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Ivo;

Me quedé pensando en Joaquín, me suena, siento que ya escuche, puede ser que la este re flasheando, no sé. Me colgué mi mochila en mis dos hombros, apuré el paso para no quedarme adentro, sería horrible quedarse en el colegio.

De la nada misma se me metió en el camino Milena, una piba que esta re enamorada de mí, yo no le doy ni la hora. Es re atrevida esta piba, una vez se me tiró encima y me encajo un chape en plena clase, llamaron a mi casa, me cagaron a pedo por su culpa, porque supuestamente "yo me tire a ella y la empecé a chapar", encima me genera problemas con mis viejos.

Me empezó a decir cosas, lo menos que hice fue prestarle atención. Me la saqué del camino y salí del colegio. Los pibes me estaban esperando, me vieron que sali empezaron a caminar y yo me uni a ellos.

—¿Estaba tu noviecita?—Preguntó Nacho mirando al frente. Rodé los ojos
y ni me moleste en contestar.

Me empezó a sonar el celular ¿Y ahora que? Me fije en la pantalla y era mi vieja, no me sorprende, le atendí y primero que me pregunto; ¿Dónde estás Tomas? Si hay algo que odio es que me llame por alguno de mis otros nombres y lo sabe.

Es re rompe huevos y sobreprotectora conmigo, ni con mi hermanos era así.
Me pidió que la ayude con algunas cosas que tiene que hacer hoy, no me quedo otra, le tuve que decir que si, eso me caga otra salida con los pibes, gracias ma.

—Che chicos, al final no puedo ir.—Paré en seco y todos se frenaron, se dieron vuelta, clavaron su mirada de confusión en mi.

—Pero ¿Por qué?—Preguntó Mauro—. Ayer mandaste un audio al grupo diciendo; yo re voy wacho. Así to' entusiasmado.—Agrego. Matías acotó un —Es verdad—, seguido de Mauro.

—Mi vieja me llamo, me pidió que la ayude con unas cosas, re insoportable es conmigo.—Dije con indignación.

Los chicos me quedaron mirándome expectantes, esperando que les vuelva
a decir algo. Se miraron entre si, como
si fuera que se pueden decir algo con solo mirarse.

—No pasa nada Ivo.—Hablo esta vez Indra—. Entonces nos vemos mañana enano.

Lo miré indignado. El me lleva unos centímetros, no muchos, creo que 5,
pero eso no significa que sea enano.
Me despedí de ellos con un choque
de cinco y me encamine a mi casa.

Llegue, estaba buscando la llave para abrir la puerta, pero se abrió dejando
ver a mi mamá, parece estar apurada. Me dejó una lista para comprar en el supermercado y se fue. Entré a mi casa, me saque el uniforme, me puse una ropa más fachera y salí de casa.

Odio ir al supermercado, odio hacer fila para pagar, no tengo paciencia y si hay personas que compran muchas cosas, menos paciencia tengo. Por suerte el súper no queda tan lejos, a unas cinco cuadras.

Cuando llegue, entre, gracias al de arriba no hay mucha gente. Saque la lista del bolsillo de mi bermuda, no son tantas cosas, unas galletitas, papel de cocina, fideos, café, leche, mate cocido, azúcar, una coca y pasta de dientes.

—Hola Ivo.—Me habló una mina que acomoda las cosas, una conocida de mi vieja. Me di vuelta y la miré, la saludé con la mano.

Fui nuevamente a la entrada y agarré uno de esos canastos para poner las cosas. Yo nunca lo agarro, siempre lo arrastró por el piso y lo empujo con el pie, ni en pedo lo tengo en el brazo me hace flashear que tengo una cartera colgada en el brazo, a varias personas les molesta, lo lamento es arrastrar el canasto antes que perder mi dignidad.

Ya tenía casi todo, me falta el papel de cosina. Yo pienso que son re forros los del supermercado, por qué ponen los rollos de cocina en el estante más alto, al que yo no llego nunca. Me paré en un carrito, pero igual no llego, de la nada apareció una mano y agarro un paquete del rollo de cocina. Me bajé del carrito y me encontré con el pibe de hoy en el colegio, Joaquín. Es un poco más alto que yo, tampoco tanto, pero el se puso en puta de pies y llego.

—Gracias.—Dije en un tono amable. Puse el paquete en el canasto y levanté la vista y me encontré con esos ojos verdes.

—De nada.—Habló y me sonrió—. ¿Necesitas algo más?

—No, esto era lo último que me faltaba. Gracias otra vez.

—Bueno, entonces nos vemos Ivo.—Se dió vuelta y empezó a caminar.

—Sí, nos vemos.

Me di vuelta para ir a pagar las todas
las cosas, me fui a la fila y me puse a esperar que avance. Miré al frente y justo Joaquín salía del supermercado.

Ese pibe me conoce.

¿Será por todas las veces que me lleve una amonestación? Puede ser. Esa es una opción.

Al otro día

Hoy faltó Indra, me hizo falta el belga.
Estuve solo las dos primeras horas. Desde que me senté en mi banco ya quería que toqué el timbre del recreo.

Hasta que sonó, fui en busca de los pibes al patio, pero había muy pocas personas, eso me tomó por sorpresa. Entré otra vez al pasillo y vi a lo lejos un montón de pibes y pibas en ronda, se armó algún quilombo, seguro o alguien se está cargando a trompadas, otra vez.

Me metí entre la multitud para poder ver lo que estaba pasando. Todos estaban grabando con sus celulares. Cuando por fin ví que pasaba me quedé estático, Ignacio le estaba pegando a Joaquín. Me puse en el medio.

—¡¿Qué hacés pelotudo?!—Le grité.

—No te metas Ivo, vamos a terminar a las trompadas y no quiero eso amigo.

No se que paso, para que las cosas terminaran así, pero Joaquín no tiene pinta de un busca bardo. De la bronca empujé a Ignacio y recibí una piña en uno de mis ojos, lo miré por última vez
y saque a Joaquín entre medio de toda la gente.

Salí corriendo con él hasta el primer lugar que vi, el baño. Por suerte no había nadie, cerré la puerta con traba, para que a ningún salame se le ocurra entrar.

Joaquín se sentó en el piso y escondió su cara en rodillas. Me senté en frente de él, para que al menos me cuente que fue lo que pasó. No nos conocemos, ni tampoco somos amigos, ni nada, pero me parte el alma verlo golpeado.

—¿Estás bien?—Pregunté algo dudoso,
porque es una pregunta media boluda, pero no se que hacer ni como actuar en este tipo de situaciones. Joaquín me miró y volvió a esconder su cara, estaba llorando y sollozando.

—Sí, ya podés irte.—Murmuro.

—No, por qué estás lastimado, no te voy a dejar así.—Dije para después pararme y caminar hasta la puerta—. Ya vengo, no te muevas de acá.

Salí del baño directo a la enfermería, abrí la puerta y estaba Ignacio sentado con un hielo en la frente, lo ignore, busque lo que necesitaba y me fui.

Joaquín tiene lastimado arriba de la ceja, el labio partido y unos moretones en la cara. A penas puse un algodón con alcohol en su ceja, hizo una mueca de dolor.

—¿Por qué me ayudas?—Preguntó de la nada. No lo mire, solo le puse una curita en la ceja y respondí.

—Se que si no lo hacía yo, nadie lo iba a hacer.

—Pensé que vos tambien te ibas a meter a pegarme.

—No, por qué si me llego a meter en otro quilombo más, me echan del colegio. Tengo muchas amonestaciónes—. Me reí y él también se rió conmigo.

—Espero que no te echen.

—Yo espero lo mismo.—Le empecé a pasar un poco de algodón con alcohol en el labio y los gestos no los tardo en hacer—. Che ¿Por qué Ignacio te estaba pegando?

Joaquín suspiró y empezó a hablar.

—Él pensó que yo lo estaba mirando y se enojó por eso, cuando tocó el timbre del recreo me agarró de la remera y me empezó a pegar.—Escuché atentamente y me pareció una tremenda boludez que Nacho le pegó por eso.

—Es un boludo.

—Y también...—Bajo la cabeza—. Me molesta por qué soy gay—Titubeo.

















bueno creo que este
va a ser el único y
último capítulo narrado
por Ivo, el resto los va a
narrar Joaquín.
















𝗠𝗘 𝗖𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔 ━ 𝗞𝗔𝗬𝗡𝗘𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora