lost in your memory (invisible string, Vol. II) - sterek

Capítulo XI - back.

- ¿De verdad eres tú?
- Sí, Stiles, soy yo.
- Los reencuentros me dan náuseas. - dijo Eric nuevamente.
- ¡Allison! - gritó Lydia qué corrió a abrazarla igualmente.
- Lyds, te extrañé, lo juro por dios.
- Pasa Allison, tú también Nicholas.

Ambos pasaron a la casa y casi toda la manada le apretó en un gran abrazo, dándole la bienvenida.

- Bill, ¿por qué no me dijiste nada de esto?
- Ella estaba esperando la oportunidad perfecta para volver y cuando llamaste, quiso venir enseguida.
- Eres un idiota, Bill Compton.

El padre de la chica aún estaba de pie en medio de la sala sin creer lo que estaba viendo. La manada se alejó de la chica para que vea a su padre y también a Isaac que se mantenía al lado de Derek.

- Hola papá. - le dijo la chica viendo que de sus ojos caían lágrimas de sangre.
- Mi bebé. - susurró el cazador, corriendo a abrazarla.

Chris la sostuvo en sus brazos besando su cabeza mientras el hombre igual lloraba. Peter se encontraba viendo la escena algo nostálgico, quizás esta era la oportunidad de tener una familia también.

- Papá, lo siento por no llamar o decir que estaba viva, no podía hacerlo, no me atrevía.
- Lo importante es que estás aquí, estás viva.
- Así como viva, no está. - dijo Jessica.
- ¿Y tú también lo estás?, que alegría. - dijo Sookie sarcástica.
- Creo que tu novia ya me agrada. - le susurró Stiles a Bill, haciendo que este se ría disimuladamente.

Parecía que todo estaba volviendo a su ritmo normal, Isaac abrazó a la chica haciendo que este le seque las lágrimas, manchando sus dedos. Allison rió y lo abrazó de vuelta, se alejó y miró a la manada.

- ¿Dónde está Scott? - preguntó la chica, haciendo que todos cambien su humor a uno preocupado.
- ¿Es él? - preguntó Bill.
- Sí, es él. - Stiles agachó la cabeza.
- Tranquilo, yo me encargo.
- Scott ya no está con nosotros. - dijo Cora enojada, antes de que el vampiro diga algo.
- ¿Qué?, ¿está... está muerto?
- Ojalá lo estuviera. - susurró Malia.
- No entiendo lo que está pasando.
- Allison, es una larga historia, tomen asiento todos, por favor. - dijo Derek.

Stiles movió las sillas de la cocina con su mente y las dejó en el living para que todos estén cómodos. Los vampiros se sentaron esparcidos mezclándose con los lobos, mientras que Stiles, Derek y Nate permanecían los tres juntos. Bill tomó asiento al lado del adolescente y Liam comenzó a sentir celos, a pesar de que Sookie estaba al otro lado del vampiro.

Stiles comenzó a relatar desde sus inicios como el anticristo, como Scott dejó de ser el alfa verdadero y al mismo tiempo, dejando de ser hombre lobo por el poder de la diosa Luna. Que Derek era ahora el alfa verdadero y Scott volviéndose en contra de la manada. Omitió los detalles de Braeden pero si dijo que Scott fue encarcelado. También sobre el nacimiento de Nate, su sacrificio y como ahora era un ángel.

- Volví hace poco tiempo y cuando habíamos terminado un entrenamiento, comencé a sentirme mal, presentía algo malo. Escuchamos un ruido fuera de la casa, salí y ví el espiral que ya conoces.
- Venganza. - dijo ella.
- Llamé a Bill porque yo mismo ví como algo se acercaba, Scott solo es un peldaño para el ataque, hasta pienso que los mismos ángeles hicieron esto para que ellos comiencen su plan.

Sookie le escuchaba atentamente, captando que todo lo que decía Stiles era verdad, a excepción del detalle de su hijo, que Stiles pensó en ese momento, olvidándose que la chica podía saberlo.

- ¿Qué es un elegido? - preguntó la chica curiosa.

Stiles se golpeó mentalmente, no podía poner a su hijo en peligro, pero sabía que podía confiar en Bill y en los demás.

- Nathaniel nació siendo el elegido de este mundo. - dijo Stiles tomando la mano del chico. - Él puede controlar todo, el ambiente, las plantas, a todos nosotros incluso. Por eso es el entrenamiento que toma.
- Solo ha habido uno antes de Nate, es herencia de mi familia. - dijo Derek.
- Sabía que los Hale eran poderosos, pero no a tal extremo. - dijo Eric.
- Tranquilo Stiles, protegeremos a tu manada y a mi nuevo sobrino.
- Jamás había visto a un hada de cerca. - dijo Nate mirando a Sookie, la chica le miraba algo extraña.
- Pero yo no soy un hada.
- Sí, sí lo eres, ¿no pueden verla? - dijo el chico acercándose a ella. - Su aura grita que es un hada.

La chica trató de leer su mente, pero no pudo hacerlo.
- No puedes leerme, soy el elegido.

El ambiente de la sala cambió a un bosque algo cálido en la luz del sol. Los vampiros comenzaron a tener algo de miedo.

- No se preocupen, la luz no les hará daño. - sonrió Nate.

Y era cierto, los vampiros estaban impresionados de volver a ver la luz del sol una vez más, incluso Allison que extrañaba su vida humana.
- Nathaniel, esto es asombroso. - dijo Bill.

El chico rió mientras el resto exploraba toda la zona.

- Es algo realmente...
- Impresionante. - dijo Eric con una sonrisa sincera en su rostro.
- ¿Estás sonriendo?
- Pam, cállate.

El día volvió a ser noche y todo se convirtió en la mansión Hale una vez más.

- ¿Cómo...
- ¿Qué fue lo que hiciste?
- Son solo mis poderes. Puedo hacer de esto el mismo infierno, si quieren.
- ¡No! - gritaron todos.
- No es tan grave. - dijo Stiles.
- Tú lo conoces personalmente, nosotros no. - dijo Liam.
- Tampoco queremos. - dijo Jessica, algo asustada.

El resto rió mientras que los vampiros callaron viendo a Lucifer aparecer detrás de su hijo. El ejército se preparó para atacar pero Stiles les detuvo.

- Chicos, tranquilos, es solo mi padre.
- ¿Tu padre es Lucifer? - dijo Nicholas.
- Creí que había quedado claro cuando dije que fui el anticristo. - sonrió el ángel.
- ¿Asusté a los vampiros?, algo nuevo. - dijo Lucifer mientras reía. - ¿Si saben que tengo algunos conmigo en el infierno?
- Supongo que sí. - dijo Bill. - Me presentó, señor, soy...
- William Compton. Lo sé, muchacho. Te he estado observando, a tí y a tu novia.

Sookie rió algo nerviosa.
- Jamás pensé conocer al diablo en persona.
- Tal vez tu hermano reciba alguna de mis visitas. - le guiñó.

Del cielo nocturno, una luz resplandeciente apareció, haciendo que Stiles salga de la casa casi corriendo hasta el patio trasero. Todos le siguieron, viendo el espectáculo en el cielo.

- Oh dios, no.
- ¿Son ellos? - le dijo Derek apretando su hombro.
- Dos días. - susurró. - Tenemos dos días.