Un imbécil

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La lluvia caía con delicadeza sobre el pueblo de Derry, fueron las gotas de lluvia que golpeaban su ventana lo que la despertó. A los pies de la cama seguía el globo que ayer le había comprado su amigo pero ahora tenía una pequeña nota amarrada en el cordón. La tomo con cuidado y la abrió.

"El puente de los besos, ven cuando puedas, te espero."

Era lo único que decía y no estaba firmada pero para ella fue fácil suponer que era de su amigo ya que estaba amarrado a su globo. Sonrió y busco ropa adecuada para el clima y luego de bañarse bajo a la cocina para prepararse el almuerzo y poder salir cuanto antes.

Estaba por salir cuando una llamada entro a su celular. Su madre era quien la llamaba, una vez que le dijo que todo estaba bien y que los muebles ya estaban listos logró colgarle. La lluvia seguía cayendo pero gracias a su impermeable no era un problema caminar bajo está, en unos minutos estaba en aquel puente donde se tallaban nombres.

— Me alegra que vinieras

Dijo una voz en el túnel oscuro que estaba a unos metros de ella. Esa voz claramente no era la de su mejor amigo así que confundida pregunto quién era.

— Es increíble, tan irrelevante soy que no recuerdas mi voz– dijo él molesto– No te preocupes eso va a cambiar

— Muéstrate...– exigió ella–

— ¿Por qué no vienes tú?, Anda, ven– ella no dio ni un paso– Bueno, iré por ti.

De las sombras salió él, quién menos se imaginaba, tenía una sonrisa llena de superioridad y extendió los brazos esperando que ella lo abrazara. El joven alto y de cabellos negros hizo un puchero y bajo sus brazos al ver que ella no iba a abrazarlo.

— Santiago...– susurro– ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?– Dio un paso hacia atrás– ¿Cómo entraste a mi casa? Y...

— Me sorprende que no te dieras cuenta, ya que estuve vigilándote todo el tiempo, entrando y saliendo de tu cuarto... De tu casa... Pero eso ya no importa– avanzo hacia ella y la sujeto de los costados de sus brazos– Estás aquí...

— Suéltame, eres un...– un beso brusco la interrumpió y trato de moverse pero la tenía bien sujeta– ¡Idiota!

Él chico solo atinó a sonreír y colocó rápidamente una gasa en la nariz y boca de la joven, luego de unos minutos de forcejeo ella cayó dormida y para él fue más fácil cargarla y llevarla a dónde quería.

~~

Sus muñecas se sentían adoloridas y su cuerpo estaba frío, el lugar donde estaba no era cómodo y parecía que estaba lleno de tierra húmeda ya que el olor fue lo primero que llamo su atención. Lentamente abrió los ojos para encontrarse con las paredes húmedas de una casa vieja, la casa de la calle Neibolt, bufo mientras trataba de sentarse.

Sus manos estaban atadas detrás de ella y tenían una gruesa cuerda en los tobillos que no le permitía moverse mucho. Sus ropas estaban húmedas y ya no tenía su impermeable, con dificultad logró sentarse y miro a su alrededor buscando algo con que desatarse pero al escuchar pasos fijo su mirada en la puerta.

— Ya despertaste, que bueno

— Déjame ir y tal vez no le diga a tu abuela que eres un desgraciado– declaró molesta–

— Veo que sigues molesta, no entiendo por qué, él que debería estar molesto soy yo, te di muchas oportunidades para hacerlo por las buenas pero preferiste por las malas

Se colocó frente a ella tomando su barbilla para que lo mirara a los ojos, ella forcejeo pero con un agarre fuerte logró hacer que se detuviera y pronto posó sus labios en los de ella. Las manos de él fueron bajando por sus brazos hasta llegar al borde de la blusa cuando sus labios se separaron cuando ella giro su rostro.

Pennywise: The Other SideNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ