sabía que Jungkook no era estúpido, que entendería mi silencio y los mensajes sin contestar y que en algún momento dejaría de insistir. No obstante, han pasado dos semanas y mensajes esporádicos siguen apareciendo en la pantalla de mi celular.

No podía entenderlo, la insistencia no era algo que conociera, y tenerlo ahora resulta aterrador. Sobre todo cuando era de la persona de la cual sólo tenía certeza de una cosa: su nombre. No conocía nada más allá de eso.

Sin leer el mensaje, borro el contenido. No podía permitirme guardar este o los anteriores, no cuando mi padre tenía una atención aterradora sobre mí.

—Estamos aquí—anuncia la persona que mi padre asignó para traerme y llevarme de la casa hacía la escuela y viceversa. No había un maldito momento en el que estuviera absolutamente sola, salvo por las noches y a veces ni eso.

Sonriendo ligeramente, salgo del coche. Obligando a mis instintos a quedarse quietos, fijo mi atención en la entrada. Ignorando a los alumnos que se encontraban en el estacionamiento y a una persona en particular que siempre está recargada contra su moto de manera despreocupada, pero con cierto aire depredador que no pasaba desapercibida para muchos. Esperando y observando con una intensidad que ponía mi piel caliente y sensible. La primera vez que lo noté tuve que apresurar el paso y adentrarme al edificio sin verlo, los siguientes fue una rutina que empezaba a dañar mis nervios sin saber en qué momento se acercaría o si lo haría después de todo.

Ahora parecía un poco diferente al resto de los días. Había una extraña y para nada agradable sensación inundando cada parte de mi cuerpo. Era algo que empezaba a saber amargo y con restos de incomodidad.

Sacudo la cabeza, apretando la correa de mi bolsa contra mi pecho, sigo caminando con aparente calma. Solo un poco más. Unos centímetros más y estaría segura dentro del mar de estudiantes.
Con el alivio calmando mis nervios, subo los escalones con rapidez. Sin embargo, la gran mano que rodea mi muñeca sin mucha delicadeza aparta de mi camino el pulcro y aburrido edificio. Instando a moverme y girar sobre mis talones, coloca su cuerpo enfrente mío, acorralándome y dejando nulo la posibilidad de una escapatoria. Jadeo con fuerza y, sorprendida por la rudeza utilizada, hago amago de poner una distancia prudente.

—Hablemos—pide, aunque más bien por el tono de su voz y la manera de decirlo, había sido una orden que no aceptaba una respuesta negativa.

Trago con fuerza, manteniendo mis ojos sobre su amplio pecho, intento separar mi mano de su agarre. Pensé que era una tontería aquella sensación de electricidad que tanto describían en los libros, pero, maldición, el toque de Jungkook sobre mí se sentía de aquella manera.

—No necesitas apresarme de esta forma para hacerlo, Jeon—acuso, sacudiendo una vez más mi brazo.

Un resoplido remueve los cabellos de mi cara, y, hasta donde me permitía mi visión, pude notar una sonrisa incrédula que se dibujó sobre sus labios. El silencio que siguió después de mis palabras no hizo más que volver incómodo e insoportable la cercanía. La gente que pasa por nuestro lado empezaba a murmurar y mirar sin discreción. En un intento inútil de tapar mi rostro, llevo mi mano libre y acomodo mi cabello nuevamente sobre mi rostro.

—Debes de estar bromeando—resopla, hastiado.

Molesta, levanto el rostro. Error. Un suspiro queda atrapado en mi garganta cuando vuelvo a caer en cuenta de la persona que tengo enfrente mío. Al notar el cabello algo ondulado caer sobre algunas zonas de su rostro limpio, acentuando su marcada mandíbula y sus expresiones serias que no eran más que un incentivo a la admiración.

TPD. Tocada por Dios | J.JungkookWhere stories live. Discover now