Capítulo 15:

222 23 3
                                    

Ed Sheeran suena en mi reproductor. Kiss me inunda mi habitación con sus perfectos acordes y yo me dejo llevar. Empiezo a cantar con mi desastrosa voz y siento que estoy cometiendo un crimen contra la humanidad. Nadie jamás debería arruinar una canción de Ed. Pero estoy tan feliz que eso es lo que menos me importa en este momento. Durante estos últimos días he estado mucho más relajada, lo cual me ha permitido pensar las cosas desde un punto de vista un poco más positivo. La relación con Enzo (si es que se puede llamar así), no ha ido mal. Ya no tenemos esos encuentros pasionales en el instituto que hacían lo nuestro tan tenso. Y me siento bien. De hecho, hacía demasiado tiempo que no me sentía tan bien. Estoy feliz conmigo misma porque por fin veo más allá de Byron. Por fin me he quitado esa venda que me cegaba todo el tiempo. Me he desecho de las noches en vela, de los llantos, de los cambios de humor constantes y de esa sensación que me oprimía el pecho y que sinceramente, no sabría como describir. Era una mezcla entre traición, decepción y tristeza. Un sentimiento que, me he dado cuenta, me hizo perder mucho tiempo. Desperdicié mi verano y seguramente también el de Emma, y me siento realmente culpable por ello. Tal vez si hubiese cambiado un poco el chip podría haber encontrado un Enzo en California. Aunque a decir verdad, no puedo quejarme. Todo eso me ha servido para darme cuenta de que todo en esta vida se supera. Incluso el primer amor. Sin embargo, he de admitir que todavía no he pasado página. Byron sigue formando parte de mi vida y es algo que no puedo evitar. Si miro atrás unos segundos puedo ver que Byron está en gran parte de todos mis recuerdos incluso sin estar presente. Recuerdo tener cinco años y obligar a Amy a que me ayudara a perseguirlo por todo el recreo para que me dijera quien le gustaba. Recuerdo cuando me despedí de él por primera vez. Cuando mis padres se divorciaron y me vine a vivir con mi madre a Galena. Lloré por días. También recuerdo haberle mentido sobre que no sabía hacer surf para que me diera clases. Nos pasamos todo el verano de playa en playa buscando las mejores olas de Malibú. Pero sin duda, recuerdo ese verano. Teníamos quince años pero seguíamos siendo esos dos niños pequeños que se conocían de toda la vida. Aunque ese verano, nos conocimos un poco más. Fueron los tres meses más cortos de mi vida. Demasiado que asimilar en tan poco tiempo. Mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez… Nada más bonito que recordar solo lo bueno. Que la verdad, ha sido mucho. Supongo que pasar página, o mejor dicho, cerrar el libro, se trata de eso. De recordar, pero sin que duela. Y ya no duele. O al menos, no como antes. Me produce mucha nostalgia porque aunque ahora esté bastante feliz conmigo misma, nunca he sido tan feliz como cuando estuve con Byron. Una felicidad efímera y con fecha de caducidad. Pero felicidad al fin y al cabo. Y me sorprende que en este mes que ha transcurrido hayan cambiado las cosas con respecto a ello ya que nunca me imaginé acostarme con otro chico que no fuese Byron. Y mucho menos si ese chico del que hablamos es mi sexy profesor de literatura. Un chico irritablemente sexy. El chico de las cinco personalidades. Me pregunto si algún día lograré conocerlo del todo. Y aunque sé la respuesta espero cambiarla. Me encantaría entenderlo un poco más a veces. Parece que trato con cinco personas diferentes y es algo totalmente desconcertante porque nunca se con cuál de las cinco estoy hablando. El Enzo espontaneo y pasional, el Enzo actor de Hollywood; el Enzo que ama lo que hace, la literatura; el Enzo irritante y desconcertante y el Enzo agradable y gentil. Sobre todo me gustaría conocer esta última, porque puedo asegurar que nunca ha sido así conmigo. En cambio, veo que es de esa forma como se comporta con la gente en todo momento. Con los profesores, con el director e incluso con algunos alumnos. Excepto conmigo. Cuando está conmigo no le da tiempo a ser agradable porque antes de que me dé cuenta está quitándome la ropa. Aunque siendo realistas, tampoco me molesta.

Una llamada me irrumpe en mi momento más íntimo en el cual deleito a las paredes de mi habitación con mi estupenda voz  y corro hacia el móvil antes que cuelguen.

-¿Si?

-¿Se puede saber dónde estás? Hace cinco minutos que tendrías que estar aquí. Como no vengas pronto voy a empezar a ver Gossip Girl  sin ti- dice Valerie desde el otro lado del teléfono y sonrío.

Everything has changed.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ