Vuelve (Princesa Nara, segunda temporada)

Te quiero

POV Kira

12 años atrás.

A inicios de año, mamá me dijo que tendría una de las misiones más importantes y peligrosas de mi vida.

El 14 de febrero, nos dio a papá y a mí una de las noticias más impactantes qué podríamos recibir. Nos había convocado a una reunión familiar (de tres) para darnos nuestro "regalo".

— Yoshino, me está matando el ansia, ya dinos qué es - a mi papá se le notaba la voz de ansiedad.

Los dos estábamos sentados frente a ella, su mirada era serena, relajada.

Nos sirvió té a ambos y habiendo tenido las tazas llenas, habló.

— Hija, mi regalo para ti, es una misión.

Debe ser una broma...

— ¿Una misión? - pregunté confundida.

Mi papá estaba expectante analizando su rostro.

— Así es, en septiembre comenzará tu misión. Es la tarea más importante que te puedo encomendar en tu vida.

Yo la miraba confundida.

— Mamá... ¿Te golpeaste en la cabeza?

— Querida, ¿qué sucede? - preguntó papá, mientras cruzaba sus brazos.

Ella nos miró con una sonrisa adornando su rostro. Era terrorífica...

— ¡Estoy embarazada!

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— ¡¿Qué?! - preguntamos al unísono.

[...]

Junio

Dos semanas después de que mamá nos dijera a papá y a mí, que tendría un hermanito o hermanita, me enviaron a una misión especial.

Había estado cuidando del señor feudal desde inicios de Marzo. Alguien había atentado contra su vida y aún no dábamos con el culpable.

Yo sentía ansias, en un par de semanas sería mi cumpleaños y ansiaba volver a casa. Quería ver a mis papás. Quería acariciar el vientre abultado de mamá y hablarle.

Pero si no me apresuraba a dar con el culpable, no volvería a casa.

Esta era una misión para un ANBU no una Chunin. Pero, en fin, debo dar lo mejor de mi para no deshonrar el apellido Nara.

Enchu-sama ha estado fastidiando a papá con eso de que es el patriarca del clan.

[...]

Finales de Agosto

Voy rumbo a Konoha, mi uniforme es un desastre, di lo mejor de mí en esa misión.

El señor feudal me agradeció el haber descubierto que su sobrino lo había intentado envenenar. Lamentablemente perdí a uno de mis compañeros, quien se ofreció a beber un licor especial qué le habían enviado.

— Estoy exhausta, juro que llegando a casa dormiré hasta que finalice el año - dije en voz alta.

Anko comenzó a reír.

— No creo que puedas dormir cuando regreses.

Justo en ese momento íbamos cruzando las puertas de la aldea. Mi amiga señaló al frente y pude divisar a aquella mujer que tanto anhelaba ver.