Thank God it's Christmas

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Aquellas fechas siempre le daban una punzada en la parte central del tórax. Su vida había cambiado drásticamente en apenas cinco años. La pérdida irreparable de su padre y de su compañero y hermano, un divorcio problemático y una lucha constante contra su mente lo hacían desestabilizarse en aquella época. Durante el año estaba rodeado por músicos, compañeros y colegas de profesión, técnicos varios, personal... Gente en general que iba y venía haciendo su trabajo y desapareciendo una vez finalizado para dejar paso al siguiente grupo de personas que venían a hacerle su día más ameno, más intenso o más pesado. Pero eran gente.

El único momento que disfrutaba la soledad era cuando volvía a casa de madrugada después de una jornada agotadora de gira, grabación o cualquier cosa que estuviese haciendo en ese momento y la calle se encontraba completamente vacía, desértica. El ruido de la vida en la ciudad daba paso a un silencio absolutamente abrumador en el que se sumía para perderse de sus propios pensamientos, los cuales llevaba tiempo queriendo ignorar sin apenas éxito.

Se sentía solo, perdido, completamente desubicado en un mundo al que pertenecía pero del cual se estaba viendo poco a poco relegado a un segundo o tercer plano. Y él era grande en lo que hacía, sus años de experiencia se lo demostraban. Pero le faltaba algo. Le faltaba alguien.

Ese alguien que siempre estuvo ahí, que nunca se llegó a marchar del todo de su lado pero que la vida jamás le llegó a entregar al cien por cien. Pero es que los dos lo quisieron así. Los dos, de forma silenciosa, lo pactaron así. Fue algo que no hablaron pero que daban por hecho que debía ser así. Y así se quedaría.

Sus vidas siguieron por separado, sus caminos se bifurcaron en un punto en el que ya no eran nada más que dos padres de familia que se debían por y para sus hijos, para sus familias, para sus carreras. Pero no le era suficiente. En ese preciso momento necesitaba sentir que alguien estaba ahí con él, apoyándolo en cada decisión que tomase, por muy estúpida o arriesgada que fuera; no dejándolo caer en las adversidades y celebrando sus triunfos.

La tenía a ella, sí, pero ella solo era alguien con quien pasear mientras llegas de un punto a otro y él lo que necesitaba era un compañero de viaje. Con quien te complementas cuando os falta algo, quien te recompone cuando estás roto y siente tu dolor llorando contigo. Ese alguien que celebra tus triunfos y se alegra más por ellos que tú mismo. Ese que te desea el bien.

Sus pasos se perdieron junto sus pensamientos por las calles vacías, llevándolo de forma inconsciente hacia ese hotel en el que antaño vivió la noche que marcaría por siempre el ritmo de sus latidos. Se detuvo frente a la entrada, admirando lo poco que había cambiado el lugar desde la última vez que estuvo allí.

El anonimato era su mejor escudo. Jamás le había molestado el contacto con las personas, menos con aquellas que de una u otra forma le expresan su cariño y apoyo. Sin embargo esa noche sus ánimos estaban lo suficientemente bajos como para querer pasar de todo. La mesa más alejada fue su refugio. Desde ahí pidió algo suave, quería disfrutar el sabor de la bebida y sentir sus efectos poco a poco, no solo ahogarse en el alcohol. Jamás había sido lo suyo.

El mesero fue a dejar el segundo trago a su mesa. Tomó el fino cristal entre sus manos y lo llevó a su boca para dar un ligero sorbo; y entonces lo escuchó. Apurado bajó la copa y echó un vistazo a todo el local y la decepción no tardó en instalarse en sus facciones al caer en cuenta que quizás lo imaginó. Quizás el alcohol había hecho efecto muy rápido. Quizás su resistencia a la bebida había disminuido a lo largo de los años. O solo quizás eran la soledad y la añoranza gritando con desespero desde sus adentros anhelando ser calmadas por aquellas manos de porcelana que lo llevaban al cielo con solo un toque.

Quizás.

Suspiró y volvió a elevar la copa para esta vez acabar su contenido. Con una mueca amable detuvo al mesero que tenía intención de servir otra bebida y se dedicó solo a contemplar ese lugar; a recordar todos aquellos momentos que unos cuantos años atrás le habían llenado de felicidad.

One Shots Maylor Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ