Jugando con Fuego

Capítulo 7:

Capítulo 7:

Quinn no salía de su asombro mientras miraba a la castaña con la boca abierta. Encontrar a Marley en un Sex Shop no lo habría imaginado nunca. Santana a su lado estaba algo tensa, y no sabía porqué. Que aquella mujer hubiera tenido una aventura con Brittany no tenia porqué afectarla. Ella y Brittany no eran nada; solo fingían serlo. Sugar se acercó por detrás también y se puso al otro lado de Santana. Marley las miraba con una sonrisa tonta en el rostro. Se llevó una mano al cabello y se lo echó hacia atrás al tiempo que con la otra se quitaba las gafas con forma de corazón. Su atuendo bien podría haber sido sacado de un cromo de niñas pijas. Iba toda de rosa; la blusa, la minifalda, los leggins, los zapatos y el bolso.

- ¡Qué coincidencia encontrarlas aquí, ¿no?! –dijo en un tono falso y se inclinó para darle un beso en el aire a Quinn. A Sugar la saludó con la cabeza y a Santana ni la miró.- Quinn, querida, vas a ser la novia más bonita del año. ¿Qué haces para lucir tan bien? ¡No! No me lo digas; estoy segura de que la buena de Rachel tiene algo que ver en eso. Es una lastima que entre Brittany y yo no se pueda decir lo mismo; en fin...somos la pareja perfecta, pero qué se le va a hacer.

- Emm...Marley, me gustaría presentarte a mi amiga Santana. –Quinn le pasó un brazo por los hombros a la morena.- Es la novia de Brittany; han venido juntas desde Nueva York para la boda. ¿No es maravilloso? La verdad es que nunca había visto a Brittany tan feliz. Aunque bueno, tu sabes, Brittany es fácil de tener contenta, ¿no, Santana?

- ¿Qué? Oh, yo...si, supongo. Encantada de conocerte, Marley. –el tono de voz de Santana era forzado y se le notaba. Quinn a su lado también estaba tensa y mantenía una sonrisa forzada en el rostro.- ¿Y tú también vas a ir a la boda?

- Uy, si. No me perdería el espectáculo por nada del mundo. –Marley obvió de nuevo a Santana, no si antes darle un repaso de arriba abajo. Realmente, a su modo de ver, la rubia había bajado mucho el listón desde que había estado con ella. Esa mujer plantada delante suyo no era ni bonita, ni elegante ni inteligente. Se atusó de nuevo su melena castaña y miró a Quinn.- Bueno, querida, me tengo que ir. Nos vemos esta noche en la cena de casa de tus padres, ¿no?

- ¿Cómo? –Quinn se atragantó al hablar y Sugar le dio unos suaves golpecitos en la espalda.- La cena de esta noche es para la familia.

- ¿Me consideras parte de la familia? –Marley hizo un puchero exagerado.- Eso me ha llegado muy hondo, Quinn. Ya sabía yo que nunca olvidarías a tu buena amiga Marley, hemos compartido tantas cosas juntas. Hasta podríamos haber sido cuñadas...aunque nunca se sabe. –añadió mirando despectivamente a Santana.- En fin, tengo que irme. No te preguntaré qué haces aquí; sin duda lo averiguaré en la despedida de soltera. No te olvides de enviarme el planning de las celebraciones por email. Chaitooo. –lanzó un par de besos al aire, se colocó sus gafas de nuevo y se dio la vuelta. Salió de la tienda contoneando las caderas y llamando la atención, como le gustaba a ella.

- Marley...eh...-Quinn se quedó con la palabra en la boca. Se llevó una mano al rostro, y Sugar tuvo que sujetarla para que no fuera detrás de la castaña.- ¿Han visto eso? ¡Se ha autoinvitado a mi fiesta! Es increíble. Y la culpa de todo la tiene Brittany. ¡Me da igual que fueran tres polvos esporádicos hace tres años! –chilló tanto que varios compradores se giraron a mirarlas.- A mí me ha tocado aguantarla mientras ella estaba fuera.

- Tranquila, Q. Encontraremos la forma de librarnos de ella. –dijo Sugar tranquilizadora.

- Eso espero, porque sino...o me suicido o Santana te quedas sin novia. –recogió su cestita con productos del suelo y fue a la caja a pagar. Sugar y Santana se miraron sin saber qué más decir y la siguieron hasta allí.- ¿Qué narices hacía ella aquí? No lo entiendo.