Capitulo 13: "Lo siento"

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Capitulo 13: "Lo siento"

La noche había llegado en el trayecto del Capitán Sparrow. Samuel, aún preocupado, tenía dudas de su plan, temía que algo saliera mal. Yemayá estaba en su camarote, estaba alistándose para dormir, hasta que alguien llama a su puerta. Era el Capitán.
- Yemayá... Soy el Capitán, ábreme - le dijo Jack. -Terminaste tus tareas?- le preguntó Jack- Si, Jack. Estaba alistándome para dormir así que sí, por fin pude terminarlas- le respondió Yemayá. -Bien, adiós.- dijo Jack despidiéndose. Mientras tanto, Sam y Gibbs estaban preparando todo para Yemayá, es decir, tenían que asegurarse de que Yemayá se decidiera a bajar a la parte inferior de la nave. Sam ya estaba allí, deseando que nada arruine su perdón con Yemayá. Gibbs estaba en la parte superior, se dirigía hacía la habitación de Yemayá. Toca su puerta. -¿Quién?- pregunta ella. -Soy el Maestre Gibbs, señorita- respondió. - ¡Oh Gibbs! Buenas noches, ¿Qué te trae por aquí?- le preguntó Yemayá- Buenas noches señorita, no quería molestarla, pero me urge su ayuda. Verá, necesito bajar unos barriles de ron a la parte inferior, cerca de las celdas, pero son muchas, ¿Podría ayudarme por favor?- preguntó Gibbs. -Claro que sí, Gibbs. Andando.- exclamó ella. Ambos se dirigían a las escaleras que los dirigiría hacia abajo, o por lo menos a Yemayá, ya que Gibbs no bajaría para darles privacidad según el plan. -Señorita, usted siga bajando, yo... Yo olvidé algo. Vuelvo enseguida.- le dijo Gibbs. Yemayá hizo lo que le dijo, continuó hasta llegar a las celdas para dejar los barriles, pero en eso escucha un ruido y rápidamente saca su espada. Nadie sabía por qué Yemayá siempre traía su espada consigo, pero ahí estaba, lista para atacar y alertar a la tripulación. -Yemaya... - dice Samuel mientras ella le pone su espada en el cuello. -Samuel, ¿Qué haces aquí? Pude haberte cortado el cuello, ¿Lo sabes no?- dice Yemayá.
-Yemaya, quería... Lo siento, Yemayá. Te he tratado muy mal, es decir, lamento no haberte hablado por mucho tiempo y...- le dijo Samuel pero es interrumpido por Yemayá. - Hahaha, así que ahora te acuerdas de mí, cuando de verdad sientes que te hace falta alguien para hablar. No te preocupes, ya estoy acostumbrada a la decepción, no te preocupes por tu perdón.- le dice Yemayá. - Por favor, si quieres no me perdones, pero escúchame, por favor. - le dice Sam. -Bien, habla de una vez.- sigue ella. -Bien, no era mi intención tratarte de esa forma. Créeme, yo quería hablarte pero no podía. Lo tenía prohibido. - responde Sam. -¿¡Que!? ¿Cómo que lo tenías prohibido? ¿De qué hablas? Mira, si de verdad quieres evitarme dímelo de una vez y acabemos con todo esto, tengo que ayudar a Gibbs- le dice Yemayá furiosa mientras Sam sujeta su brazo para que no se fuera. - Yemayá por favor, créeme. Te diré la verdad. Fue tu padre el que me dijo que no te hablara. Es verdad. Solo quería que lo supieras porque no podía dejar de hablarte, tú me provocas algo en mí que no sé cómo explicarlo. Y por lo de Gibbs no te preocupes, era un plan para que bajaras a hablar conmigo. - le dijo Samuel. Yemayá, yo... Yo... Siento cosas por tí, ¿Está bien? Lo siento. -le confesó Samuel mientras se preparaba para irse. - ¡Sam espera!- le dice Yemayá- No te vayas. No entiendo nada. ¿Cómo es posible que mi padre te haya dicho eso? Ni siquiera te conoce. -le dijo Yemayá. -Aunque no lo creas, es verdad, tu padre me lo ha dicho, y para lo que te preguntas, tu padre me conoce bien, y bastante. Conocía a mi padre y a mi madre. Se conocieron hace unos años, él los ayudó a encontrar el Tridente de Poseidón. - respondió Sam. -Oh... Ya veo. Pero ¿Por qué nunca me dijo nada?- se preguntó Yemayá. -El lo hizo para protegerte- respondió Sam. - Pero ¿Protegerme de qué? -preguntó Yemayá, pero antes de que Samuel pudiera decir algo, se escucha un llamado desde la cubierta del Perla. Era Jack, tenía que hablar con Yemayá. - Debes subir, tu padre te llama - le dice Samuel decepcionado.
-Espera, Sam. Antes de subir, debo... Debo decirte algo...
-¿Que quieres decirme?
- Dos cosas. La primera, que estás perdonado.
- ¿Y la segunda...?
Yemayá tomó impulso, quería besarlo. -Tu también provocas algo en mí que no puedo explicar. Yo también siento algo por tí Sam, lo siento.- le confesó ella. - A Samuel se le abrieron los ojos y su corazón comenzó a latir muy rápido. Él también quería besarla, así que caminó rápidamente hacia ella para hacerlo, pero cuando sus labios estaban a punto de tocarse, el mono Jack se puso entre medio de ambos. -¡AY MONO! - gritó Yemayá del susto. Sam y ella dieron un paso hacia atrás. Miraron hacia arriba, dónde están las escaleras. Allí estaba, el Capitán Jack Sparrow bajando lentamente y presenciando el casi beso de su hija con el que le había ordenado alejarse de ella.

PIRATAS DEL CARIBE: "La hija del Capitán"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora