Alfa [BakuTodo]

ᴛᴡᴇɴᴛʏ-ɴɪɴᴇ

La mañana del día siguiente llegó de manera diferente para Todoroki. Los sucesos que habían ocurrido en los días anteriores le habían hecho replantarse todo lo que había conocido y decidido hasta ese momento. 

Todos sus sentimientos por Bakugo, no, por cualquier persona, ahora le enseñaban un mundo distinto. Creyó siempre que los alfas eran unos petulantes que se guiaban por la fuerza de sobreponerse a los demás, también siempre creyó que los Alfas veían el mundo desde la cima, que las cosas, aunque a veces eran algo complicadas para ellos la verdad es que la tenían fácil. 

Se creía que él era un anormal por la vida que tenía, que su familia era única, que en su familia era mala suerte ser un alfa. 

Ahora sentía lástima por todos los alfas, incluyéndose, porque a pesar que él no era puro ni tenía grandes problemas con las hormonas, estaban sobre su vida un montón de expectativas que no sabía si podría cumplir. No sabía si quería cumplirlas. 

Muchas cosas que ocurrieron en su pasado ahora tenían sentido, la extraña forma que su padre era, esa forma que le obligaba a ser fuerte pero de la misma forma siempre lo estaba vigilando. Quizás también estaba por ahí en su cabeza la razón por la cual su hermano aún no cortaba lazos con la familia. Es decir, si él no fuera menor de edad hace mucho se hubiera ido de su casa para alejarse tanto de su padre como de su madre.

Ahora, si no hubiera conocido a Bakugō quizás se hubiera quedado solo toda su vida.

Sin querer sonrió al verlo durmiendo.

Decidió levantarse. Tenía que ir a bañarse a su casa y obtener otra muda de uniforme, aunque el suyo había sido lavado no podía permitirse llegar oliendo al mismo olor que Bakugō nuevamente.

No es que le avergonzara ni nada por el estilo pero había algo dentro de él que le decía que aún no era el momento de ello, que habían muchas cosas que debían aclarar antes de cualquier cosa.

Después de todo Bakugō estaba enfermo y él solo se dejó llevar por un pensamiento que invadió su mente al conocerlo más. Aún no sabía qué significaba para él todo eso.

Lo dejó bien cubierto antes de buscar un papel y lápiz para dejarle una nota, fue simple y le dijo que se iba a su casa y lo veía en la escuela.

No pensó en mucho más.

Por suerte la casa estaba nuevamente sola por lo que no necesitó despedirse de nadie, tampoco sabía cómo se podría despedir de alguien a las 4:30 AM.

Apenas entró por la puerta de su casa fue sorprendido por su hermano mayor, la luz de la laptop sobre la mesa le dijo que había trasnochado, los muchos cafés que estaban por todo el lugar le ayudaron a confirmar sus sospechas.

Sintió pena por él y se sintió demasiado culpable al mismo momento.

ーHermano ー

Le saludó al dejar caer su mochila en uno de los sillones y avanzar hacia él, apenas Natsuo se giró pudo ver lo demacrado que estaba. Se notaba que toda la situación había sido horrible para su familia, y él ni siquiera se había molestado en ir a verlos.

ー¿No has dormido? ー

ー¿Shōto? ¿Por qué llegas a esta hora...? Espera, ¿Qué día es hoy? ー

ーLunes, vengo a bañarme para ir a clases, ¿Desde cuándo no duermes? ¿Tōya no te ha ayudado? ー

Natsuo cerró los ojos lentamente como si quisiera unir dos neuronas y hacerlas funcionar para poder hablar, se notaba demasiado agotado.

ーTōya solo te llevó al hospital, luego desapareció y no he hablado con él y no me importa hablar con él ー

La voz de su hermano sonaba enojada, demasiado, ¿Qué había hecho realmente Tōya?

No iba a preguntar.

ー¿Quieres que te haga desayuno? Aprendí a hacer huevos revueltos sin quemar una cocina ー

Natsuo sonrió un poco por sus palabras, se notaba que su presencia ahí le daba calma.

ーLo agradecería, tomaré una ducha y vuelvo a tomar desayuno ー

ーDe acuerdo, ten cuidado de no dormirte en la ducha ー

Natsuo solo hizo un gesto con la mano antes de alejarse en dirección a las habitaciones.

Se puso manos a la obra rápidamente.

Hacer huevos revueltos era tan simple como verter un poco de aceite en el sartén sin fuego para luego romper los huevos y verterlos, ahí se revolvían, se les echaba un poco de sal y se prendía revolviendo un par de veces más y listo.

Por suerte su hermano volvió pronto así que tomó desayuno junto a él. Realmente no hablaron mucho más que de los enfermos que tenían a cargo, ambos estaban bien, Fuyumi solo se había quedado internada para obligarla a descansar y Bakugō iría a clases ese día seguramente.

Todo estaba bien.

A eso de las 6 ya estaba bañados y vestido, pero se moría de sueño, el cansancio de los días anteriores más el despertar temprano ese día le estaban pasando la cuenta de una manera que no lo esperaba. Decidió poner la alarma a las 7:30 y solo se arrojó en su cama, ni siquiera logró cubrirse, solo enterró su nariz en su almohada y se dejó llevar por el cansancio.

[...]

ー¡Shōto! ¡Despierta! ¡Nos quedamos dormidos! ー

La voz panicada de su hermano mayor lo despertó de manera abrupta, sus oídos lograron captar el sonido de la alarma de su celular junto a un pitido molesto, supone que es el cansancio.

Por suerte estaba vestido.

Tomó su mochila y salió corriendo detrás de su hermano, apenas tomó su celular notó que eran las 7:50 y entraba a las 8 así que solo le quedaba que su hermano le llevara en su auto.

Esperaba llegar seguro al instituto.

Cinco minutos para las ocho y lo había logrado, no sabe cómo lograron llegar ahí sin un accidente pero lo habían logrado, jamás en su vida había corrido tanto, incluso llegó destrozado a la clase, tanto que hasta Kirishima se rió un poco de él.

ーNo cubras la maldita entrada, imbécil ー

La voz a su espalda le causó un escalofrío de solamente desafío, pensó en erguirse para pelear con él pero sus instintos actuaron más rápido y solo se quitó del camino.

Por suerte que lo hizo o hubiera quedado debajo de todo el pelotón de amigos que tenía Bakugō, y es que apenas lo vieron entrar habían corrido a él derribandolo en el proceso.

Sonrió al verlo ser tan querido, le llenaba el corazón saber que alguien tan peligroso podía ser tan humano como él.

Siguió su camino hasta su puesto, por ahora se guardaría para él todo lo que había pasado ese fin de semana.