🗡 Roronoa Zoro 🗡

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Pero le gustaba, le gustaba esas conversaciones sin parar que tenía con esa joven, como ella hablaría de lo primero que se le venía a la mente, sus absurdas teorías o sus pensamientos sin sentido. Le encantaba escuchar su voz, como no se quedaba sin voz después de hablar por horas y horas sin parar. Era tan sociable y extrovertida que se haría amiga de la primera persona que veía al llegar a una isla.

Tan energética que era imposible mantenerla en el mismo sitio por diez minutos.

Recordaba cada segundo del momento en el que la conoció.

Su capitán, Monkey D Luffy conocía a esa joven desde pequeños, pues ambos se criaron y vivieron en la misma isla y eran amigos desde que tenían memoria.

Cuando él fue prisionero de Helmeppo en Shells Town fue cuando la vio por primera vez.

Era como ver un ángel caído del cielo, una mujer tan maravillosa con una sonrisa que alumbraba hasta el más oscuro de sus días. Su voz era su mayor motivación.

¿Quién diría que el frío corazón de Roronoa Zoro latiese cálidamente al estar cerca de esa chica?

Tal vez estaba siendo egoísta, pero quería que ella le viese, que le amase de la misma forma en la que él la amaba. Quería que (T/N) se fijase en él, que también sintiese su corazón palpitar de manera tan fuerte que provoque dolores de cabeza.

Por eso estaba tan preocupado por ella.

Zoro era consciente que la joven era muy fuerte, no por nada era una de las mejores en cuanto a pelea cuerpo a cuerpo, aunque también tenía una buena visión, podía observar a los enemigos desde una larga distancia, tanto que fue nombrada vigía de la tripulación.

Aún así no podía evitar sentirse algo ansioso. Confiaba en ella, pero el pensamiento de perderla hacia que su corazón se apretase.

--¡¡BUU!!

Sintió cómo alguien le golpeaba la espalda y le gritaba en un vano intento de asustarle.

Zoro se dió la vuelta de forma lenta y algo intimidante, haciendo que la chica sonriese algo nerviosa.

--¿Qué se supone que estás-?

--Te asusté, ¿no?-- Interrumpió ella, dándole un no tan ligero golpe en el brazo, mientras reía. --No te hagas el duro...

Antes de que ella pudiese decirle algo más, el de cabellos verdes le tomó de la muñeca y tiró de ella para guiarle a un lugar más privado. A pesar de encontrarse algo confundida, la fémina se dejó llevar del espadachín.

<< ¿Será que me llevará a algún lugar donde vendan comida? Me muero de hambre. >>

Su corazón palpitaba tanto que sentía que se saldría de su pecho, que abriría su cicatriz y su órgano saldría saltando de su cuerpo. Él se podría desmayar en cualquier momento, estaba tocandole su delicada y suave piel, sostenía su muñeca y lo que menos quería era soltarla.

Ni siquiera sabía a dónde se dirigían, tan solo quería sostenerla. Adoraba la manera en la que esos ojos curiosos le observaban con interés y algo de emoción. Ella es tan bella.

¿Por qué pensaba y actuaba de esa forma? Podría compararse a Sanji, pensaba de manera tan romántica, quería hacerle cosas a esa muchacha. Ya fueran románticas o sexuales.

Fuese lo que fuese, lo disfrutaría, porque amaba todo lo que hiciese junto a ella.

--Tus brazos se ven muy fuertes, Zoro... Deberíamos pelear para ver quien de los dos tiene más fuerza.-- Comentó la muchacha con un tono juguetón, algo de ilusión en su voz al pensar en peleas.

One Piece x Lectora 2.0 (One-shots) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora