Parte sin título 9

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9 - Vaya cumpleaños.

-Deberías revisar la carta. -murmuró Santiago mirando al menor de mal modo.

Estaban en un restaurant, era solitario y para incomodar más la situación, se encontraban en una de las casetas privadas. Dylan ni siquiera pareció escuchar.

-No volveré a repetirlo, elige que vas a comer.

De nuevo fue ignorado y cuando iba a levantar la voz, una mesera llegó a su mesa deteniendo cualquier arranque de Santiago.

La mujer, que no pasaba de los veinticinco, sonrió ampliamente fascinada ante la presencia imponente del mayor, un hombre que había captado cualquier mirada desde que entró al restaurante. Su boba sonrisa se borró cuando por atención volteó a ver al acompañante.

Claro que lo vio de lejos, pero no tomó mucho tiempo en él, solo sabía que el hombre lo llevaba en una silla de ruedas. Hasta ahora reparó en su rostro maltratado. La dejó sin aire, sin siquiera poder hablar.

-Oye ¿acaso no venías a tomar nuestra orden? -farfulló Santiago mirándola molesto.

La mesera jadeó volteando de nuevo hacia él y luego al menor.

-Pediré que nos cambien de mesera si no vas a hacer tu trabajo.

-Lo siento es que, el muchacho está herido y...

-Y no debería importarte. -dijo secamente queriendo que se largara, Dylan entonces levantó tímidamente la mirada hacia la mujer.

-Mierda, Dylan, ¡Eres Dylan, el hermano de Kath! -exclamó asustada. -Oí que tuvo un trágico accidente, no sabía que estabas con ella cuando ocurrió, lo siento mucho. -dijo casi llorando y se acercó al chico que la miraba sin entender.

Ella estaba aún más confundida, no comprendía por qué no la reconocía.

- ¿no me recuerdas? no sabes lo mucho que me dolió saber lo que le había pasado, ella fue como una hermana para mí.

Dylan entonces reaccionó. Claro que la recordaba, la había visto en múltiples ocasiones, alguna vez años atrás, ella lo cuidó cuando Katherine doblaba turnos, ¿Cómo olvidarla? Hacía solo dos semanas antes de la muerte de su hermana, cenaron con ella.

-Llamé a tu casa esa misma noche el día del accidente iba a verla cuando saliera del trabajo, nunca llegó. Me preocupé tanto por ti, Dylan

-Hey, deja de tomarte tantas libertades con los clientes. -advirtió Santiago llamando su atención.

- ¿Quién eres tú? ¿Por qué Dylan está contigo? Según sé, siempre fueron solo Kath y él. - dijo la mujer mirándolo con desconfianza. Santiago frunció el ceño apretando los puños sobre la mesa, ¿Qué se creía esa?

Ella giró hacia el muchacho preocupada y se inclinó para acariciar su rostro con suavidad.

-Mira cómo estás, debiste haberme llamado, pude ayudarte. ¿Cómo pagaste el hospital?

Dylan cerró los ojos y luego los abrió mirando a Santiago con temor, lo cual ella notó.

- ¿Pasa algo? -preguntó en voz baja dándole la espalda al otro para evitar su mirada tan pesada.

-CCora. -susurró Dylan levantando la mirada hacia ella y tembló ligeramente causando más su preocupación. -ayúdame por favor.

Era un sitio público, Dylan solo quería salir de su tortura y era un lugar neutro donde Santiago no se atrevería a hacer nada. O eso pensaba él. Miraba con suplica a aquella mujer que se estremeció al escucharlo hablar así.

dyonisusWhere stories live. Discover now