I. Video

194 24 4
                                    


Edenna Soreil
Colonia 3


Edenna recorría su oficina de esquina a esquina a paso lento. Cada pantalla en los muros de su oficina mostraba noticias de colonias diferentes, de problemas diferentes, de logros diferentes. Ninguna mostraba la noticia que deseaba escuchar desde hacía más de un mes.

Daba vueltas a su anillo alrededor del dedo índice, sin mirar a un punto en específico. Aquel anillo siempre lo portaba aunque pertenecía a su matrimonio ya inexistente. No lo guardaba por una cuestión sentimental, ni lo utilizaba a diario pensando en que algún día Conswell, su exesposo, regresara. Lo mantenía por una simple razón: el anillo era el recordatorio de lo mucho que haría sufrir a Conswell cuando tuviera la mínima oportunidad. Ese hombre había arruinado muchas vidas, incluyendo la de la familia Soreil.

El anillo ya lo utilizaba prácticamente por costumbre. Había tomado por hábito darle vueltas en su dedo cuando se encontraba frustrada. Edenna tenía muchos problemas y pocas soluciones.

Ninguna solución, para ser específica.

Ya había perdido la cuenta de los días que su hija había estado desaparecida. ¿Cinco semanas, tal vez? Edenna y el rey de la Colonia Diez se habían mantenido en contacto más de lo habitual, esperando noticias sobre sus hijos y los mejores amigos de estos. No obstante, poco sabían de su paradero. La última noticia oficial que escucharon de ellos fue por parte de las Nadie, los cuales Edenna y Uddia, madre de Kybett, habían enviado. El rey no tenía por qué enterarse de todos los movimientos de la presidenta, ella no se fiaba de él.

Edenna sabía que Hazz era alguien demasiado inteligente. Demasiado ágil. No cualquiera lograba que los Nadie perdiesen pista sobre ellos. Si Hazz deseaba mantenerse desaparecida, lo haría. Conocía los medios porque se había criado entre ellos. Así como era una ventaja para Hazz, era una terrible desventaja para Edenna. Su hija era todo lo que le quedaba, no estaba dispuesta a perderla.

Además, también estaba Aprell. Él era familia para Edenna. No había una adopción oficial ya que Aprell prefirió mantenerse por su cuenta cuando sus padres murieron. Sin embargo, Edenna se había encargado de cuidarlo. La culpa no le había dejado alternativa.

Entre sus preocupaciones y otros pensamientos, una alerta apareció en su escritorio.

Edenna tomó asiento frente a él. Se colocó los anteojos para verificar que estuviese leyendo correctamente:

ALERTA DE SEGURIDAD

Mensaje de usuario no registrado.

Contenido: video.

Archivo: HAZZ-EDENNA-SOREIL-INTERROGACIÓN.vr4d

Mensaje: "¿Quieres ver a nuestra hija?"

Edenna dudó un segundo antes de abrir el mensaje. Había anunciado públicamente que su hija había desaparecido y después había ofrecido una recompensa para quienes tuvieran información sobre ella. Cualquiera podría haber enviado ese mensaje, aunque no cualquiera tenía el contacto directo de la presidenta. Generalmente ese tipo de mensajes pasaban por varios filtros antes de llegar a ella. No podía confiar tan fácilmente.

Presionó el intercomunicador en su muñeca para tomar una decisión:

—Sáhtte —llamó a su experta en informática y tecnología—, ayúdame con la última alerta de seguridad. Escanéalo y revisa su procedencia. Hazme saber cualquier indicio de falsedad.

Colonia 30 (II)Where stories live. Discover now