Mi vida a tu lado

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—Vamos a volver a casa, porque por más que tú papá dice que ya es adulto, y se puede cuidar solo, no es así. Es como otro niño —sonrió hablándole a su hija, mientras le daba el pecho e iba guardando la ropa con una mano.

Ya habían pasado tres días en Kanat'ma, y aunque Helena había planeado irse a unas playas del Caribe con su bebé, cambió fácilmente de opinión luego de hablar con Gellyan.

Ella ya quería regresar a su casa.

Por lo pronto, y con el boleto de avión ya listo, debía terminar de empacar todo, e ir a la tribu a despedirse de Matlula y sus hijos.

—Llamaremos a tu papá, y le explicaremos que a la noche no podremos hacer vídeo llamada, porque estaremos viajando. Pero él no sabe que vamos a llegar de sorpresa —sonrió cálidamente.

***

Movió suavemente su brazo, haciendo los ejercicios que la fisioterapeuta le había dejado para que realizara en la casa. Debía seguir ejercitando su pierna y brazo sano también.

Era imposible pensar que aún tenía muchos meses por delante para recuperarse por completo, y no frustrarse. No quería seguir ocasionándole inconvenientes a Helena.

Aún faltaban siete días más para que ellas regresaran, y las extrañaba tanto. Delia era una señora muy amable, chistosa, y una buena compañía durante las horas que estaba en la casa. Pero de todos modos, se sentía solo, ya quería que Helena y la bebé regresaran.

***

—Estoy agotada —susurró, mientras tomaba una taza de café, y Sofía la observaba curiosa, alimentándose también.

Sintió que la bebé le clavaba las uñitas en el pecho, y miró hacia abajo, encontrándose con sus ojos azules, expectantes.

—¿Sabes por qué mamá tiene estas ojeras? Porque no me dejaste dormir en todo el viaje —le habló mirándola—. No quisiste dormir tú tampoco, te la pasaste llorando, no querías nada, fueron más de doce horas desastrosas. No volveremos a viajar hasta que estés más grande —bostezó, recostándose hacia atrás en el asiento, cerrando los ojos por unos segundos.

Terminaría de alimentar a la niña, y tomaría un taxi hasta su casa. Lo que más deseaba ahora en la vida, era poder dormir en su cama unas buenas horas.

Abrió los ojos y se encontró con una pareja que la estaba mirando feo, mientras le hablaban a la moza, antes de señalarla.

—Genial, parece que me voy a ganar una advertencia por alimentarte. Que hipócrita es la gente —pronunció molesta, abotonándose la camisa, y acostado a Sofía contra su pecho, quien comenzó a lloriquear.

Dejó la propia sobre la mesa, y tomó su maleta, pasando junto a la mesa de aquella pareja.

—Parece que es más aceptable ver tetas escondidos detrás de una pantalla, viendo una película porno, o un programa vulgar donde las muchachas salen con casi nada de ropa, a ver a una madre alimentar a su bebé ¿Verdad? Estúpidos cerrados de mentes, hipócritas —pronunció molesta, antes de salir de la cafetería.

Ya bastante de mal humor estaba, como para tener que estar aguantando más estupideces e intolerancias.

—Ya sé que aún tienes hambre, mi amor, cuando estemos en el taxi terminas —le habló en un tono suave, meciéndola, al escucharla llorar.

***

Escuchó un auto estacionar frente al edificio, y se acercó a una de las ventanas, para ver simplemente por curiosidad quien era. A veces temía que algún familiar de Helena llegara al departamento a querer echarlo o algo así.

—Helena —pronunció sorprendido al verla bajar del taxi con la bebé, y luego como el chófer la ayudaba a bajar la maleta—. Delia, ellas ya están aquí, regresaron antes.

—¿Helena volvió?

—Sí —sonrió—. La acabo de ver bajar de un taxi.

Fue hasta la puerta, y la abrió, esperando a que la muchacha saliera del ascensor, ansioso. No sabía porque habían regresado antes, pero estaba feliz de que estuvieran allí.

—Creo que no pudo aguantar mucho tiempo lejos de ti —sonrió la enfermera.

—Ojalá fuera por eso. De seguro le salió un imprevisto y tuvo que regresar. Ahí bajan creo —le dijo al ver que las puertas se abrían.

—Estoy agotada —sonrió cansada, caminando hacia Gellyan, llevando a Sofía dormida y la maleta con su otra mano.

—¿Por qué regresaron antes? ¿Pasó algo malo?

—No —sonrió estando frente a él, dejando la maleta junto a la puerta—. Simplemente, ambas te extrañábamos mucho —pronunció antes de agacharse un poco, para besarlo.

Se separó suavemente de Gellyan, y el rubio la miró sorprendido, sin poder creerlo.

—Tengo un plan de vida bastante interesante, que lo pensé durante estas doce horas de viaje que nuestra hija no me dejó dormir. ¿Quieres escucharlo? Lo titulé "Mi vida a tu lado." ¿Te interesa? —sonrió.

...

Último capítulo 😢🤧❤️❤️

Regalo de NavidadWhere stories live. Discover now