Quiero irme

4.1K 489 97
                                    

La observó... Y la culpa fue insoportable.

—¿Gellyan?

Tomó su ropa y comenzó a vestirse, confundiendo a Meefya.

—¿Qué pasa?

—Debo irme.

—De acuerdo, espera me visto y-

—No, no, debo irme solo —pronunció saliendo de la habitación a medio vestir.

Respiró profundo, y sintió sus ojos humedecerse, la sensación de no poder respirar, y demasiada angustia. ¿Por qué había hecho aquello? Se colocó las zapatillas, y salió corriendo en dirección al hotel.

Ya era muy tarde, incluso los negocios del centro estaban cerrados, y no habían casi personas en las calles.

Subió corriendo las escaleras, y entró al departamento, derramando algunas lágrimas.

—H-Hele —murmuró llorando, caminando hacia la habitación.

La castaña estaba durmiendo boca abajo, abrazando una almohada. Se acercó a ella, y se acostó a su lado, abrazándola, llorando en silencio.

—¿Gellyan? —preguntó adormilada, sintiendo a alguien detrás de ella, abrazándola.

—Hola, a-amor... Te extrañé.

—¿Estás llorando? —preguntó alarmada, intentando girarse, pero Gellyan no la soltó.

—S-Sólo te extrañé m-mucho, y... Quiero que volvamos a casa, n-no quiero estar m-más aquí, me quiero ir, Hele.

—¿Estás seguro? Podemos quedarnos un poco más, a mi no me molesta. Si es un poco aburrido estar todo el día encerrada —sonrió cerrando los ojos, acariciado las manos de Gellyan que estaban en su vientre—. Pero no me importa quedarnos unas semanas más.

—N-No, me quiero ir.

—De acuerdo. Quizás tu mamá podría venir con nosotros y quedarse un tiempo en casa ¿Crees qué quiera? ¿Tienes hermanos pequeños? Ahora que lo pienso, no te pregunté que edades tenían tus hermanos.

—Hele... Te amo —sollozó abrazándola con fuerza.

—Me estás preocupando ¿Qué pasa?

—Sólo quédate así conmigo, quédate conmigo.

—Sí —susurró abrazándose al brazo del rubio que pasaba por encima de su pecho.

¿Por qué sonaba tan afligido? Tal vez había discutido con su mamá, por algún motivo, y por eso quería irse. Esperaría a la mañana siguiente, que Gellyan estuviera más tranquilo, para poder hablar mejor con él.

***

—Bueno, tendremos que esperar una semana —sonrió regresando ambos al departamento.

Habían ido a comprar los boletos de avión, y lo más próximo que tenían, eran dentro de una semana, aumentando aún más la desesperación en Gellyan. Él no quería pasar un día más en la isla.

—¿Vendrás a cenar? Te pregunto para saber si preparo o no la cena. Al bebé no le gusta comer nada más que pan y mantequilla, así que sólo cocinaría para ti —le dijo dejando su cartera sobre el sofá.

—No, no voy a irme, Hele, me quedaré aquí contigo.

—¿Seguro? Cariño, nos iremos en una semana, pasa estos días con tu mamá. No te preocupes por bebé y por mí, estamos bien. Las náuseas ya no son tan seguidas, y mientras le de esto, él es feliz —sonrió untando mantequilla en una rebanada de pan.

—Sólo quiero quedarme contigo, y que nos vayamos de aquí, nada más.

—¿Quieres contarme que pasó? ¿Por qué de repente quieres irte?

—No me siento bien aquí, es sólo eso... Quiero volver a casa contigo y el bebé.

Lo miró, y luego sonrió, acercándose a él para tocarle el cabello con su mano libre.

—Después de terminarme este pan, te cepillaré el cabello. Lo tienes bastante descuidado.

La miró a los ojos, y le dio un suave beso en la frente.

—Te amo, Hele.

—Y de repente estás mimoso y no sé porqué —rio bajo—. Yo también te amo, Gellyan —sonrió dándole un beso corto en los labios, dejándose abrazar por él—. Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida hasta ahora. El regalo más lindo que he recibido en navidad.

No, no quería volver a ver a Meefya, ni seguir en la isla. Sólo quería irse de allí, y volver a su casa con Helena. Lo que había ocurrido había sido un error, algo que sabía que no volviera a cometer, porque ya no podía cargar con la culpa.

Helena no se merecía algo así, ella era tan buena, tan dulce con él. Había sido siempre tan atenta, le había dado una familia, y había tirado todo a la mierda por una simple noche.

Le había fallado, y no podía decírselo, porque sabía que si lo hacía, la perdería para siempre, y no quería hacerlo.

—Gellyan —susurró al escucharlo llorar, y que se aferrara a ella—. ¿Qué pasa?

—S-Sólo quiero volver a casa, mi amor, me quiero ir de aquí... Ya no quiero estar aquí.

—¿Pero por qué lloras?

—Me equivoqué al querer regresar, contigo lo tenía todo. Y ahora sé que es así, me quiero ir.

—Tranquilo, Gellyan, en unos días esteremos de regreso a casa —sonrió suavemente, acariciándole la espalda—. No entiendo aún bien porque quieres irte, pero ya falta menos.

—Sólo me quiero quedar contigo.

...

Regalo de NavidadWhere stories live. Discover now